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El Museo del Ferrocarril, en la Estación Chascomús.

La vieja estación ferroviaria de Chascomús quedó desafectada del servicio en diciembre de 2014, momento en que el tren comenzó a operar desde la flamante estación ferroautomotora emplazada en la nueva traza. Sin embargo, el viejo edificio de estilo inglés no quedó sin vida, sino que en la actualidad alberga al Museo del Ferrocarril de la ciudad.

 

Se trata de un muy pequeño museo que se recorre rápidamente, pero que bien vale la pena visitar para conocer un poco más sobre la historia de Chascomús y entender cómo esta ciudad comenzó a cobrar importancia en base a la llegada del tren, que se dio en 1865.

Foto que muestra la espera de los pasajeros en la Estación Chascomús cuando era punta de rieles. Año 1875.

 

El 14 de diciembre de aquél año llegó a la estación la primer formación proveniente de Buenos Aires, en un viaje que tardaba cerca de 4 horas. Era toda una mejora para aquella época en la que llegar hasta Chascomús en carreta insumía unas 24 horas desde la capital federal. Funcionaban dos frecuencias, una por la mañana y otra por la tarde, lo que implicaba que con el nuevo servicio se podía ir y venir a Buenos Aires en el mismo día.

La sala de espera, hoy convertida en museo, muestra cómo era la sociedad en la época de su inauguración.

Chascomús era además una estación de gran importancia, ya que por un tiempo fue punta de rieles, es decir que allí terminaba el recorrido del ferrocarril. Para viajar más al sur había que transbordar a carreta, y esto valía tanto para pasajeros como para las mercaderías que debían transportarse. No es de extrañar, pues, que Chascomús comenzara a adquirir una gran importancia comercial con la llegada del tren, que funcionó en esta vieja estación de forma ininterrumpida por 149 años.

El telégrafo. Detrás se llega a ver parte de la enorme taquilla de boletos. Hoy en día ninguno de los dos es de utilidad.

El museo cuenta esta historia como así también da cuenta de cómo era la sociedad de Chascomús en aquellas épocas. Se exhiben distintas herramientas ferroviarias como también elementos de comunicación, entre los que destaca el telégrafo. Pero a mi lo que más me llamó la atención es la serie de posters de 1948 dedicados a la seguridad e higiene, o, en otras palabras, a evitar en la medida de lo posible los accidentes laborales. Un concepto muy común en la teoría hoy, pero en el que aún falta trabajar fehacientemente. Y fue una grata sorpresa ver como ya en la década del ’40 algo se hacía al respecto.

Detrás de las máquinas de escribir el panel con los distintos posters de concientización sobre normas de seguridad.

La vieja estación Chascomús estuvo originalmente regenteada por el Ferrocarril Sud, que la inauguró. Desde 1947 quedó bajo la administración del Ferrocarril General Roca hasta el año 1992, en el que la tomó la empresa Ferrobaires. De todo aquél movimiento de vagones y locomotoras, hoy solo queda el recuerdo y estos testimonios pueden encontrarse al ingresar el edificio.

El andén, llamativamente en curva, hoy sin pasajeros que esperan viajar a la capital.

Un museo simple, sin lujos, y hasta un tanto desordenado, pero que nos muestra una Chascomús que ya no conocemos.

El Museo Pampeano de Chascomus.

En la esquina de la Av. Lastra y Muñiz, en la localidad de Chascomús, se levanta un edificio de paredes blancas y galería techada con tejas, rodeado de un amplio sector verde. Se trata del Museo Pampeano, creado en 1939 en el marco de los festejos por el centenario de la Batalla de Chascomús, en la que un grupo de hacendados de la zona conocidos como «Los Libres del Sur» se levantaron contra el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas.

Detrás de la estatua del «Cantor» se ubica una carrera de alrededor del 1900, resguardada bajo techo.

En sus orígenes el museo hizo especial honor a su nombre, ya que estaba principalmente dedicado la gaucho y sus costumbres, además de a recordar los hechos acontecidos en aquellos parajes, 100 años antes de su fundación. Con el tiempo y la contribución de los vecinos, luego comenzó a expandirse para abarcar más ampliamente la historia de la zona.

La cortadora de pasto para dos caballos que fuera utilizada en los comienzos del Museo Pampeano.

Actualmente cuenta con 8 salas, estando la primera de ellas dedicada a la arqueología y la paleontología, adentrándose en los detalles sobre los primeros hombres que poblaron la pampa bonaerense y los restos de animales prehistóricos que se han hallado en la zona.

La vida pampeana sigue siendo un eje central de la muestra y cuenta con 2 salas dedicadas a ellas. La primera dedicada a la Guardia de San Juan Bautista de Chascomús como primer asentamiento cristiano, y la segunda ya enfocada en la vida de estancia. Un detalle al respecto, es la exposición del primer alambrado que hubo en el país, que llegó importado desde el exterior.

«La Domadora» es una escultura realizada en marmol de Carrara.

Pero la sala más interesante, por su importancia histórica, en mi opinión es la dedicada al recuerdo de Los Libres del Sur, donde se recuerda la rebelión y la batalla que le dio fin, además de exponer elementos tanto unitarios como federales.

Fragmentos de rieles utilizados en diferentes épocas, mezclando los de trocha ancha con los de trocha angosta.

Por desgracia en el interior no se permiten las fotografías, razón por la cual las ilustraciones son únicamente del jardín, donde también hay expuestas algunas piezas interesantes, como cañones de 1825 y tramos de vía de tren de diferentes trochas, que estuvieron en funcionamiento entre 1865 y 1965.

Apenas ingresando al parque, uno se encuentra con los amenazantes cañones de hierro, de 1825.

Si bien desde el comienzo de la pandemia por COVID-19 el museo permaneció mayormente cerrado, afortunadamente a partir de diciembre reabrió con un protocolo que permite que los turistas lo visiten en grupos de hasta 7 personas, en una recorrida autoguiada de no más de 45 minutos. La entrada es gratuita, y así también lo es la audioguía que se descarga en el celular, y que orienta el recorrido por la muestra.

Para los vecinos de Chascomús, o los visitantes que ocasionalmente estén en la ciudad, el museo organiza regularmente distintas actividades culturales al aire libre. Para estar al tanto de la agenda, se puede ingresar al perfil del Museo Pampeano en Facebook y seguir sus publicaciones.