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Qué visitar en Cafayate: 8 cosas que hacer durante tu estadía.

Ubicada a unos 200 km hacia el suroeste de la capital provincial, la ciudad de Cafayate es la más importante localidad de los Valles Calchaquíes y uno de los más famosos atractivos turísticos de Salta.

El pueblo fue fundado en 1840 por Manuel Fernando de Aramburu, hijo de doña Josefa Frías de Aramburu que, luego de enviudar del entonces alcalde de Salta, donó las tierras necesarias para establecerlo. Perteneciendo al principio a la jurisdicción de la vecina San Carlos (que casi se erige en capital provincial como les conté en este post), en 1863 se separó de la misma para convertirse en cabecera del Departamento de Cafayate.

En el día de hoy Cafayate es famosa por dos cuestiones que la destacan: el vino y el folklore. Siendo parte central de la Ruta del Vino del NOA, y la sede de uno de los festivales folklóricos más importantes del país (la Serenata de Cafayate se celebra todos los años en el mes de febrero), son muchos los turistas de todo el mundo que se sienten lo suficientemente atraídos para emprender el viaje hasta este punto de nuestra Argentina.

Pero, si no es antes de llegar, una vez estando ahí el visitante descubre que hay mucho por hacer y conocer en Cafayate.

La Quebrada de las Conchas

Ya viajar desde Salta capital hasta Cafayate será una experiencia maravillosa, en la que tendremos que frenar obligadamente varias veces en la ruta para ir descubriendo las impresionantes formaciones geológicas que nos tiene guardada esta quebrada que sigue el curso del Río de las Conchas. Todos los detalles de esta visita los podés leer en este post.

 

Las Dunas de Cafayate

Siendo parte incluso de la Quebrada de las Conchas, pero ya casi llegando a  Cafayate, el visitante podrá sorprenderse con unos impresionantes médanos que parecen totalmente desubicados en aquél paisaje montañoso. Habrá que aventurarse al costado de la ruta, ya que desde el asfalto de la misma la arena está escondida a la vista. Más detalles en este asombroso post.

 

Caminar por el centro de Cafayate

No importa si es ciudad grande o pequeña: para conocerla hay que caminarla. Cafayate no es la excepción y su centro merece ser recorrido a pie para conocer su hermosa plaza central, con cantidad de locales gastronómicos alrededor y por supuesto, la infaltable catedral. Allí mismo se encuentra el mercado artesanal, y a unas cuadras de distancia hay dos opciones culturales: El Museo Arqueológico y el Museo de la Vid y el Vino.

 

Recorrer Bodegas

Y sí. Es uno de los puntos más fuertes y conocidos de la ciudad, así que realizar una visita guiada en alguna de sus bodegas (o por qué no, varias de ellas), con degustación incluida,  es casi una actividad obligada. Son muchas las opciones que Cafayate ofrece, así que mi recomendación es investigar un poco y tomar algunas que sean bien distintas, tanto entre ellas como con lo que uno está habituado y tiene a mano en Buenos Aires. En mi caso visité dos: la bodega Nanni, una de las pocas que produce vino orgánico en el país, y San Pedro de Yacochuya, con sus espectaculares vinos de altura. Los posts de ambas podés leerlos haciendo click en cada una.

 

Trekking a las Cascadas del Río Colorado y El Divisadero.

Para los más aventureros esta será una opción interesante. Habrá que estar en buen estado y contratar un guía de turismo campesino que conozca la zona, pero la caminata siguiendo el curso del río hasta llegar a sus numerosas cascadas vale la pena. Cuantas más cascadas quieras ver, mayor es la dificultad del camino y el peligro, así que solamente apto para personas con buena condición física, y siempre a hacerlo con cuidado. En este post te podés enterar de más detalles sobre la caminata. Cerca de aquél punto se encuentra El Divisadero, un asentamiento diaguita donde se encuentran antiguos morteros y pinturas rupestres.

 

El Viejo Molino 

En este punto tengo que ser honesto: yo encaré el camino hacia el molino, pero nunca lo encontré. Evidentemente tomé mal una bifurcación, porque en el pueblo me aseguraron que podía visitarse.

Se trata de un viejo molino construido por los jesuitas hace unos 350 años atrás, y que aún sigue en pie y funcionando. Es un artefacto hidráulico, que se acciona por la fuerza del agua canalizada hasta él, y que mueve la estructura conformada por dos piedras circulares.

 

Almorzar en Estancia Cafayate.

Son varios los lugares relacionados con el vino que ofrecen comida a los visitantes, de hecho en algunas de las bodegas se puede ir a almorzar, pero nosotros por recomendación de la gente del Portal del Santo nos fuimos hasta la Estancia Cafayate y disfrutamos de un almuerzo en un ambiente relajado, rodeados de viñedos, el campo de golf, y más allá, las montañas. Todos los detalles de esa comida los podés ver en este post. Los que vayan, no se van a arrepentir.

 

La Ruta 40 hacia Cachi

Sin lugar a dudas (salvo que hayas llegado por allí) la mejor forma de dejar Cafayate será tomar la Ruta 40 hacia la localidad de Cachi. El primer tramo es alfaltado y después ya se convierte en ripio, pero se mantiene transitable y atraviesa unos paisajes increíbles, como ser la Quebrada de las Flechas, además de pasar por pueblos que merecen una parada, sino pasar una noche para descubrirlos mejor.

 

Así que, como podés ver, son muchas y muy variadas las cosas que se pueden hacer en Cafayate, un destino que tiene atractivos para todos los gustos. Mi recomendación para poder disfrutar bien del lugar, es pasar al menos 3 noches. Qué hacer en ese tiempo queda en la decisión de cada uno de ustedes, para lo cual espero que este post les sirva de guía.

