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Walking Tour por Bruselas, Parte II: Caminando la ciudad.

Para cerrar bien arriba esta semana (y para que no tengas que esperar hasta el próximo lunes) Ahicito publica hoy viernes este post especial con la segunda parte del Walking Tour por la maravillosa Bruselas, cuya primer parte podés leer clickeando aquí.

A algunas cuadras de la hermosa Grand Place se encuentra el símbolo por excelencia de la cuidad de Bruselas. Llama la atención que se trate de un chico meando, pero así es: el Manneken Pis es la estatua más conocida del lugar. Y quizá también la más robada. Tanto que las autoridades decidieron finalmente poner una réplica y guardar el original. Las historias de esta estatua son tan llamativas como ella misma, ya que su origen y por qué no se conoce a ciencia cierta. Hay varias leyendas en torno a la misma, indicando una que se trata de un homenaje a un niño que apagó la mecha de una bomba pillando; o que en realidad era el hijo de una familia adinerada que había desaparecido y que como cuando lo encontraron estaba atento a su necesidades, lo inmortalizaron así. Pero por lejos, la mejor versión es la que dice que se trata de un niño de verdad, que fue sorprendido por una bruja meándole la casa, y en represalia la bruja lo convirtió en piedra ahí mismo.

Hacia el otro lado de la ciudad, luego Abelardo nos llevará hasta un pasillo para conocer a la «hermana» del Manneken Pis. Se trata de Jeanneke Pis, escultura similar a la del niño pero en versión femenina. La historia de la niña que orina no es tan original como la de su hermano mayor. Fue puesta allí al final del callejón por el dueño del bar instalado en ese lugar, al que con tan mala ubicación sólo llegaban borrachos. Antes de fundirse, el italiano inventó esta atracción turística para intentar tener más visitas de los turistas.

Mañas que no le son necesarias al Delirium Bar, ubicado en ese mismo callejón, y del que hablaremos más en detalle en algún próximo post.

En el camino entre medio Abelardo hizo mucho hincapié en lo cosmopolita y surrealista de Bruselas, donde coexisten tres idiomas oficiales (francés, alemán y nerlandés), y donde se puede obtener de un bebedero público no sólo agua, sino agua helada y también soda.

A medida que camina la ciudad, si uno presta atención encontrará gran cantidad de grafittis diseminados por las paredes. Hay incluso un circuito turístico que, si uno tiene tiempo, puede hacerse a pie para divisar cada uno de los dibujos y así conocer Bruselas de un modo diferente. Lo común en todos ellos, según Abelardo, es que cuentan algo particular sobre el lugar donde están pintados, como uno dedicado al orgullo gay, ubicado en la calle donde se realiza la marcha conmemorativa y que tiene el mismo cuadro pintado dentro una y otra vez.

Promediando la caminata nos dirigimos a la Galería de la Reina, construída por el rey con el objetivo de tener un lugar donde no mezclarse con la plebe. Claro que los comerciantes adinerados seguramente podían comprar su ticket de entrada sin grandes dificultades. Dentro de esta galería nos encontramos con algo muy tradicional de Bélgica: la chocolatería Neuhaus donde se inventó el bombón de chocolate. Ahí nos enteraríamos que es tradición belga también comerse bombones con forma de pitufos, que son también invención de un dibujante belga.

La siguiente parada será algo más alejada y supuestamente el cierre del tour, pero Abelardo nos hace apurar el paso con intención de agregar una última fuera de programa. Llegamos entonces (algo agitados) hasta el Palacio Real, cuya principal característica es que los reyes hacen rato que no viven allí. Igualmente tienen allí sus oficinas y llama la atención la falta total de guardias o fuerzas de seguridad, cuestión que nuestro guía atribuye a que estamos en una ciudad por demás segura. Claro, ya se que estás pensando, y tenés razón: la versión de Abelardo contrasta mucho con el hecho de que se hayan afanado tantas veces al nene pillón…

Ahora sí, el tour termina a metros del palacio, en una plaza desde la que se alcanza a divisar la cúpula de una iglesia que, según Abelardo, tenía un bar abajo y ahora se trata del cabaret más exclusivo de la ciudad. No se qué tanto se le puede creer en esto al guía, pero lo que sí es cierto es que Bruselas tiene una iglesia antigua convertida en disco de lujo.

