Archivo por meses: enero 2021

Unión de los Ríos en Chilecito: Conocemos el Río de los 2 Colores.

Fue en el Museo del Cablecarril donde una foto me llamó poderosamente la atención y me movió a consultar a la guía. La imagen parecía estar trucada, pero la guía me contestó que no, que ese paisaje no solo existía, sino que además estaba a pocos kilómetros de la ciudad y se podía visitar. Así que a partir de ese momento se me convirtió en uno de los puntos a conocer durante mi estadía en Chilecito, La Rioja.

La belleza del paisaje alrededor bien vale levantar la cámara para fotografiar las montañas en el horizonte.

La imagen es tan clara como simple. Se trata de dos cursos de agua distintos, uno de color amarillo y el otro azul oscuro, que en un punto se unen pero sus aguas no logran fusionarse, y corren varios metros separadas entre sí, cada una con el color que le es propio y que puede identificarse perfectamente un tiempo, antes de que el ocre gane la pulseada y torne todo el torrente del río en color amarillo.

Las aguas del Río Amarillo, con gran cantidad de metales pesados, no son aptas para el consumo.

Si bien no es algo que se pueda catalogar como «impresionante» ya que ninguno de los dos cursos de agua es muy caudaloso (aunque esto debe depender de la época en que vayas, a juzgar por el ancho del cauce que está mayormente seco), sí se trata de un extraño fenómeno lindo de ver, excelente para fotografiar, y difícil de encontrar ya que no se da en muchos lugares del mundo. Por eso, cuando visites Chilecito, es casi un paso obligado ya que, aunque viajes por todo el planeta son pocas las chances de ver algo así.

El cauce del río es ancho, pero en verano aparece mayormente seco y permite caminar por él hasta la confluencia.

Para llegar hasta este punto se puede ir en vehículo normal, aunque habrá que tener precaución al cruzar algunos badenes. Se debe salir de la ciudad por la Ruta 14 en dirección a la Fundición Santa Florentina, punto en el que hay que salirse de la ruta para pasar por detrás de las ruinas. Así se llegará a la Plaza del Minero a la que hay que rodear para tomar un camino de ripio que nos llevará a una zona de campings, siempre yendo en paralelo al río aunque no podamos verlo.

Mapa que muestra cómo llegar desde el centro de Chilecito hasta la Unión de los dos ríos.

Luego de varios minutos de conducir con precaución se llegará hasta una cartel azul que anuncia que estamos a 200 metros del objetivo. Más allá del cartel, el camino baja hasta un enorme badén que cruza el lecho del río y sigue más allá. Ya ese badén no me animaría a pasarlo en un vehículo común, ya que aunque esté mayormente seco el trecho es largo y muy pedregoso. Pero para ir a sacar la foto no hace falta cruzar, basta con dejar el auto a un costado, bien estacionado, y seguir por el lecho del río a pie algunos minutos más, en dirección hacia la derecha.

Más allá del badén que cruza el lecho, el camino sigue. De querer cruzar, recomiendo hacerlo en una 4×4.

El terreno es rocoso y habrá que caminar con precaución. Lo ideal será buscar el agua y seguirle el rastro, así será más fácil encontrar el punto en que ambos ríos se unen. Allí se ve perfectamente cómo el Río Amarillo, que nace en las inmediaciones de la Mina La Mejicana y desde allí arrastra dióxido ferroso, converge con el Río de la Quebrada del Agua Negra (o Río Negro como se lo conoce normalmente en Chilecito), cuyas aguas cristalinas logran avanzar varios metros antes de contaminarse con el ocre del otro.

Muy pedregoso. Así es el lecho del río por el que hay que caminar unos 200 metros. Habrá que hacerlo con cuidado.

Eso sí, si la idea es (como en nuestro caso) aprovechar la belleza del paisaje para tomar unos mates, lamento tirarla abajo, pero como se ve en las fotos no hay una gota de sombra. A lo sumo si te podés acurrucar contra alguna roca más grande, pero será igualmente tan incómodo que no lo recomiendo. Lo mejor es llevarse gorro, lentes de sol y protector, caminar hasta la confluencia para tomar las fotos, y luego de admirar esa maravilla de la naturaleza, volver al reparo de la sombra para, ahora sí, disfrutar de unos buenos amargos como corresponde.

