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¿Qué significa que Latam Argentina cese sus operaciones en el país?

Esta mañana, minutos antes del mediodía, se conoció el comunicado oficial de Latam Airlines anunciando el cese de las operaciones de su filial argentina. Tras 15 años de actividad donde operó en 14 aeropuertos argentinos como así también en otros 6 internacionales, Latam  Airlines Argentina tomó la difícil decisión de cerrar sus puertas ante el complejo contexto generado por la pandemia de Coronavirus.

En los hechos, esto significa lisa y llanamente que, una vez que el gobierno nacional levante las restricciones a los vuelos de pasajeros, Latam Argentina no volverá a volar. Lo peor, por supuesto, se lo llevan sus poco más de 1700 empleados que de esta forma pierden sus fuentes de trabajo en un momento en que la industria aérea vive sus días más difíciles. Si en otras épocas las tripulaciones de líneas aéreas que quebraban podían llegar a ser absorvidos por otra compañía, en el contexto actual eso no es una opción.

En segundo lugar, los más afectados seremos todos los argentinos, que perdemos una opción válida para realizar viajes de cabotaje en avión. Con la caída de Latam, el único operador tradicional que vuela dentro del país pasa a ser Aerolíneas Argentinas. Habrá que ver cómo sobrellevan la crisis Flybondi y Jetsmart, las dos opciones low cost que siguen en carrera, pero con el aeropuerto de El Palomar cerrado y el traslado de su operación a Ezeiza como única alternativa, inevitablemente van a estar complicados: al hecho de que Ezeiza es de por sí un aeropuerto mucho más caro que El Palomar para operar, hay que agregarle el hecho de que el público natural de las low cost probablemente no pueda afrontar los costos de trasladarse hasta Ezeiza.

Como sea, lo que ya es un hecho es que los argentinos tendremos menor oferta de asientos para volar en nuestro país, y por lo tanto, hacerlo va a salirnos más caro. Si las low cost no lograran sobrevivir, además, tendríamos una situación monopólica por parte de Aerolineas, lo cual, como se sabe, nunca resulta positivo para el pasajero.

En este punto se hace necesario hablar no de los pasajeros potenciales de Latam Argentina, sino de los reales: aquellos que ya tenían pasajes y cuyos vuelos serán cancelados… definitivamente. Para esos casos, la línea aérea habilitará próximamente canales oficiales para consultas y gestiones. En principio, los parámetros generales que indica el comunicado son los siguientes:

RUTAS NACIONALES

  • Si compraron el ticket con tarjeta de crédito, la compañía devolverá automáticamente el monto de la compra dentro de 30 y 45 días al mismo medio de pago. De lo contrario, el pasajero deberá ingresar su devolución en latam.com/administratuviaje 

RUTAS INTERNACIONALES

  • Podrán cambiar la fecha de vuelo sin costo ni diferencia de tarifa. Esto está sujeto a la disponibilidad de la cabina y la vigencia del ticket, que corresponde a un año desde la fecha de inicio del viaje.
  • También podrán solicitar un travel voucher para utilizar hasta el 31 de diciembre de 2021 en cualquier ruta LATAM.

PASAJES CANJEADOS CON MILLAS PARA CUALQUIER DESTINO

  • Podrán realizar la solicitud de devolución del pasaje en millas en su cuenta LATAM Pass a través de latam.com; los impuestos serán abonados en la misma forma de pago utilizada.

Si bien se detienen todas las operaciones locales, hay que destacar que el Grupo Latam mantendrá la conectividad de la Argentina a través de los vuelos internacionales que operarán sus diferentes filiales. Para dar un ejemplo: el vuelo entre Buenos Aires y Santiago de Chile que normalmente operaba Latam Argentina, ahora lo podría operar Latam Chile. Esto implica que se realice con aviones y tripulaciones chilenos, pero al menos el vuelo en sí no se perdería.

En cuanto al programa de millas Latam Pass el mismo se mantiene, pero claro, este anuncio también lo impacta. Ahora solo se podrán canjear millas por vuelos internacionales, ya que la opción de cabotaje no está más disponible, así que costará mucho más juntar la cantidad de millas necesarias para subirse a un avión.

Finalmente, el área en que me desempeño: la carga aérea también se verá impactada, aunque en principio en menor medida. Obviamente lo que es carga de cabotaje en los A320 desaparece. Aquí sí, Aerolíneas Argentinas monopolizará el mercado aéreo local, ya que las low cost no están operando carga.

La diferencia está dada en el plano internacional porque Latam Argentina no contaba con operación carguera, con lo cual ahí no hay diferencia alguna: los cargueros de las demás filiales que hoy operan en Ezeiza podrán seguir haciéndolo sin inconvenientes. Y como los vuelos internacionales los operarían también las demás filiales, la posibilidad de ofrecer capacidad belly en el mercado podría incluso quedar intacta. Todo dependerá, por supuesto, de la velocidad que se le imprima al retorno de las operaciones de pasajeros internacionales, y en particular a la cantidad de frecuencias que se dispongan para cada destino.

