Archivo por meses: julio 2017

Una noche en el Wombat Hostel de Munich, Alemania.

Mi estadía en la ciudad de Munich fue muy acotada, apenas estuve una noche para viajar al día siguiente hacia el vecino pueblo de Miesbach donde me encontraba con un amigo. Sin embargo necesitaba un lugar dónde dormir y como esta parada la definí a último momento y en época de Oktoberfest (fiesta popular más que importante en Alemania), la realidad es que no fue algo simple encontrar alojamiento. Bueno, terminé resolviéndolo de forma simple en realidad, pagando un poco bastante más caro de lo que estoy acostumbrado.

Así encontré finalmente una cama en habitación compartida de seis personas en el Wombat Hostel, al módico precio de EUR 118 por noche. Sí, una pequeña fortuna ya que habitualmente por un monto así duermo en un buen hotel con habitación doble privada, pero estaba en la temporada más alta de Munich, con muy poca disponibilidad de alojamientos, así que me la tuve que aguantar. Claro que investigué precios en hoteles, pero imagínense lo que salían si una simple cama valía más de 100 euros…

Igualmente, nobleza obliga. El precio era alto, pero el hostel bien vale la pena. Se trata de uno de los mejores hostels que haya yo visitado. Como comprobé en otras localidades de Europa, los hostels allá están pensados y construídos para cumplir esa función, y la verdad es que eso hace una diferencia enorme. El Wombat Munich, además, está diseñado de forma tal que uno pueda descansar sin ser molestado, a la vez que quién quiera estar de joda pueda hacerlo también, sin molestar al resto.

Al ingresar uno se encuentra con un enorme espacio de recepción / living que sirve como punto de encuentro. Allí, al momento de registrase uno recibe una tarjeta que sirve como suerte de llave maestra. Con esa key card se tiene acceso al interior del hostel con sólo pasarla por el lector de las puertas, como si fueras un agente especial en el cuartel general de la CIA. Esa misma tarjeta, además, es la llave para el locker que te hayan asignado en la habitación. Siendo tan importante, es vital no perder la tarjeta, y el Wombat se asegura tu compromiso al pedirte (y retenerte) tu identificación, la cual te devuelven al hacer el check out y reintegrar la tarjeta. En mi caso, dejé mi DNI tarjeta y me quedé con el pasaporte, por supuesto.

El hostel tiene cinco pisos, y en la planta baja (pero separado de la recepción por una puerta que se abre únicamente con la key card) hay una enorme sala de estar, y más atrás el bar, donde por las noches se arma fiesta con buenos precios en los tragos (al menos mejores que los que vi afuera en la calle), y que por las mañanas sirve como desayunador. Las habitaciones están en los pisos superiores, a los que se accede por un ascensor que te deposita en un hall aislado del área de habitaciones por puertas de blindex. Al bajar del ascensor escuchas la música a todo lo que da del bar, al pasar al pasillo (con ayuda de la key card), la paz es total.

Las habitaciones son amplias, y la limpieza (cuestión primordial) es de lujo, incluso en los baños.

El desayuno (que no está incluido en la tarifa por noche y tenés que pagarlo día a día en la recepción a un costo de EUR 4,50) es muy completo. Tiene la particularidad de que se sirve sobre la mesa de pool que tiene el bar. Allí podés encontrar  diferentes tipos de café, té, jugos y leche para los cereales. Para masticar hay pan con manteca y mermeladas, fiambres, budines y hasta frutas frescas.

Una buena opción para alojarse en Munich, aunque claro, si uno pasa por esta hermosa ciudad alemana con intención de visitar (o en fechas de) la Oktoberfest, será conveniente reservar con tiempo para conseguir un mejor precio.

 

Visitamos el Museo de la Casa Natal de Sarmiento, en San Juan.

Cuando uno llega a la ciudad de San Juan sabe (o debería saber) que está en la cuna del presidente argentino que más hizo por desarrollar la educación y cultura del país. Domingo Faustino Sarmiento nació en la casa que hoy en día se puede visitar pagando un bono de apenas $20 para conocer el museo que profundiza en detalles de su vida.

