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La Granja «Los Pibes», de Tandil

Personalmente odio los zoológicos, pero hay veces en que llevar a los nenes a que conozcan los animales no tiene que ser una visita al zoo. Eso es lo que pasa con la Granja Los Pibes, en Tandil.

Se trata de un predio de 5 hectáreas en donde se puede disfrutar de la flota y fauna de la zona, apto para toda la familia. Y sí, es un mini zoológico y sí, tienen animales claro está, pero con una particularidad: son animales rescatados.

Son más de 70 especies, entre los que se puden encontrar ciervos, carpinchos, zorros, cabras, monos, conejos. Destacan por supuesto las aves, y entre ellas, los pavos reales y los papagayos.

El recorrido está muy bien demarcado, y es un circuito por el que se va atravesando el parque y se van avistando las diferentes especies animales. Muchas están enjauladas, aunque también te podés encontrar algún pavo real suelto por ahí.

Además de rescatar a los animales y recuperarlos en este lugar «Los Pibes» hacen una tarea de conscientización con el visitante. A lo largo de todo el recorrido hay varios carteles con mensajes en ese sentido.

Incluso hay una réplica de la cabaña de un cazador (humano por supuesto) al que, no sin razón, tildan del peor depredador del mundo.

Ojito con hacer lío, que el gavilán te está vigilando…

Al menos cuando fuimos, el paseo era muy informal. Si bien la entrada valía $300, al ingreso no había control alguno. Los chicos van recorriendo el lugar y consultan si ya la adquiriste, y caso contrario te cobran allí en el punto donde estés.

La granja se encuentra en el Paraje El Centinela. Para contactarlos se puede llamar al teléfono (0249) 154 641 077 o visitar su Instagram.

Cerro El Centinela en Tandil

Una de las atracciones naturales más famosas de la ciudad de Tandil es el Cerro Centinela, llamado así gracias a la característica roca que se alza en posición vertical, erosionada naturalmente de tal forma que parece ser el rostro de un hombre contemplando el paisaje circundante.

Desde el Centinela, además de sacarse la obligada foto sosteniendo la roca, se podrán obtener excelentes vistas panorámicas de la ciudad. Llegar hasta la piedra en sí no es difícil, y se accede a ella subiendo por un camino rocoso a lo largo de unos 100 metros aproximadamente.

Para ir más allá el complejo cuenta con una aerosilla que funciona sábados, domingos y feriados. Con ella se asciende por unos 600 metros a lo largo de los cuales se puede contemplar el paisaje. Caminando unos 450 metros más se llegará a un antiguo manantial que en su momento era la única fuente de agua potable.

Para los interesados en la construcción y en la historia, el cerro tiene un condimento especial, ya que cuenta con dos cavas formadas como resultado de la extracción de material. A finales del siglo XIX y principios del XX, los picapedreros llegados desde Italia y Yugoslavia trabajaron en el lugar extrayendo piedra con técnicas manuales, las cuales se convertirían en cordones y adoquines. Muchos de ellos terminaron en las calles de la Ciudad de Buenos Aires.

En la base del cerro se encuentra un parador en el que se puede almorzar, o tomar una merienda por la tarde. Tanto la confitería como la aerosilla funcionan hasta las 17 hs. Para llegar, desde Tandil hay que salir de la ciudad por la Av. Estrada (continuación de la Av. Avellaneda), y en un momento el camino de acceso se abre hacia la izquierda para luego empalmar con la calle Caricura que prácticamente desemboca en el complejo.