Lo más probable es que el regreso sea paulatino, acompañando la demanda de pasajeros y aumentando las frecuencias a medida que más gente viaje, por lo que llevará tiempo volver a los vuelos diarios hacia todos lados, como sabíamos ver en Ezeiza antes de la crisis. Pero esto no será un tema exclusivo de Latam Airlines, sino que más bien es algo que enfrentarán todas las líneas aéreas que vuelvan a operar en el país, e incluso, en el mundo.

Vuelo diurno a Miami y Prueba del servicio de Locker en el Duty Free de Ezeiza.

Para finales de junio pasado Latam Airlines tuvo una particularidad en sus vuelos a Miami: además del tradicional diario directo sin escalas nocturno, hubo uno similar pero diurno. Se trató del vuelo 4M7824 que partía de Ezeiza a las 8:40 de la mañana, y que al momento de escribir este post ya no está disponible.

Si bien este vuelo fue operado con el B767 de siempre y el servicio es el mismo al que Latam nos tiene acostumbrados, me decidí a escribir el reporte para contar una experiencia totalmente nueva que decidí probar en esta ocasión.

Llegué a Ezeiza con 3 horas de anticipación como acostumbro cuando vuelo a Estados Unidos, sabiendo que los controles de seguridad adicionales podrían llegar a demorar el proceso normal de embarque, así que mejor tomar los recaudos del caso. Es decir, me levanté tempranísimo y enfilé hacia el aeropuerto con pocas horas de sueño para encontrarme con un mostrador de checkin bastante solicitado. La gran acumulación de gente y consiguiente demora no tenía que ver con el habitual cuestionario de seguridad que Latam realiza para sus vuelos a Miami (que fue rápido como siempre), sino con que había un solo desk habilitado para la atención al público.

Pasados unos 15 o 20 minutos llegó más personal de la aerolínea y el tema comenzó a agilizarse. Así despaché el equipaje y luego pasé por los scanners de seguridad sin más demora, para encontrarme con la novedad de que Burger King está por abrir su sucursal en la zona de preembarque. Sin embargo una hamburguesa no tenía nada que ver con la experiencia que estaba a punto de probar por primera vez.

En esta ocasión viajaba con la intención definida de comprar alguna bebida de esas que suelen ser más baratas en el free shop que en la plaza local (aunque hoy en día no hay que dar nada por hecho y conviene revisar, comparar y confirmar). Chequeando precios aprovechando que tenía buen tiempo antes de la salida, encontré una muy buena promoción. Pero claro, no me iba a ir de viaje con las botellas a cuestas, así que opté por probar el servicio de retiro de productos al regreso.

El tema es bastante simple: vas, seleccionás lo que querés comprar y en la caja pedís el servicio de locker para retirar a la vuelta. Pagás en el momento y te piden los datos del vuelo de regreso, con los cuales te emiten un ticket que debés conservar y presentar para retirar luego. Aunque no lo usé aún, ahora también está la opción de reservar los productos on line y retirarlos luego en el aeropuerto el día del vuelo.

Algo a tener en cuenta: al regresar el retiro no se realiza en el free shop de la terminal, sino en una ventanilla que hay en un extremo de las cintas de equipaje. Allí se presenta el ticket y nos entregan los productos tal como si recién los hubiéramos comprado. Esto permite aprovechar la mayor variedad que hay en la tienda de salida, como así también cualquier promoción que esté vigente en ese momento, y que no sabemos si al regreso aún estará disponible. Y por supuesto, con la comodidad de no tener que llevarnos todo eso de paseo por el mundo.

El viaje en sí fue bastante placentero porque tuve la suerte de volar con el asiento de al lado vacío. Se trató del 27L, un clásico ya a esta altura para mi vuelo a Miami con Latam, y por la ventanilla pude registrar la nueva torre de control en construcción bajo la luz de la primera mañana, como así también la espera en cabecera de la pista 11, experiencias casi imposibles al viajar en vuelos nocturnos.

El servicio de abordo no cambia en nada salvo en el orden, obviamente. Al ser diurno, momentos luego del despegue viene el desayuno; y luego cerca ya de Miami se sirve la cena. El contenido y calidad del menú son los acostumbrados.

Y otro detalle del vuelo diurno: a destino se llega también de día, a las 17:10 según el horario del schedule. Y eso hace que se puedan tomar buenas fotos de Miami desde el aire, cosa que arribando antes de las 5 am es bastante difícil.

Afortunadamente se trató de un vuelo sereno y que se realizó tal como programado. Muy puntual el servicio. Mi miedo de llegar en ese horario era la cantidad de gente que podría encontrar haciendo migraciones, pero por suerte no fue para nada grave. Pasé primero por las máquinas automáticas, que ya son obligatorias por lo que pude ver, y luego de contestar el cuestionario, con el ticket en mano enfrenté al oficial de migraciones que no me preguntó nada adicional.

Así de fácil (y de rápido) había ingresado a Estados Unidos una vez más.