Archivo por meses: diciembre 2020

Un extraño estudio de IATA para la Navidad.

Cada año, a medida que se acerca la Navidad, los mensajes de saludos y felicidades se multiplican alrededor del mundo, tanto desde el lado empresarial como del personal. Y en algunos casos surgen publicaciones un tanto curiosas, como el estudio de mercado especial que IATA (la asociación que nuclea a la mayor parte de las líneas aéreas del mundo) realizó la semana pasada.

En este documento, IATA resume la evolución de la industria aérea durante la pandemia de COVID-19 en apenas un párrafo, indicando que luego del pico de la enfermedad, los consumidores fueron recuperando gradualmente la confianza, lo que provocó un crecimiento inusual del e-commerce, mientras que la capacidad de bodega en los aviones estaba muy disminuida por haberse suspendido la actividad de gran parte de la flota de pasajeros, causando aumentos de precios en los fletes aéreos de un 65% interanual, y del 80% en el caso de los contenedores marítimos.

La época navideña, se sabe, es un período de gran demanda por parte de consumidores de todo el mundo, por lo que los niveles de carga suben, presionando también las tarifas de transporte al alza. Según las estimaciones de IATA, los precios del trineo también sufrirán un aumento del 27%, pero aún así seguirían manteniéndose por debajo de las tarifas de otros medios de transporte, por lo que la prestigiosa institución se anima a sugerir que los renos de Papá Noel serán una muy buena alternativa esta noche, si de economía de costos hablamos…

Sí, leíste bien. La conclusión de IATA es que este 24 de diciembre, Papá Noel será una alternativa competitiva al transporte aéreo clásico, y al marítimo.

Y claro está, en estas fechas, todos podemos tomarnos una licencia, salirnos del formalismo, creer un poco en la magia y cerrar los ojos para pedir que lo que deseamos se haga realidad. ¡Cuánto más en un año como el que nos tocó vivir!

Es mi deseo para todos los lectores del blog que pasen una muy linda Navidad con sus familiares y amigos; y que el próximo año que ya se acerca sea el del retorno a la normalidad. Una normalidad que sea mucho mejor que la anterior, con más respeto hacia el planeta que habitamos, y hacia nosotros mismos.

Cerremos los ojos. Es sólo cuestión de soñar, y quizá se nos da.

El Cristo del Portezuelo: El mirador emblema de Chilecito.

Cuando llegué a la ciudad de Chilecito, luego de manejar largas horas desde Buenos Aires (con una noche intermedia en las sierras de Córdoba), sabía que se trataba de la segunda ciudad más grande de la provincia de La Rioja, que era la cabecera del departamento homónimo y que tenía un atractivo turístico principal (y que me provocaba gran ansiedad y curiosidad): el famoso cablecarril.

Con sus brazos abiertos el Cristo del Portezuelo parece darle la bienvenida a todos los que llegan a Chilecito.

En aquél momento sabía yo también que en Chilecito se alzaba una majestuosa imagen de Jesús, y pensaba que esta era un símbolo tradicional del lugar, pero aquí me equivocaba. Lejos de ser una escultura histórica, el Cristo del Portezuelo se creó en 2011 como parte de los festejos por el Bicentenario Argentino, y pretende simbolizar la gran tradición cristiana que hay en el pueblo riojano.

Durante el atardecer la escultura «cobra vida» a través de un equipo de iluminación que le da brillo y color.

La imponente obra del escultor Alejandro Carrizo mide 16 metros de altura y está colocada entre dos pequeños cerros, en lo que se llama El Portezuelo. Llegar hasta ella es una excelente idea para obtener buenas imágenes del pueblo y los alrededores, desde lo alto, y lo más recomendable es subir durante el atardecer, tanto por las imágenes como por el esfuerzo de remontar los 200 escalones (uno por cada año de historia argentina).

En lo alto de la escalinata, dominando el atardecer en la ciudad, el Cristo del Portezuelo es imponente.

Para quienes se vean impedidos de realizar tal esfuerzo existe un funicular, pero lamentablemente no está en funcionamiento. Ojalá en algún momento logren resolver el problema técnico que lo aqueja así todos tienen la chance de disfrutar de las excelentes vistas desde el mirador.

Es el mejor mirador de la ciudad, desde el que puede apreciarse todo el valle hasta llegar al cordón montañoso.

Al pie de la escalinata hay una confitería que invita a relajarse después del esfuerzo de subir y bajar, y si bien el Cristo se ve durante todo el día desde casi todas partes de la ciudad, por las noches es un espectáculo aparte ya que se ilumina y sus colores van cambiando a medida que avanza la noche.