Este post es uno de tantos que quedó trunco por la pandemia, porque si bien la visita que voy a contarles ahora la hicimos hace casi dos años atrás, la cuarentena generalizada hizo que el sentido de publicarlo se perdiera y hubiera que esperar un mejor momento para hacerlo. Ese momento, finalmente, llegó. Desde hace algunas semanas, el Castillo Guerrero reabrió sus puertas a las visitas guiadas.

Se trata de una importante y antigua mansión de estilo francés, que cuenta con un total de 24 habitaciones repartidas entre sus dos pisos. La particularidad que la convierte en un atractivo turístico del sur del Gran Buenos Aires es la trágica historia que le da origen, y que envuelve a una de las familias más ricas de la Argentina de fines del siglo XVIII y a la que fuera considerada la mujer más bella de su época.

Probablemente ya conozcas la historia de Felicitas Guerrero, quién luego de casarse con Martín del Álzaga y perder 2 hijos, termina enviudando a la temprana edad de 24 años. Con eso, hereda una de las mayores fortunas del país. Sin embargo eso no le trajo paz, pues la muerte seguiría rondándola de cerca, hasta finalmente arrebatarla de este mundo en un confuso episodio cuando tenía apenas 25 años.

Los hechos están confusos para la historia oficial y para el público en general, pero no para los familiares de Felicitas cuyos herederos, poseedores de los secretos de aquella fatídica noche, te los relatan durante la visita a esta mansión construida por los padres de Felicitas tras su muerte, en búsqueda de escaparse de Buenos Aires y de tanto dolor.

La visita da comienzo justamente en el parque del castillo, donde uno de los herederos se encarga de dar una charla con los detalles históricos de su familia, y en particular de los sucesos que finalizaron con el asesinato de Felicitas. Luego de los aproximadamente 30 minutos (en los que también se pueden hacer preguntas), comienza la vista guiada por la mansión.

Es una casona centenaria y muy bien conservada. Además de la arquitectura que uno puede observar y fotografiar desde todos los ángulos factibles, el interior cuenta con un par de perlitas que vale la pena mencionar.

Los muebles por supuesto son antiquísimos. Destacan uno de madera con superficie de mármol que data de 1706, y en la planta alta pueden verse asientos que fueron traídos del palco que la familia tenía en el Teatro Colón.

Hay además muchas obras de arte, y un dato interesante es que en aquella época las primeras 8 copias de un cuadro eran consideradas como «originales». Eso se debía a que a partir de la próxima la obra perdía calidad. Algunas de las esculturas, por su lado, son obra de integrantes de la familia. Y el piano apostado al pie de la escalera, todavía suena bien!

Pero a mi lo que más me fascinó (y me quedé un buen rato después que el resto del grupo salió para visitar la siguiente habitación) es la biblioteca. Ambientada en madera, contiene ejemplares antiguos, inéditos y de gran interés, como ser los viajes de Julio Verne en francés y español, y los detalles de la reconstrucción de las catedrales francesas luego de la Segunda Guerra Mundial, escrita ni más ni menos que por el arquitecto que la tuvo a cargo.

¡Lo que daría yo por tener una biblioteca así!

El punto cúlmine de la visita está en el «cuarto de Felicitas» y corresponde ponerlo así, entre comillas, porque hay que recordar que ella nunca vio esta mansión, ya que murió antes de su construcción. No obstante eso, una habitación está dedicada a ella, y allí pueden apreciarse el mobiliario y las ropas de época, como así también el revólver con el que la joven fue asesinada hace más de 100 años atrás.

Podría terminar de contarte la verdad sobre la muerte de Felicitas Guerrero, pero lo mejor es que lo escuches de la boca de sus propios familiares y preguntes todo lo que quieras saber. Para eso, sólo tenes que reservar la visita. En el Instagram del Castillo Guerrero encontrás todos los datos.