Archivo por meses: julio 2017

Cómo visitar la planta de Airbus en Hamburgo.

Hamburgo es una ciudad hermosa en la que el visitante encontrará cantidad de actividades para realizar y lugares por conocer. Además de ser un lugar donde «sucedió» la historia, con sus canales es una ciudad arquitectónicamente bella, con una interesante movida cultural, amplios parques y mucho atractivo. Y para aquellos a los que nos fascinan los aviones, tiene un detalle #avgeek muy particular: es una de las sedes del constructor europeo Airbus. Por supuesto, apenas llegamos y nos acomodamos en el lugar, lo primero que hicimos fue coordinar nuestra visita a la planta.

A simple vista llegar desde el centro no parece sencillo, ya que Airbus está ubicada en las afueras, cruzando el Río Elba en la región de Hamburg Finkenwerder donde dispone de un aeropuerto propio. Sin embargo el sistema de transporte público alemán funciona de maravillas, no sólo vas a poder moverte bastante bien, sino que la demora que te indique por ejemplo el Google Maps es lo suficientemente certera como para que puedas calcular bien cuánto vas a tardar. En mi caso viajé en tren hasta la estación Altona y desde allí tomé el colectivo 150 que te deja en la puerta.

Por una cuestión de cupos y de estadía en Hamburgo yo me registré en la última excursión del día. Luego de charlar con otras personas que hicieron la visita la conclusión es que ese horario no es el más recomendable: a última hora de la tarde son pocos los operarios trabajando, por lo que no se ve gran movimiento en la planta. Por otro lado, en la puerta hay un gift shop donde todo #avgeek se va a volver loco, pero al momento en que la última tanda de visitantes sale de la recorrida ya está cerrado, así que uno se queda con las ganas.

Las fotos de la planta y los aviones en ensamble se las debo porque están prohibidas. Uno puede llevar la cámara pero no usarla. Y para asegurarse que todos cumplan las normas cada grupo va acompañado por un guardia de seguridad además del guía. Dentro de la planta nos trasladamos grandes distancias a bordo de los micros de la empresa, pero igualmente luego hay que caminar bastante y subir y bajar escaleras, por lo que la visita no está recomendada para personas con movilidad reducida.

Se comienza viendo un video introducción a lo que es Airbus como empresa, con información muy genérica, luego del cual hay un espacio para una ronda de preguntas al guía. Pero claro, nadie está demasiado interesado en eso: todos queremos entrar en los hangares y ver cómo se construye un avión.

Mientras que las aeronaves se diseñan en Toulouse, Francia, en Hamburgo se realiza el ensamblado y equipamiento de la familia 320, que incluye al avión más vendido en la historia de la compañía, el A320, además del A318, A319 y A321. Claro que los fuselajes que tuvimos oportunidad de ver en los hangares corresponden a la nueva versión A320 NEO (New Engine Option) que son más livianos y mejoran la performance consumiendo menos combustible.

Además Hamburgo funciona como centro de ensamblado de ciertas partes, y de pintura para los A380, e incluso como punto de entrega a los clientes de Europa y Medio Oriente. Así es que en la última parte de la excursión pudimos ver cómo se construye el avión de pasajeros más grande del mundo. Mientras que en el hangar de la familia 320 se trabajaba sobre unos diez aviones, en la bahía del A380 había en construcción dos para Emirates (el principal cliente global de este producto) y uno para Qatar Airways.

Según la explicación del guía, en Hamburgo se opera sobre unos 18 aviones a la vez, y el tiempo de producción de cada uno es de 9 meses aproximadamente. Los compenentes de los aviones vienen de diferentes plantas situadas en Europa, como ser los estabilizadores verticales que llegan desde Stade, Alemania; mientras que las alas llegan desde el Reino Unido y el fuselaje desde Getafe, España. Todo esto implica una logística increíble, que incluye no sólo camiones y buques, sino también barcazas especiales que remontan los ríos con los motores a bordo, y hasta el transporte de partes de fuselaje por avión, en el impresionante carguero A300-600 más conocido como «Beluga» que despega y aterriza en el aeropuerto de la planta, como pudimos apreciar cuando salíamos de la excursión.

La visita a la planta de Airbus es una excursión recomendable para todo el mundo, e imperdible para todo fanático de la aviación. Para realizarla hay que reservar por web indicando día y horario en la página de la Agencia Globetrotter, a la que se puede acceder clickeando aquí. Es sólo con reserva, y es todo muy estricto, así que no olvidar este paso fundamental si no quieren quedarse afuera. El costo es de EUR 23.90 y si estás reservando sobre la fecha, lo podés pagar en el lugar.