El edificio es realmente histórico y data del año 1801 en el que Doña Paula de Albarracín, madre del prócer, decidió aún siendo soltera comenzar con la construcción de su morada. Así es que se basó en el solar heredado de sus padres, en el cual se encontraba una higuera bajo la que instaló el telar que le servía de sustento. Tan sólo con ese instrumento Doña Paula producía los hilados cuya venta le proveían el dinero para pagar semanalmente los materiales y el trabajo de los obreros, a los que vigilaba atentamente mientras levantaban su hogar alrededor del árbol.

La higuera histórica tiene peso en sí, ya que fue testigo de la vida familiar desde tiempos muy tempranos, y en particular porque Doña Paula le tenía un afecto muy especial. Tal es así que cuando la familia se agrandó las hijas mayores quisieron remodelar la casa, para lo cual era necesario sacar el árbol. Por mucho tiempo esto fue denegado, y cuando finalmente se avanzó con la obra, el decaimiento de la madre hizo que las hijas dejaran florecer un retoño que había quedado, y que hoy podemos ver bien crecido en el centro del patio principal de la vivienda.

Claro que la casa no es histórica únicamente por antigua y por su higuera. Aquí fue donde nació el prócer argentino, y además se convirtió en sede de la gobernación cuando Sarmiento fue electo gobernador de la provincia de San Juan, para lo cual se realizaron algunas ampliaciones. Por último, podemos decir que es histórica por tratarse de uno de los pocos edificios de la ciudad que quedaron en pie luego del terrible terremoto de 1944 que arrasó literalmente con todo San Juan. Así, las paredes son originales, aunque el ala norte, la que fue utilizada por Sarmiento para sus funciones ejecutivas, sufrió daños severos por lo que fue necesario reconstruirla.

Hoy en día se puede ingresar y visitar el edificio de estilo colonial, donde la muestra que detalla la vida de Sarmiento se divide en dos: por un lado una zona de la casa habla del «hombre de familia» y da detalles de la vida de los Sarmiento como tales; y por el otro lado está la zona más enfocada al «hombre público» y lo realizado por Domingo Faustino en el ejercicio de los cargos públicos que ostentó durante su vida.

En algún punto es inevitable que ambas se mezclen y que la división pierda algo de sentido, pero al menos la recorrida resulta ordenada para el visitante. Eso sí, habrá que ir con ganas de leer porque hay mucha cartelería con gran cantidad de información. En este punto se podría pensar en hacer algo más interactivo, especialmente para interesar a los más chicos.

Lo que me gustó mucho fue la línea del tiempo, que cuenta la historia del prócer argentino poniéndola en contexto con lo que sucedía en cada uno de esos momentos, tanto en el país como en el exterior.

La casa es grande y sufrió algunas modificaciones según lo dictaran las necesidades familiares. Algo que se entiende bastante cuando uno se entera que los padres de Sarmiento tuvieron nada más y nada menos que 15 hijos, aunque fueron sólo cinco los que alcanzaron la edad adulta. Sin embargo, por más que sea grande, la muestra se recorre bastante rápido, dependiendo por supuesto de cuánto quiera uno detenerse a leer, y el ritmo que le imprima.

La casa natal no es sólo museo, sino que funciona también como biblioteca (nada más atinado, verdad?).

Un dato de color es que la casa fue declarada como Monumento Histórico Nacional por el gobierno nacional en 1910, constituyéndose en el primer edificio en ostentar este título. Un año más tarde comenzaría a funcionar aquí el museo biblioteca.

El museo es una opción obligada para todo aquél que pase por San Juan y está abierto todo el año, de 9 a 20:30 hs. durante la semana, y entre las 10:30 y las 16 hs. los sábados y domingos. Para sacarle mayor provecho se tiene la opción de participar en las visitas guiadas, que tienen horarios establecidos, los cuales se puede consultar en la página web.

Y por último, al salir (o quizá antes de entrar), infaltable la foto sentado junto al prócer que te enseña a diferenciar entre «vaca» y «burro».

Hay mucho más material sobre el viaje por la provincia de San Juan, así que espero verte por acá disfrutando de los próximos posts.

¡Hasta entonces!