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Visita guiada a Pasrai: Fábrica boutique de aceite extra virgen.

La excursión a establecimientos boutique que realicé durantes mis últimas vacaciones en Mendoza no era totalmente alcohólica saltando de bodega en bodega, sino que también pudimos hacer un parate estratégico en una fábrica de aceite extra virgen; y digo estratégico porque, como el mismo guía nos indicó, estaba pautada en medio de la excursión cuestión de aprovechar la degustación con la que, además de probar los exquisitos productos de la aceitera, íbamos a formar una base sólida en nuestros estómagos para poder sobrellevar la degustación final de vinos, que aún faltaba.

Los aceites

Preparándonos para degustar los diferentes sabores de aceite extra virgen que preparan en Pasrai.

Así es cómo pasamos por Pasrai, una empresa familiar mendocina que desde 1920 elabora frutas deshidratadas y  aceites de oliva extra virgen. En este caso, la que visitamos fue la aceitera, y así aprendimos cómo se produce el «extra virgen», el aceite de oliva de mejor calidad, cuya característica es contener un porcentaje de acidez menor al 0,8%, lo cual se logra a través de una cuidadosa selección de las aceitunas que se utilizarán en el proceso, que al menos en el caso de Pasrai son aceitunas negras compradas a proveedores especialmente elegidos, ya que en Mendoza cae mucha piedra que arruina el olivo y no lo hace apto para la producción de aceite de tan alta calidad. Estas aceitunas son procesadas dentro de las 48 horas de su cosecha, otra característica ineludible del concepto extra virgen.

Molino de piedra

El molino de piedra es un método milenario para fabricar la pasta de aceituna, y todavía hoy se lo utiliza.

Con esta celeridad comienza el proceso, que arranca con el lavado de las aceitunas con agua fría y el removido de las hojas con las que vienen de la plantación, ya que son éstas las responsables del sabor amargo que se quiere evitar. Una vez lavadas, las aceitunas pasan a un molino de piedra cuyos rodillos forman la pasta de aceituna que servirá de materia prima.

Prensas

Las prensas acumulan bandejas con pasta de aceituna y las presionan a 220 Kg para extraer el aceite.

El paso siguiente será controlar la temperatura de la pasta, que debe estar específicamente a 25°C durante su amasado, para finalmente pasar a la torre de prensado, una máquina dónde se van acumulando bandejas con pasta de aceituna una encima de otra, hasta formar una torre que puede contener un máximo de 80 bandejas. La prensa las presiona durante 90 minutos hasta llegar a 220 Kg. de presión, extráyendose así el aceite de la pasta.

Tanques

El proceso de decantación del aceite se realiza con agua.

Finalmente, con agua se realiza la decantación, separando el aceite que pasa a embotellarse. Y aquí viene algo interesante porque no sólo se produce el aceite de oliva habitual, sino que además hay versiones saborizadas del mismo, para lo cual se utilizan elementos como el famoso ají Puta Parió, orégano, albahaca, romero y ajo. Esto quedará patente durante la degustación que cierra la visita, donde nuestra guía dispuso de varios platos con pancitos a los que aplicó los distintos tipos de aceite. La clave de la degustación, tal como nos desasnó la guía, está en comenzar a probar desde el más suave e ir subiendo el tenor de los sabores, ya que si arrancás con el aceite sabor a ají, luego no vas a sentirle gusto a nada. Mis recomendados son el picantito de ají, y por supuesto, si no pensas besar a nadie en las próximas horas, el de ajo. Haceme caso, no te vas a arrepentir.

Embotellado

La producción se lleva a cabo durante cuatros meses. El resto del año se dedican al embotellado.

Una particularidad de la fábrica es su condición de boutique, por la cual produce durante la temporada de olivo entre mayo y agosto, empleando una dotación de ocho personas, mientras que durante el resto del año se dedican a embotellar los productos.

Degustacion

En la degustación probamos todos los sabores disponibles y elegimos nuestros favoritos.

