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Circuito del Lago, en Tandil.

A la hora de conocerla, la ciudad de Tandil ofrece varias alternativas turísticas, y muchas de ellas se agrupan en diferentes circuitos. Uno de esos circuitos es el del lago, e implica rodearlo e ir descubriendo los diferentes atractivos que hay en el recorrido.

El lago en sí es una de las atracciones tandilenses más importantes. Se trata de un espejo de agua artificial, construído en el año 1962 cuando se levantó una represa para evitar las inundaciones en la ciudad. Hoy domina la geografía de Tandil junto con las sierras que lo rodean, y es un punto de encuentro para quienes quieran realizar actividades al aire libre, ya sea aprovechando el agua (canotaje, windsurf, pesca, etc), como para el que quiere salir a hacer algo de ejercicio y trota o camina disfrutando de un paisaje privilegiado.

Pero vamos a centrarnos en los puntos de interés que rodean al lago. Comenzando el recorrido por la margen norte, la más cercana al centro de la ciudad, encontramos el Parque de la Industria y el Comercio, fácil de ubicar por la chimenea de ladrillos que se alza en él, y por estar contiguo al murallón del dique, por el que se puede pasear. Este parque, además, tiene juegos para niños y cuando fuimos nosotros se organizaban allí diferentes espectáculos infantiles.

A partir de allí, rodeando el lago por la Av. Alvear encontraremos de la mano de enfrente, el mirador del lago, un punto alto desde el cual se tiene una vista panorámica. Y más adelante, ya lindero a la orilla del agua, diferentes espacios de paseo, como ser el Paseo de los Pescadores y el Paseo de los Españoles, ideales para tomarse un descanso a la sombra de los árboles. Allí es donde se encuentra el monumento a Pappo, uno de las estrellas de rock más icónicas de la Argentina.

Hacia el extremo sur se ubica el Balneario del Sol, un complejo de piletas bien equipado, dentro del cual se ubica el Parque Soñado de los Niños, un área con juegos infantiles muy bien cuidada. Vale la pena mencionar aquí también al Manantial Gardey, un paseo histórico donde destacan sus aguas minerales que, según dicen los vecinos, tienen acciones terapéuticas.

Si se sigue rodeando el lago, ahora con dirección norte pero por la otra margen, la correspondiente a la calle Dr. Osvaldo Zarini, en un punto habrá que desviarse alejándose del agua por la calle Santamarina. Siguiendo el camino con cuidado se llegará al lugar más lindo (a mi gusto) de todo el circuito: el Monumento al Quijote de la Mancha. Se trata de dos esculturas de hierro que retratan al Quijote y a Sancho Panza, ubicadas a metros de un molino de viento, sobre una colina desde la que se obtienen inmejorables vistas del lago. Recomiendo ir allí a disfrutar del atardecer.

El circuito del lago finaliza siguiendo en dirección al norte, hasta llegar al monumento «El Fundidor», desde el cual es fácil llegar hasta el Parque Bicentenario, un lindo espacio al aire libre donde, además de vistas impresionantes, hay juegos para los niños y hasta un sendero para subir el cerro.

Una buena opción para hacer en un día de sol, que bien puede hacerse todo junto rodeando el lago, o bien se puede ir optando por pasar por los puntos que más te interesen.

Si conocés Tandil y estuviste en alguno de estos lugares, dejá tus impresiones y recomendaciones en los comentarios!

Restaurante y Hotel De la Cascada, en Tandil.

En el viaje a Tandil llegamos a destino ya pasado el mediodía, así que incluso antes de instalarnos en el alojamiento que habíamos reservado, buscamos un lugar cercano y tranquilo donde poder almorzar. Así llegamos hasta el restaurante de la Hostería y Spa La Cascada.

Aunque el restaurante pertenece al hotel, no hace falta que estés alojado para ir a comer. Tiene una galería al aire libre lindera a la pileta, que es una excelente opción para almorzar en la temporada de verano. Un poco más allá, se tiene una vista del extenso parque (unas 20 hectáreas) que lo convierten en un lugar especial.

Eso y la comida, por supuesto, que estuvo exquisita. Yo opté por el ojo de bife a la parrilla con papas, huevo y tomate (sí, livianito). Mi esposa fue con la pesca del día (que casualmente era salmón rosado) con vegetales, y tampoco quedó defraudada.

El servicio y la atención son excelentes. Eso sí, el precio es algo elevado, pero si podés darte un gusto y en una comida gastar un poco por arriba del promedio, bien vale la pena. Haciendo click acá entrás a la carta web con los precios actualizados, para que tengas una idea.

Si querés alojarte, no puedo hablarte de experiencia propia, pero por lo que recorrimos las instalaciones se ven muy lindas. Hay tanto habitaciones en la hostaría como bungalows distribuidos por el enorme parque (y que a simple vista me encantaron porque se los ve super tranquilos, ideal para un buen descanso).

El hotel y restaurante deben su nombre a estar ubicados al lado de la reserva natural La Cascada, una de las caminatas que se pueden hacer en Tandil, aunque por estar dentro de un predio de propiedad privada no cuenta con servicios ni mantenimiento municipal. Lo que sí está bien equipado es el hotel restaurante, así que es ideal para ir a comer algo y luego pasear por el parque contemplando los animales y los impresionantes paisajes de alrededor.

Para llegar, cuando se va ingresando a Tandil por la Av. Don Bosco, hay que girar a la derecha en la calle Yugoslavia y seguirla. En un punto dado, la calle gira hacia la derecha y allí se topan con el acceso al estacionamiento, así que no pueden perderse!