Cenando en La Rosa de los Vientos

El martes pasado, último día feriado del fin de semana extra largo, nos encontró sin nada para cocinar en casa, lo cual fue la excusa perfecta para salir a comer afuera. La intención era una cena liviana así que googleando un poco encontramos un lugar donde aparentemente se podía conseguir un prometedor wok de pollo con vegetales. Reservamos y hacia allí nos dirigimos. Así descubrimos La Rosa de los Vientos.

Las mesas

El ambiente con las paredes decoradas y las mesas presentadas con singulares floreros.

Se trata de un lugar pequeño, pero muy cálido. Las mesas están bien distribuidas y por más que el salón no sea de grandes dimensiones la separación entre unas y otras es aceptable. El ambiente está pintado de rojo, pero con una iluminación tenue se torna agradable, y hasta relajante diría.

Cerveza tirada

Esa noche se podía elegir entre dos tipos de cerveza tirada.

Algo que me saca absolutamente es no poder escuchar lo que me dice mi compañero de mesa, y tener que elevar la voz para que me escuchen a mi. Ya sea por el murmullo de la gente o por la música al taco, es algo que me exaspera. La Rosa de los Vientos me encantó: no sólo musicalizan a un nivel razonable donde podés mantener una charla con quién estés, sino que además la música elegida me gusta particularmente. Esa noche estaban pasando en la tremenda pantalla gigante un recital tributo a George Harrison.

Pantalla Gigante

En la pantalla gigante pasaban conciertos con los que musicalizaban el ambiente.

La atención fue muy buena también, el trato muy cordial y siempre dispuestos a sacarte cualquier duda que tengas. Los precios son accesibles: dos platos con dos pintas de cerveza, un postre y un Martini nos salieron apenas más de $300. Y es destacable la variedad de cervezas importadas que tienen. Más allá de que alguna no estuviera disponible (específicamente la alemana Becks y la holandesa Grolsch), la oferta es amplia.

Dos Pintas

Un clásico de la degustación de cervezas: las pintas. Esta vez una rubia cremosa y una roja.

Un punto en contra del lugar es que, si bien tienen los logos en la puerta, las tarjetas de crédito las tienen suspendidas. Por suerte esto lo tienen indicado también con un cartel en la puerta y con otro en la carta que te entregan, cuestión que estés enterado antes de pedir del «only cash». Sin embargo, no poder optar por el pago con tarjeta, aún cuando sea momentáneamente, es algo que me pone mal, ya que ODIO tener que llevar (y arriesgar) efectivo.

Wok de pollo

El Wok de pollo y vegetales vino adornado con una ramita de romero.

La otra contra es que los platos que pedimos eran pequeños. Para nuestro caso que no queríamos comer mucho, estuvo bien, pero si venís con hambre quizá tengas que pedir un refuerzo. U otro plato que veas más contundente. Este punto por supuesto queda balanceado porque tanto la comida como el postre estaban exquisitos.

Pavita

La pavita al escabeche estaba exquisita.

En definitiva se trata de un lugar super recomendable, y al que de seguro volveré. Está ubicado en Defensa 1376, en el barrio porteño de San Telmo.

Resumen de La Rosa de los Vientos.

Las Buenas:

  • El ambiente, con música suave.
  • Los precios accesibles.
  • La variedad de cervezas.
  • La comida.
  • El servicio.

Las Malas:

  • Momentáneamente no aceptan tarjetas.
  • Los platos (al menos los que pedimos nosotros) son pequeños.

¡Casi me olvido! Esta también es otra buena:

No cobra cubierto

¡Gracias por pasar! Te espero la semana que viene en otro post de Ahicito!

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