Finalizada la degustación uno tiene la opción de comprar alguno de los productos. Si hacés la visita, no la desaproveches, porque Pasrai no tiene distribución en Buenos Aires, por lo tanto la única forma de conseguir estos aceites será encargándolos a distancia y que te los envíen por encomienda, o darte una vueltita por Mendoza y pasar a visitarlos, opción que por supuesto, no está nada mal.

La difícil tarea de spottear desde la terminal de Mendoza.

Para aquellos que amamos la aviación, el viajar y pasar unas horas en algún aeropuerto es siempre un buen momento para alzar la cámara y quitarnos las ganas de fotografiar cuanto pájaro de metal se nos ponga adelante. Difícilmente vayamos con el tiempo justo al aeropuerto, ya que la espera en el gate, lejos de ser deprimente, se transforma en un ir y venir en busca de la posición que nos permitirá la mejor toma de lo que sucede en la plataforma, y es algo que se disfruta tanto como el viaje.

Sin embargo, a veces no es tan simple ya que uno puede encontrarse con obstáculos insospechados como reglamentos aeroportuarios que prohiben las fotos, o como pasa en el Aeropuerto de Mendoza, con una panorámica excelente desde la terminal vidriada…¡pero enrejada!

La reja

Y ahí tenés entonces, todas las fotos de la plataforma mendocina tras los barrotes, como si se tratara de una prisión. La primera y obvia reacción es un rosario de puteadas al genio que se le ocurrió la brillante idea, pero luego de la frustración inicial uno empieza a buscar transformar esos fierros «arruinafotos» en parte de la postal aeronáutica. Y bueno, así salen algunas tomas como estas.

Un primer plano del motor de un Embraer 190 de Austral mientras los pasajeros lo abordaban.

Motor E-190

Con las rejas como marco, incluimos el morro puntiagudo en el cuadro.

Vista con el morro

Algo de zoom para meternos dentro del cockpit del Embraer.

Dentro del cockpit

Mirando un poco más atrás sale un primer plano del estabilizador vertical.

Estabilizador Vertical

Un poco más tarde, y después de bastante ir y venir buscando nuevas tomas, descubrí en la punta izquierda de la terminal un ventanal libre de rejas que apunta hacia la cabecera 18 de la pista. Ya caía la tarde y hubo que subir bastante el ISO para hacer las tomas, pero no me iba a perder la oportunidad de retratar al LV-FVM, el flamante Boeing 737 que Aerolineas Argentinas había recibido «0 horas» desde la fábrica de Seattle apenas unos diás atrás.

LV-FVM frenando

B737 AR taxeando

En este punto del post hago un paréntesis para saludar desde aquí a los amigos de @ArgIntlSpotters que estuvieron registrando la llegada del LV-FVM en Aeroparque, evento que me perdí a pesar de su invitación por estar inoportunamente de vacaciones. Así lo recibían Sabrina, Claudio y Tomás.

Presentacion III

Presentacion IV

Presentacion II

Presentacion I

Ahora sí, volviendo al spotting en Mendoza, finalmente llegó procedente de Aeroparque el A320 de Lan que decretaría el final de mis vacaciones.

A320 Lan

Mientras el LV-BFI taxeaba para acercarse hasta la plataforma, el E-190 de Austral ya había acelerado motores en la pistra principal y viraba en el aire en pleno ascenso.

E-190 virando en ascenso

El BFI tomó posición en la puerta asignada, y volvimos a buscar la forma de eludir la reja para poder fotografiarlo en medio de ese proceso.

BFI acercandose a manga

Pero reja mediante, las tomas que más me gustan son los primeros planos, como este de la turbina aún girando del motor aún encendido. (Editado en base a la corrección que me hizo el lector Mauricio).Motores encendidos del A320

Así, junto a mis vacaciones mendocinas, se terminó también este post spotter. Pronto llegarán otros, con nuevo material tomado en Aeroparque. ¡Hasta la próxima!