Así nos despedimos de la ciudad más linda de nuestra recorrida europea. Me quedé con muchos pendientes, así que espero poder volver algún día. De ser así, habrá post!

Walking Tour por Bruselas, Parte I: La mítica Grand Place.

En Bruselas estuve muy poco tiempo, apenas un par de días que no alcanzaron para ver todo lo que tiene Bélgica, así que de seguro será un punto a reincidir cuando tenga la oportunidad. Pero aún así, durante el único día completo que tuve en esta hermosa ciudad, pude conocerla con algún grado de detalle gracias al walking tour que hice. De esta modalidad de toures a pie guiados ya hablé en otro post y son una buena opción para tomar un primer contacto con una ciudad. En este caso lo hice con Viva Brussels, y quién nos esperaba en la Grand Place bajo una sombrilla naranja era Abelardo, un peruano que era rápido al hablar y más aún al caminar.

La Grand Place es el punto neurálgico de Bruselas y se trata de un lugar hermoso donde uno no puede dejar de sorprenderse con los ornamentos que decoran los edificios a su alrededor, muestra clara de que fueron levantados por gente a la que el dinero no le faltaba. De noche, la iluminación la convierte «en otro lugar» y la hace aún más linda, tanto es así que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y es considerada como una de las más bellas plazas del mundo.

Tal como nos contó Abelardo, la Grand Place tuvo sus orígenes como mercado de la ciudad, y según él fue punto de lucha entre la nobleza y los comerciantes, que a medida que iban ganando más dinero se hacían más ricos y poderosos. De ahí que se construyera en este lugar el ayuntamiento, para contrastar contra los edificios de los comerciantes, pero esta obra duró unos 50 años en total y estuvo a cargo de varios arquitectos. Seguramente a consecuencia de ello es que se dieron algunos errores importantes, como ser la asimetría del edificio, donde las ventanas de un lado son diferentes a las del otro; y cuya puerta está descentrada con respecto a la columna principal que tiene arriba, en lo que parece el error más grosero tal como puede verse en esta foto.

Según cuenta la leyenda, tanto fue el bochorno del último arquitecto al darse cuenta (a último momento) de estas cuestiones, que subió a lo alto de la torre y se suicidó. Sin embargo también hay versiones que dicen que esto no habría sido un error, sino algo bien planeado con trasfondos simbólicos.

A un costado del edificio se encuentra la casa en la que Karl Marx festejó el Año Nuevo 1847/1848, durante su exilio en Bruselas, donde escribió el Manifiesto Comunista junto a Engels. Y a metros de allí, sobre una calle lateral, uno se encuentra incrustada contra la pared la imagen de Everard Serclaes, quien se convirtiera en héroe de Bruselas al reconquistar la ciudad de manos de los flamencos para que la legítima heredera, Juana, tomara posesión de la corona luego de la muerte de su padre. Sin embargo Serclaes tendría un final trágico cuando, por oponerse a las medidas que la nobleza llevaba adelante, fue asesinado. Tan particular como su muerte es la estatua de Serclaes, ya que se dice que si uno le toca el brazo volverá a visitar Bruselas, y que si se pasa la mano acariciando de la cabeza a los pies, Serclaes se encargará de que encontremos pareja. Y se ve que son muchos los que quieren volver o casarse, porque a la figura se la ve claramente desgastada de tanta caricia que le dan.

Así nos despedimos de la Grand Place de Bruselas y seguimos camino por la ciudad, pero sería demasiado poner todo en un mismo post, así que mañana te invito a pasar de nuevo por Ahicito Nomás, ya que la segunda parte se publicará en día especial. Mientras tanto, para calmar las ansias, te dejo una foto #avgeek, porque ni siquiera entre tanta belleza arquitectónica se puede dejar de viciar.

Estela a la vista de un avión sobrevolando la ciudad de Bruselas, detrás del ayuntamiento de la ciudad.

Te espero por acá mañana!