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Paseo por las entrañas del Volcán Malacara.

Aunque caminar por adentro de un volcán debe ser una experiencia poco habitual hasta para un geólogo, es una de las cosas que podés hacer cuando visitas Malargüe, al sur de la provincia de Mendoza. De hecho, me animo a decir que directamente es uno de los imperdibles de Malargüe, especialmente si consideramos que el Malacara es un volcán único en el mundo.

Zig Zag

Las coladas de lava hoy funcionan como caminos que guían a los turistas hacia dentro del volcán.

Se trata, al igual que el resto de los volcanes de la Reserva La Payunia, cuyo post podés visitar acá, de un volcán de retroarco, es decir que se formó por la acción de la lava que busca por dónde salir y no por el choque de las placas tectónicas, pero además tiene la particularidad de ser un volcán hidromagmático, significando esto que durante el proceso la lava se encuentra con ríos subterráneos y se fusiona con el agua, provocando una reacción mucho más violenta que lo normal. Así es como el Malacara erupcionó no sólo hacia arriba, sino también hacia todos los costados, creando los túneles por los que hoy podés caminar hasta su mismísimo centro.

Caminando la colada

La guía nos va marcando el paso mientras el sol pega fuerte. Importante llevarse gorro y protección solar.

Igualmente, no es por su condición de hidromagmático que digo que se trata de un volcán único, sino porque no hay otro que se pueda visitar. Sólo tiene un posible competidor en Canadá con condiciones similares, pero es un volcán que aún está activo, por lo que visitarlo se hace un tanto complicado.

Vista desde dentro del volcan

Las altísimas paredes desde adentro del volcán.

Para visitar el Malacara, y al igual que con la excursión a la Caverna de las Brujas, hay que sacar turno, pero la diferencia es que en este caso el mismo se obtiene en la Agencia Aires, que está sobre la avenida principal de Malargüe, al lado del casino. Allí, en marzo pasado, pagamos $130 por el turno, y $30 la guiada, todo por persona. Por supuesto que si no contás con vehículo para acercarte por tu cuenta hasta el volcán tenés la opción de contratar la excursión en alguna de las agencias de turismo, aunque no sea la que a mi más me guste por el tema del altísimo costo sin agregar gran valor a lo que se ve y se hace.

Por la colada

Las líneas en las rocas de las paredes marcan el paso del tiempo y las erupciones.

En nuestro caso el tema del turno se complicó un poco ya que, emergencia hídrica provincial mediante, durante los días de nuestra estadía no había agua en el volcán, y por lo tanto no funcionaban los baños y las excursiones estaban «suspendidas». La verdad es que, si bien la excursión dura algunas horas, siendo algo previsor no hay necesidad de visitar el baño, así que salvo alguna emergencia poco oportuna, no te pierdas la caminata por este ínfimo detalle. Si les indicás en la agencia que lo del baño no importa, sacás el turno igual.

Contrastes

Contrastes entre las sombras del interior y la luz solar que raja el suelo en el exterior.

Para llegar hasta el volcán se sale de la ciudad por la Ruta 40 hacia el sur unos 22 kilómetros, y luego se empalma con la ruta 186 por la que se deberán recorrer otros 20 kilómetros más, pero de ripio. Una recomendación es salir con tiempo para no andar con lo justo. Desde el punto de encuentro con el guía habrá que seguir camino en los vehículos, por lo que es importante no llegar tarde, y si bien el ripio de la 186 está en bastante buen estado, si en el apuro levantás la velocidad las piedras empiezan a golpear y podés romper algo.

Saliendo de las entrañas

Estás literamente dentro del volcán. Pero en algún momento hay que salir de sus entrañas.

La excursión en sí consta de caminar por las coladas de lava abiertas por las erupciones que salieron hacia los costados, y que se convirtieron en verdaderos caminos hacia el centro de la montaña. Es como un sueño de Julio Verne hecho realidad. Ir caminando entre las enormes paredes del volcán es algo impresionante, pero llegar al punto donde mirás para arriba y ves el cráter desde adentro es increíble.

El crater

Uno de los momentos memorables de la visita: la visión de uno de los cráteres desde el interior.

Luego, cuando salís al exterior nuevamente y parece que la visita ya se terminó, comenzás a subir por la ladera hasta la cima para apreciar el paisaje de alrededor desde allí arriba. Ese es el punto de mayor esfuerzo físico, pero nuestra guía Mónica fue muy hábil haciéndonos parar a mitad de camino para darnos algunas explicaciones extra, y por supuesto, para tomar algunas fotos (y aire). Una vez arriba se puede ver, por ejemplo, la Laguna de Llancanelo.

Salinidad al fondo

A lo lejos se divisa la Laguna de Llancanelo, en medio de un paisaje de belleza indescriptible.

La visita al volcán Malacara es uno de mis recomendados para cuando vayas a Malargüe. De verdad, no te la podés perder. Pero si con todo esto aún no te convencí, pasate por acá mismo el jueves que viene y mirá la galería de fotos. ¡Hasta entonces!

