La Ruta Provincial 43 une Puerta de Corral Quemado, en las cercanías de Belén, con Antofagasta de la Sierra, un alejado pueblo catamarqueño enclavado en medio de la puna. A ese camino ya hice referencia en este otro post al que accedés haciendo click acá, pero hoy me quiero centrar en una de las partes más impresionantes del recorrido.
A mitad de camino se encuentra la Cuesta de Randolfo, un tramo de la ruta que se caracteriza por su impresionante paisaje donde prevalecen, una detrás de otra, enormes dunas que cubren la mayor parte de las laderas circundantes.
Antiguamente el camino de montaña se caracterizaba por pronunciados y constantes zigzags que iban cortando las montañas. Era muy peligroso y se producían constantes derrumbes que hacían que los lugareños tomaran atajos a campo traviesa. El trazado actual ya no pasa por la cuesta en sí y tiene pendientes mucho más suaves, aunque sigue siendo un espectáculo magnífico para los ojos.
En aquella desolada zona el viento corre con fuerza y mueve la arena de un sitio a otro, provocando la mudanza de los enormes médanos que nunca presentan entonces la misma forma. En ocasiones, incluso, la arena cubre la ruta y la hace desaparecer.
El punto más alto está marcado por una ermita a la Difunta Correa, justo donde está la última curva antes de alejarse definitivamente de la zona de médanos. Allí se llega a los 3200 m.s.n.m. y unos cuantos metros más allá se ubica el desvío hacia el camino viejo, que hoy se encuentra cerrado.
Las vistas son maravillosas. En lugares como este, las palabras sobran. Por eso les dejo a continuación una serie de fotos para que puedan darse una mejor idea de lo que es.
Los paisajes increíbles y la majestuosidad de la naturaleza predominan allí donde se mire, pero si se presta atención, también en estos parajes alejados hay lugar para la protesta social.
Vale la pena hacer un alto en este punto para disfrutar de las vistas, para lo cual van a necesitar lentes de sol. Los que se animen pueden subir lentamente la duna para luego dejarse deslizar hacia abajo sobre la arena. Eso sí, lentamente, porque la altura de la puna se hace sentir y resulta fácil quedarse sin aire.
Luego sí, una vez tomadas las fotos de rigor para inmortalizar el momento (y el lugar) llegará el momento de volver a subir al auto y seguir viaje.
Al kilómetro 4075 de la mítica Ruta 40, en la provincia de Catamarca, se levanta un pequeño y tranquilo pueblo que, desde ya, llama la atención en primer lugar por su nombre. Se trata de Londres, considerada como la localidad más antigua del país después de Santiago del Estero, que se fundó en 1553. Claro que en esta consideración hay que aclarar que estamos descartando la primer fundación de Buenos Aires, acaecida en 1536, dado que la que ahora es la capital nacional estuvo abandonada entre 1540 y el momento de su segunda fundación, en 1580.
La plaza principal, o «Plaza de Abajo», uno de los 2 centros urbanos con los que cuenta el pueblo de Londres.
Pero no solo el nombre del pueblo es particular, sino que toda su historia lo es. Londres tiene la característica de haber sido fundada 7 veces. Sí, leíste bien, y no es un error de tipeo. No se si esto es un récord registrable, pero si no lo es seguramente esté cerca. Tantos idas y vueltas tienen que ver con la tenaz resistencia de los Calchaquíes, que una y otra vez destruían las ciudades españolas que se instalaban en esta zona del territorio.
La Iglesia de San Juan Bautista, frente a la «Plaza de Abajo» es el templo en pie más antiguo del pueblo.
La primer fundación data del 24 de junio de 1558, momento en que Juan Pérez de Zurita le dio el nombre de Londres de Nueva Inglaterra, en homenaje a la reina María Tudor de Inglaterra, esposa del rey español Felipe II. A partir de allí, Londres se vió destruida durante las intensas guerras calchaquíes y refundada, una y otra vez, aunque no siempre en el mismo lugar. Sus diferentes renacimientos están fechados en los años 1562, 1607, 1612, 1633, 1683 y en 1750. En cuanto al punto geográfico, se fue moviendo en el mapa, siendo la mudanza más importante la sexta, momento en la que se la nombra San Fernando del Valle de Catamarca, asentamiento que luego se convertiría en la capital provincial. La Londres que conocemos hoy está emplazada en su sitio original, en cercanías del Río Quimivil.
El interior de la «Iglesia de Arriba», con altos techos de madera.
Otra particularidad que llamará la atención del turista es que el pueblo se extiende a lo largo de la ruta pero parece estar partido en dos. O al menos, parece tener dos centros diferentes. El llamado Londres de Arriba es es asentamiento más antiguo desde donde comenzó a expandirse el pueblo. Es el que el viajero se encuentra primero remontando la Ruta 40 desde el sur, y está demarcado por la plaza frente a la cual se levanta la antigua iglesia de la Inmaculada Concepción, un edificio que data de 1825 pero que se cree que es el sucesor de otro más antiguo levantado por los jesuitas.
La Iglesia de la Inmaculada Concepción está situada frente a la «Plaza de Arriba» en donde antes había otro templo.
El Londres de Abajo conforma el centro más vivo de la ciudad, donde se ubica la Plaza José Colombres y, frente a ella, la iglesia de San Juan Bautista que, curiosamente, es más antigua que la de Londres Arriba y se cree que fue el escenario principal de la última fundación de la ciudad.
El interior de la Iglesia de San Juan Bautista, con un mural que ilustra a Jesús lavando los pies de sus discípulos.
Londres es parte de la «Ruta del Telar» siendo que una de sus principales actividades económicas es la producción de tejidos artesanales. Es además conocida como «Cuna de la Nuez», uno de los principales productos naturales en ser cosechados en esta zona. Sin embargo su atractivo turístico más importante es El Shincal de Quimivil.
Un colorido mural con imágenes autóctonas de la zona, ilustra una de las paredes más céntricas del pueblo.
Y para los fanáticos de los aviones, vale la pena mencionar que, adyacente a la Ruta 40 en dirección hacia Belén, hay una pista de aterrizaje con alineación 07-25 que, aunque no la vimos con movimiento, es de asfalto y parece no estar en malas condiciones.
Londres, Provincia de Catamarca. Kilómetro 4075 de la Ruta Nacional 40.
Al ser un pueblo pequeño, Londres no cuenta realmente con una gran infraestructura para el turista, especialmente si hablamos de alojamientos. Aunque hay algunas pocas opciones, la mejor alternativa seguramente sea parar en la cercana Belén, a menos de 15 kilómetros sobre la ruta 40.
Igualmente, con tamaña historia, es un pueblo que amerita una parada para conocerlo con tranquilidad, y seguramente comprar alguna artesanía de recuerdo o un dulce local (más que recomendadas las nueces confitadas que son mi golosina preferida en el norte). Si pasaste por el Londres argentino, en tierras catamarqueñas, te invito a dejar tu comentario contando tus impresiones.