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Alojándome en el Holiday Inn de Puerto Montt.

Hace unos meses atrás pasé unos días en el sur chileno, más precisamente en la ciudad de Puerto Montt. Allí me alojé en el Holiday Inn, que está estratégicamente ubicado al lado del shopping Costanera, al cual tiene acceso directo.

Hotel en piso 11

El acceso al hotel se compone únicamente por unos carteles indicativos y los ascensores que te llevan hasta el piso 11.

La estructura del hotel en sí es muy curiosa, ya que el hall de ingreso está totalmente pelado, a excepción de algún asiento para descansar y una pantalla que te indica que estás en el lugar indicado. Para llegar hasta el lobby de recepción, habrá que tomar el ascensor hasta el piso 11, la cual de hecho será la única opción disponible (junto con la planta baja y el estacionamiento), ya que para frenar en cualquiera de los otros pisos necesitás la tarjeta / llave que te entregan al hacer check in.

Vista al atardecer

Impresionante vista de Puerto Montt desde la habitación, en el atardecer de un día soleado.

La habitación que me asignaron era muy cómoda y amplia, y tenía una vista realmente espectacular. Como siempre que viajo, la batería llega casi de última, por lo que una de las primeras cosas que busco es dónde enchufar el celular. No había tomas a la vista disponibles, salvo un lámpara en el escritorio en cuya base había varios enchufes. Intenté conectar el celular allí, pero sin suerte: el toma con el adaptador no quedaba bien enchufado. Luego de un buen rato descubrí que la mesa de luz, dispuesta entre las dos enormes camas, tenía un compartimiento para los zapatos dentro del cual había un toma que funcionaba perfecto! Medio complicado de encontrar sin previo aviso, pero al final resultó efectivo.

Habitacion

La habitación es muy amplia: entran cómodas dos camas más el mobiliario necesario para la estadía.

El punto en contra de la habitación, al menos para mi gusto, es que no había placard. La ropa queda colgada a la vista y sin resguardo, y en lugar de estantes para acomodar la ropa hay muebles con cajones, que para estadías cortas me resultan muy incómodos. Otro punto en contra es que no cuenta ni con frigobar ni con heladera dónde guardar bebidas frías.

Guardarropa sin puertas

No hay placard para la ropa, pero sí hay tabla.

La vista desde la habitación es realmente un prvilegio, tanto de día como de noche.

Luces de PMC

Vista de la ciudad iluminada, y su reflejo en el agua durante la noche.

El desayuno por su lado es muy completo e incluye facturas, pan y fiambres con manteca y diferentes mermeladas. Para beber se puede optar café, té y leche.  Se sirve en el mismo piso de la recepción, donde hay un amplio comedor con tomas en las mesas de los costados, y desde el cual también se tiene una hermosa vista.

Lobby y restaurant

En el salón comedor se sirve el desayuno, en el mismo piso donde está el mostrador de recepción.

Así pasamos entonces por el Holiday Inn de Puerto Montt; en mi caso, el primer hotel de esta cadena en que me hospedo. Una propuesta para tener en cuanta cuando se visite el sur chileno.

Una noche en el Grand Hyatt de Santiago de Chile.

Durante el mes de marzo viajé a Chile por razones de trabajo, y por una noche me alojé en el Grand Hyatt, un 5 estrellas de lujo. Ya en el aeropuerto, al que llegué en un vuelo de Lan operado con el flamante B787 como te conté en este post, ya me esperaba el auto que me llevaría hasta el hotel en un viaje que duró apenas media hora. Llegué de noche y a primera hora de la mañana siguiente tenía que tomar otro vuelo, por lo que mi estadía en el Grand Hyatt fue muy escueta: apenas cenar y dormir unas horas, pero aún así no podía dejar de mostrarte lo que es este hotel.

Salon

El salón del hotel es amplio y está iluminado y decorado con mucho estilo.