Y por supuesto, espero los comentarios de los que tengan experiencias o más sugerencias!

 

Recorremos Amberes con un Free Walking Tour.

El día había amanecido con el cielo cubierto y por momentos lluvioso pero eso no impidió que luego de un rápido almuerzo nos encontráramos en la Grote Markt de Amberes con Mario, el guía que nos daría un excelente walking tour con el que en un par de horas pudimos conocer lo más importante de la ciudad, incluyendo algunas costumbres y leyendas más que interesantes.

Allí, frente al ayuntamiento (que se encontraba en reformas por lo que su fachada estaba recubierta simulando su apariencia original) se alza la estatua que servirá de excusa para que Mario nos hable del nombre del lugar. Resulta que «Antwerpen» (nombre puesto por los romanos al llegar a estas latitudes) suena muy parecido a una frase en nerlandés cuyo significado es «lanzar la mano». Así es como surge la leyenda del gigante que cobraba impuestos en el río Escalda a todo el que regresaba a la ciudad, y a aquél que se negaba a pagar le cortaba la mano y la arrojaba al río.

En este contexto de leyenda aparece la figura del héroe de Amberes: Silvio Bravo, quién remontando el Escalda ingresó a la ciudad sin un centavo que pagar. Sin embargo, al enfrentarse al gigante y tras una feroz lucha logró vencerlo, y así lo inmortaliza la fuente de la Grote Markt, parado sobre el gigante y lanzando su mano en una posición inverosímil, absolutamente antinatural, que denota que solamente se trata de una fantasía.

La parte céntrica de la ciudad es una zona de muchos sindicatos, lo cual puede notarse al mirar con detenimiento las construcciones en cuyas fachadas se pueden ver relieves que describen el trabajo del gremio que tenía su sede en aquél edificio. No es el caso de La Casa de la Carne que, a falta de relieves, se la distingue por su particular arquitectura de ladrillos que dispuestos en hileras rojas y blancas representan las lonjas de carne.

Muy cerca de allí se levanta la iglesia catedral, con una torre más alta que la otra, habiendo sido financiada la más alta por capitales privados, mientras que la torre pequeña fue pagada por la iglesia misma. Por los constantes conflictos bélicos y religiosos en esta zona la iglesia tardó unos 160 años en terminar de ser construida, y en su interior se alojan tres de los trípticos más famosos de Rubens (se cobra una entrada de EUR 6 para entrar y verlos). Sin embargo lo más curioso puede decirse que es la estatua de Nello, el protagonista de El Perro de Flandes, un dibujo animado que tuvo tanto éxito en Japón que esta comunidad financió la obra dispuesta prácticamente en la puerta de entrada de la mismísima catedral.

Otra de las curiosidades que nos hace notar Mario son los hoyos que se encuentran al costado de las puertas de entrada de varios edificios. Se trata por supuesto de edificaciones viejas, de épocas pasadas en las que las calles eran de tierra y en días como los de nuestra visita se embarraban, motivo por el cual era necesario contar con este implemento para limpiarse los zapatos antes de entrar a casa, y así evitar la reprimenda de la señora por haber ensuciado el piso recién limpio.

Y por supuesto, las imágenes de la Virgen María que pueden verse en algunos edificios, las cuales datan desde el 1600 ya que en aquellas épocas a quienes pusieran la imagen en su casa se les cobraba menos impuestos. En general, eran también los lugares donde se apostaban las lámparas de grasa que hacían de alumbrado público en tiempos remotos, así que el beneficio era doble.

Al final de la calle Meier se distingue fácilmente la Boerentoren, o Torre de los Campesinos, que actualmente alberga a las oficinas del banco KBC, y que es el edificio más alto de Amberes si no contamos la torre de la catedral (de hecho por ley ninguna edificación puede superarla en altura aún hoy). Además con sus originales 87.5 metros de altura (una reforma luego la llevaría a 97 metros) la Boerentoren supo ganarse el título de «primer rascacielos de Europa».

Pero lógicamente, si estamos en Bélgica no podemos dejar de hablar de sus chocolates, y por supuesto Mario nos llevó hasta el Palacio Meier, antigua residencia de la realeza belga que hoy alberga a una de las chocolaterías más exclusivas (y caras) de la ciudad. De hecho The Chocolate Line es donde el mismísimo Mick Jagger consiguió que le inventaran el «lanza chocolate», un artefacto que le permite aspirar el sabroso alimento en vez de degustarlo. Quizá sea ese el secreto para seguir girando por los escenarios del mundo entero!

El cierre del cititour fue bien cultural y lo hicimos frente a la casa del famoso pintor belga Peter Paul Rubens, un genio del arte que pintó más de 2000 obras a lo largo de su vida. Claro que a semajante número no llegó él solo, sino que se valía de sus ayudantes profesionales, siendo él quién realizaba el boceto de la obra y los detalles más importantes, dejándole el resto a los artistas que trabajaban para él en el taller contiguo a su casa, que por tratarse de un lunes (día en que los museos suelen estar cerrados) no pudimos visitar.

El free walking tour con Mario resultó ser muy fructífero e interesante, y la verdad que lo disfrutamos mucho a pesar del día y sus ocasionales lloviznas que nos obligaban a empuñar los paraguas. Se trata de una modalidad muy aconsejable para conocer de forma rápida y barata una ciudad, y si no sabés cómo funciona te invito a pasar por este otro post donde lo explico.