Estudiando los rayos cósmicos: Visita al Observatorio Pierre Auger.

Los días que duró la estadía en la ciudad de Malargüe fueron físicamente intensos: no sólo había que madrugar mucho todos los días, sino que además varias de las actividades requerían algún tipo de esfuerzo físico ya sea para aguantar varias horas de combi hasta el destino elegido, o para realizar una caminata al centro de un volcán. Era lógico pues, que en algún momento hubiera que bajar un cambio. Con tantas cosas por hacer y conocer y tan pocos días disponibles, el hecho de simplemente descansar mate de por medio era más bien percibido como una pérdida de tiempo injustificable, así que la visita al Observatorio Pierre Auger, ubicado justo frente a la entrada a la ciudad de Malargüe, resultó una opción óptima para descansar un poco el físico y activar las neuronas tratando de entender qué es lo que se hace en este lugar.

Observatorio

Malargüe fue el lugar elegido para la sede del hemisferio sur del Proyecto Pierre Auger.

La visita, que se puede hacer gratuitamente de lunes a viernes a las 17 hs. presentándose directamente en el observatorio, sin necesidad de sacar turnos ni entradas, consta de la proyección de un video explicativo seguido de una charla dada por un científico dispuesto a responder todas las preguntas que se te ocurran, y a traducir lo mejor posible al castellano básico que todos manejamos las cuestiones y mediciones técnicas que hay por doquier en las ilustraciones de la sala como en el video en sí. Tanto el video como la charla son bilingües, y en nuestro caso coincidimos con una pareja de alemanes que se quedaron luego para ver la versión en inglés del video.

Antena

El objeto es el estudio de los rayos cósmicos de gran energía.

La verdad es que para mi, que no entiendo gran cosa de astronomía ni astrofísica ni nada que se le parezca, la visita al observatorio me pareció interesantísima. ¡Cuánto más la podrá aprovechar alguien que sí esté en tema!

Básicamente, y en mis propias (y pobres) palabras, lo que se estudia en el observatorio son los así llamados «rayos cósmicos», que no son más que partículas que llegan del espacio exterior. Los rayos de menor energía son los que provienen de nuestra Vía Láctea, pero hay otros mucho más energéticos que se supone que no pueden haber sido originados por ninguna fuente energética de nuestra galaxia, o sea que provienen de mucho más allá. Es sobre estos últimos que trabaja el Observatorio Pierre Auger. Si se llegara a descubrir el origen de estas partículas se podría ubicar las fuentes de energía más poderosas del universo, aunque aún no está claro para qué podría servir esta información.

Placa de paises

En total son 18 los países que participan en el proyecto.

Este es uno de los factores más destacables ya que incluyendo a la Argentina hay 15 países financiando esta investigación cuyo objetivo y potencial final aún se desconoce, pero que se encargan de proveer y mantener el equipamiento de  última tecnología de la que dispone el observatorio, que con 3000 km2 es el más grande del mundo. Semejante tamaño, por supuesto, tiene una razón de ser: las partículas objeto de estudio caen en la Tierra a razón de 3 o 4 por km2 por siglo, lo que hace que la acumulación de una masa crítica de datos para ser estudiados sea muy lenta. Es por eso que se desarrolló este laboratorio que cuenta con una superficie de observación de 3000 km2 en la cual hay distribuidos unos 1600 detectores de superficie con el objetivo de acelerar la recolección de datos y conseguir estadísticas significativas en un plazo de 20 años.

Tanque

Los tanques contienen agua que detectan los rayos cósmicos cuando caen a la superficie.

La zona de la Pampa Amarilla, entre Malargüe y San Rafael, al sur de la provincia de Mendoza, fue el lugar finalmente elegido de entre los otros puntos finalistas ubicados en Sudáfrica y Austrialia, principalmente por tener esta gran extensión de tierra plana a unos 1400 msnm, por su clima de temperaturas no extremas y por su atmósfera de aire limpio y su latitud ideal para observar el cielo de todo el hemisferio sur, siendo esto último importante también porque el observatorio no sólo consta de los tanques de superficie, sino también de 4 detectores de fluorescencia con 6 telescopios cada uno. El equipamiento se completa con un telescopio lidiar al lado de cada detector de fluorescencia, que dispara un rayo láser al cielo y mide los reflejos producidos por las partículas en suspensión a fin de determinar la opacidad de la atmósfera.

Como ya dije al principio, yo de esto no entiendo nada, así que no tiene mucho sentido que siga escribiendo. Por eso te dejo el link a éste video. ¿Quién mejor que el coordinador de operaciones científicas del observatorio para explicarte en detalle su funcionamiento?

Así pasamos por el Observatorio Pierre Auger y descubrimos qué son los rayos cósmicos. Si sos de los que les interesa la ciencia, o si tan sólo querés saber qué son y para qué sirven esos tanques que se ven de tanto en tanto a la vera de la ruta, no dejes de visitarlo cuando pases por Malargüe.