Al llegar la recepcionista me explicó todas las cosas que tiene el hotel y que yo no iba a poder usar, como por ejemplo el gimnasio, el spa con masajes y sauna y el gimnasio. Además me comentó que dentro mismo del hotel hay tres restaurantes diferentes, cada uno con su estilo. Está el restaurante japonés (que no es de sushi aunque seguramente lo tengan dentro del menú), el tailandés y el mediterráneo.

Habitacion

Vista de la habitación y su enorme cama desde el área del living.

Una vez que me dieron la tarjeta llave subí a mi habitación asignada que, al entrar, realmente sorprendió por su tamaño. Además de una cama king size a la que apunta una televisión tamaño pantalla de cine, tenía una especie de living en desnivel, con sillones, mesa ratona y escritorio de trabajo incluídos, y desde cuyo ventanal se debería poder tener una vista excepcional de la coordillera de los Andes, de haber algo de luz solar.

Baño

El baño estaba divido en compartimientos e incluye una bata para cuando salís de la ducha.

El baño también estaba super equipado, incluyendo compartimientos separados para la ducha, donde uno hasta tiene disponible una bata del hotel, todo cuidadosamente ordenado. Otro detalle es que no hay cartel de «no molestar», sino que en su lugar hay una perilla en la pared que al principio yo confundí con la de la luz, pero que resultó ser el comando por el que uno solicita que le limpien la habitación, o que no lo ingresen.

Do not disturb

Dos opciones: «Do not Disturb» o «Make up Room».

Dejé rápidamente mi carry on en el armario sin desarmarlo y volví a bajar. Al hacerlo por el ascensor vidriado uno tiene una vista panorámica del lobby del hotel. Siguiendo las instrucciones de la recepcionista me dirigí al conserje (que tiene una oficina exclusiva al otro lado del lobby, incluyendo un cajero automático) para pedir un auto que me llevara al aeropuerto a la mañana siguiente. El detalle (y mi sorpresa): el conserje me llamó por ni apellido para consultarme si venía por el auto al aeropuerto. El tipo ya sabía quién era yo y mi necesidad, y ya tenía todo preparado: me aconsejó el horario de salida de acuerdo al de mi vuelo y me dijo que él se encargaba. Servicio en su estado más puro…

Ascensor vidriado

Los ascensores son vidriados y permiten una vista privilegiada del lobby del hotel.

Siendo ya pasadas las 11 de la noche tenía bastante hambre y no me iba a aventurar a encontrar algo potable fuera del hotel en una zona de la ciudad que no conocía, ni tampoco iba a experimentar con un menú raro dentro del hotel. Así que opté por el restaurante mediterráneo donde pedí un medallón de res con cebolla asada y una copa de vino tinto Carmenere von Siebenthal. Tanto la comida como el servicio estuvieron de diez, incluyendo al encargado del restaurante que se acercó a preguntar si estaba todo bien y se quedó charlando un rato. Para el postre pedí algo bien tranquilo: ensalada de frutas de estación, que resultó ser un plato enorme que no pude terminar.

Cena

Al día siguiente me desperté a la hora prevista y me preparé para el viaje. Preferí dormir unos minutos más, porque realmente habían sido pocas horas de sueño, y en consecuencia me perdí el desayuno del que no podré emitir opinión. Sin embargo, no lo necesito para decirte que el Grand Hyatt Santiago es un hotel excelente, aunque por supuesto, no es económico. Revisando internet al momento de escribir este post veo que la noche cuesta unos ARS 2500 y de allí para arriba. No es para el bolsillo de cualquiera, pero si te lo paga la empresa, o si una noche querés darte un gusto, es una opción que seguro no te va a defraudar.

Ensalada de Frutas

Ahora sí, habiendo dormido poco pero bien, ya estaba listo para seguir viaje a mi próximo destino. Espero que vos también estés listo para seguir navegando por Ahicito Nomás ¡Acá te espero!

Nota: La foto de portada del post está sacada de la web del hotel: santiago.grand.hyatt.com. Créditos al autor.