Y recordá dentro de lo posible organizarte para reservar un horario durante la mañana, donde seguramente vas a ver la planta en plena actividad.

Adoramos la Santísima Sangre de Jesús en una basílica de Brujas.

Brujas es un lugar de ensueño, y como corresponde que suceda en tales lugares, en Brujas uno puede hacer cosas que ni había soñado. Una de ellas es adorar la antiquísima reliquia de la Basílica de la Santa Sangre: ni más ni menos que un pequeño tubito de vidrio que contiene la sangre seca que derramó Jesús en la cruz.

O al menos eso es lo que surge de la tradición, que indica que en 1150 Teodorico de Alsacia, conde de Flandes, llegó a Brujas desde Jerusalén con la pequeña reliquia a cuestas, la cual le había sido entregada por el patriarca de Jerusalén por sus actos de valentía durante la cruzada. Teodorico la habría llevado entonces hasta la Capilla de San Basilio en la plaza del Burg de Brujas, donde hoy todos nosotros la podemos admirar de forma (casi) gratuita.

La pequeña pero hermosa capilla es un edificio de estilo románico construida en el siglo XXII por Teodorico de Alsacia, y se la puso bajo la protección de San Basilio el Grande, un eclesiástico griego del siglo IV cuyas reliquias fueron trasladadas hasta Brujas en algún momento de la historia. La parte superior de la fachada está dominada por estatuas de bronce, una de las cuales representa al mismísimo Teodorico uniformado como cruzado.

Encima de esta capilla se encuentra la superior, a la que se accede por la escalera De Steeghere y es donde la reliquia se expone a la veneración del público todos los viernes. A partir de este punto, se pide silencio y respeto.

No se decirles si la reliquia contiene realmente la sangre de Jesús o no, pero sí puedo confirmarles que al ingresar a esa parte de la iglesia es como si un manto de silencio bajara sobre todos: se camina con cuidado y se habla en susurros. Allí mismo, a un costado, una cola de fieles esperan su turno para pasar frente al sacerdote que custodia la reliquia, persignarse frente a ella, arrodillarse y dedicarle alguna rápida oración. Todo esto siempre y cuando uno ofrezca una moneda a modo de limosna, a lo que el clérigo reacciona ofreciendo el tubo de vidrio, pero sin que uno pueda tomarlo.

Lo que tampoco se pueden tomar son fotos de ese momento, pero de eso me enteré después, cuando otro sacerdote me retó por andar gatillando mi cámara enfocando la escena. Con la foto en mi tarjeta SD no podía dejar de publicarla, por más prohibida que fuera…

Claro que ya sabiendo de la restricción tampoco fui tan necio como para insistir, así que me alejé cámara en mano para fotografiar otras áreas de la tan pequeña como impactante basílica, como el cargado altar principal, detrás del cual se encuentran los murales que retratan a Teodorico recibiendo la Santísima Sangre en Jerusalén, y el momento en el que él mismo junto a su esposa la entregan al capellán de Brujas.

Lejos de la adoración de la Sangre puedo dedicarme a fotografiar los relieves en detalle…

Y por supuesto el púlpito, que merece un párrafo aparte no por haber sido construído en 1728, sino por su particular forma de globo, a través de la cual el escultor quiso representar que la Palabra de Dios proclamada desde aquél lugar debía alcanzar al mundo entero.

Hasta aquí hablamos siempre de la tradición, es decir la versión más romántica y cinematográfica de la historia, pero la realidad es que hasta el año 1256 no hay documento alguno que registre la presencia de la reliquia en Brujas. Por tanto no podemos dar por segura la versión tradicional, ya que el tubo con la sangre podría haber llegado mucho después a esta ciudad, quizá proveniente de Constantinopla, donde se sabe que en la capilla de María del palacio imperial de Bucoleon existía tal reliquia.

Lo que sí, ninguna de las dos versiones, ni la tradición ni la surgida de papeleos históricos, pone en duda que el material púrpura contenido en el tubo de vidrio que hoy en día podés admirar en este lugar sea realmente la sangre seca que Jesús derramó para salvar a los hombres. Pero claro, eso no es cuestión de este blog; cada cual podrá creer lo que más convincente le parezca.

Lo que sí no podrás hacer es pasar por Brujas y no entrar a la Basílica de la Santa Sangre. Una experiencia recomendable cuando estés en Bélgica ya que no en todos los lugares del mundo uno tiene la oportunidad de encontrarse frente a frente con tradiciones e historias tan antiguas. Realmente, vale la pena.