Lufthansa cambia el equipo: Las fotos del último MD-11F en Ezeiza.

El 31 de diciembre pasado fue un día especial por partida doble. Por un lado, marcaba el fin del que seguramente fue el peor año de la historia moderna de la humanidad. Por el otro, sellaba el fin de la era de los cargueros trimotor en Argentina.

Así lo anunciaba Lufthansa Cargo en su cuenta oficial de Instagram unos días antes. Los últimos vuelos a Sudamérica del legendario MD-11F de la compañía estaban programados para los próximos días, y serían la oportunidad de decirle «adiós» a esta máquina de 3 motores que tan bien supo reemplazar a su antecesor, el DC-10.

Bastó revisar la programación de la aerolínea germana para notar que, en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, el último de los vuelos con el MD estaba planeado para llegar muy temprano, a las 6:50 de la mañana. Pero el evento y el avión ameritaban hacer el esfuerzo de levantarse temprano para ir a fotearlo.

Además, a esta hora de la mañana la luz es ideal para las fotos…

Minutos antes de las 6:30 (llegó bastante adelantado) el MD-11F matriculado D-ALCK y procedente de Frankfurt con escala previa en Viracopos, Brasil, surgió de entre las copas de los árboles, trenes de aterrizaje extendidos, en su final corta hacia la pista 11 de Ezeiza.

Luego fue momento de recorrer con tranquilidad el tramo de ruta hasta la cabecera opuesta, la 29, y esperar por el último despegue. Normalmente los aviones cargueros tienen estadías cortas en el aeropuerto, ya que básicamente descargan lo que traen, cargan las mercaderías de exportación, y salen hacia su próximo destino. En el caso del LH8264 el despegue para cruzar el charco hasta Montevideo estaba programado para las 8:10, y aunque se atrasó unos minutos, cumplió.

El McDonnell Douglas MD-11 es un trimotor impulsado por 3 Pratt & Whitney PW4460 turbofan que se distingue fácilmente del resto por el motor del estabilizador vertical. Este tercer motor últimamente se había convertido en un problema. El consumo de este modelo es sensiblemente mayor que el de los modernos bimotores que operan hoy en día, lo cual implica mayores gastos en combustible y mayor contaminación. El tercer motor también significaba un dolor de cabeza para los despachantes de aeronaves que debían operarlo, ya que semejante peso en la cola hacía difícil manejar la ecuación de «peso y balanceo», algo fundamental para que una vez lleno de carga, el avión realice un vuelo seguro.

Además se trata de un modelo ya antiguo, con muchas horas de vuelo encima, y bastante susceptible de averías. En los últimos meses no era de extrañar ver vuelos cancelados o demorados porque el viejo y querido MD se había quedado AOG en alguna escala y estaba a la espera de su reparación.

Finalmente, otra razón de peso para el cambio de equipo, con seguridad fue su payload, o en criollo, la cantidad de carga que puede transportar cada avión. Mientras que en el MD-11F el payload ronda las 70 toneladas, el Boieng 777 Freighter que lo reemplazará puede mover unos 100.000 kilos de carga.

Estas son las principales razones por las que Lufthansa Cargo está en proceso de desprogramar al MD-11F en todo el mundo. Proceso que seguirá adelante a medida que siga recibiendo los B777F de reemplazo. En septiembre, la empresa le dio la bienvenida a su flota al 9° carguero Boeing 777, el D-ALFI bautizado como «¡Buenos Días, México!«

Actualmente, la única línea aérea operando regularmente MD-11 en la ruta a Buenos Aires era Lufthansa Cargo. De aquí en más, la llegada a nuestro país de alguno de los trimotores que siguen surcando los cielos dependerá de algún vuelo charter, o quizá un eventual reemplazo de equipo, u algún otro caso puntual, pero de a poco eso comienza a ser todo un acontecimiento en el mundo entero. Es que, lentamente, la era de los aviones de 3 turbinas, va llegando a su final.