Hay museos que son impactantes por los objetos que muestran, ya sean obras maestras del arte, piezas de ingeniería o reliquias recuperadas por los antropólogos. El Museo de Historia Urbana de la ciudad de San Juan también es impactante, pero no por los objetos que muestra, que son básicamente fotos y maquetas, sino por la historia que estos rememoran.
Es en definitiva un museo muy simple pero no por eso menos emocionante. Con su buena onda y pasión por la historia sanjuanina y lo que allí se hace, nuestro guía Sergio se encarga de convertir nuestra recorrida por el museo en una de las actividades más interesantes que hicimos en la capital provincial.
El museo expone fotos y maquetas que muestran la evolución de la ciudad y sus construcciones a lo largo de los años. Algo que llama la atención al comenzar es la réplica a escala 50% de las viviendas aborígenes de la zona, que se construían bajo tierra. Los nativos accedían a estas cuevas a través de una escalera, a fin de dificultar la entrada de animales peligrosos mientras ellos dormían, y en el invierno se calentaban encendiendo fuego al pie de la misma, por lo que la abertura de acceso funcionaba de chimenea y los salvaba de morir asfixiados. No sólo en eso los primeros habitantes de este territorio eran sabios: al estar bajo tierra, estas casas eran antisísmicas, algo fundamental en un área tan propensa a sufrir terremotos.
Las fotos y maquetas muestran la arquitectura de San Juan en dos etapas, comenzando por sus orígenes y pasando luego a lo que fue el devastador terremoto de 1944 que con sus más de 7 puntos en la escala de Richter destruyó prácticamente la totalidad de la ciudad. El sismo se produjo a las 20:50 horas de un sábado, por lo que las iglesias estaban llenas en plena misa, incluso celebrándose casamientos, y eso determinó que el siniestro se cobrara gran cantidad de vidas. Lo que sí se salvó fue la casa natal de Sarmiento, la cual recorrimos como te conté en este post, y la que tuvo que ser apuntalada para evitar que se derrumbara luego.
Las fotos muestran las terribles consecuencias de aquél trágico terremoto.
Pero no todas son historias de horror sino que también se esconden aquí muestras de esperanza, como ser la radio que se utilizó apenas acaecido el temblor desde la plaza principal de San Juan para informar sobre la situación y pedir ayuda al resto del país. Seguramente este fiel aparato y su buen funcionamiento en las condiciones más precarias ayudaron a salvar muchas vidas.
Tan devastador resultó el terremoto que lo poco que permaneció en pie quedó seriamente dañado, con problemas estructurales que podían terminar en un derrumbe sorpresivo y fatal. Varias fueron las alternativas que se barajaron para resolver el problema y algunas de ellas eran francamente drásticas…
En el momento de nuestra visita durante abril 2017 el museo estaba en una locación provisional, esperando por mudarse a su nuevo hogar. Por cuestiones de espacio no se instaló allí el simulador de sismo que partía la visita a la mitad: uno veía cómo era la ciudad antes, entraba al simulador que con movimientos horizontales y verticales lo hacía experimentar lo que debe haber sido estar allí en el momento del temblor, y luego se pasaba a la muestra de la destrucción y la reconstrucción de San Juan, una ciudad de arquitectura más bien moderna ya que tuvo que levantarse nuevamente luego del 44.
El simulador se instalará en la nueva sede del museo pero hay que decir que hoy en día la muestra no es más que maquetas y fotos. En otras palabras, no vayas con chicos, porque se van a aburrir. Pero para aquellos apasionados de la historia, y los que les interese conocer más sobre esta catástrofe, esta visita es una excelente opción, que además, es gratis.