El Glaciar Perito Moreno tiene la gran particularidad de que se puede apreciar a muy corta distancia: resulta sumamente accesible y desde los miradores y las pasarelas uno tiene la sensación de que estirando la mano está casi a punto de tocar el hielo. Pero otra perspectiva será la que se tiene navegando frente a él, ya que si bien por agua también es muy accesible, al estar al nivel del suelo (o mas bien del lago) la situación cambia completamente.
Para hacer esta navegación no hace falta contratar ninguna otra, aunque nuestra guía Daniela, con quién hicimos la excursión alternativa al glaciar que te conté en este post, nos preguntó por adelantado quiénes queríamos hacerla a fin de reservar las vacantes en el barco. El puerto está dentro del Parque Nacional los Glaciares, por lo que para acceder a esta excursión deberás pagar el ingreso de $160 (para los argentinos) y luego, antes de embarcar, el costo de la navegación que el verano pasado era de $250 por persona.
Una vez realizado el pago embarcamos en el catamarán, que en nuestro caso estaba atracado en el muelle 5. Aunque se tiene acceso a la cubierta, para salir del puerto nos pidieron que nos ubicáramos en los asientos del interior, donde una guía daba las instrucciones de seguridad y algunas indicaciones sobre la excursión por los parlantes.
Antes de que la guía terminara su discurso algunos ya habían notado que el acceso a cubierta se había habilitado, y a pesar del día lluvioso comenzaron a salir al exterior. Por nuestro lado fuimos aplicados (o mas bien, educados) y sólo salimos cuando la guía así lo indicó.
Desde afuera se pueden tomar unas fotos increíbles del glaciar. El barco se acerca realmente mucho, aunque el capitán lo mantiene siempre a una distancia prudencial: en un punto no sería seguro acercarse más ya que el glaciar se rompe constantemente, y estar cerca de él en el momento de un desprendimiento no sería buena idea. Como sea, se está lo suficientemente cerca como para apreciar la enormidad de la pared de hielo que se alza por arriba de tu cabeza como un edificio.
El sol pega en el hielo y los diferentes matices de azul que se ven en las rendijas son un espectáculo increíble. Uno podría quedar horas hipnotizado mirando esos brillos, sino fuera porque el viento helado en la cubierta te despierta cada vez que sopla.
El barco va primero hacia un lado, y luego da la vuelta y recorre la pared de hielo hacia la otra costa. De esta manera permite que tanto los que están apiñados a la derecha como los de la izquierda tengan una vista privilegiada del glaciar. Luego se aleja a toda velocidad, permitiendo también una linda vista panorámica del Perito Moreno.
La navegación dura aproximadamente una hora, y es recomendable como una buena alternativa para apreciar de forma diferente esta maravilla de la Naturaleza. En una de esas se tiene suerte y se puede presenciar un desprendimiento desde el barco, muy cerca de donde sucede. Pero esta no es la única opción sobre el agua. Próximamente vamos a hablar de una excursión genial que hice durante mi primer visita a El Calafate, navegando por los tres glaciares del Lago Argentino.
¡Si te gustó esta, no te podés perder esa que vale por tres!