La Cumbrecita, el pueblo peatonal argentino.

En medio de las sierras cordobesas se encuentra el que está catalogado como el único pueblo peatonal del país. Además de ese título honorífico, La Cumbrecita es un pintoresco y apartado pueblo con el poder de transportarte a otro lugar en el mundo: tanto al caminar por las calles del casco histórico y admirar las típicas construcciones alpinas de madera, como al sentarte a degustar algún plato típico, parece que estuvieras en medio de los Alpes europeos pero sin haber gastado en un ticket de avión transcontinental.

Su categoría de peatonal remite a que no está permitido el ingreso al pueblo en vehículos, salvo que seas residente o que te estés alojando en el mismo. Para todo el resto de los visitantes hay una enorme playa de estacionamiento al ingreso al pueblo. Allí se deberá dejar el auto, pagando el abono correspondiente que servirá para tomar el bus de regreso desde el centro hasta el estacionamiento. La ida hasta el pueblo, sí hay que hacerla a pie, como así también todos los recorridos y actividades que quieran realizarse.

Justo al comienzo del pueblo se encuentra la oficina de turismo, donde es casi obligatorio frenar para hacernos de un mapa y tener algunas explicaciones básicas sobre cómo moverse y qué hacer. La gente de turismo es muy amable y están bien dispuestos a resolver cualquier duda o problema que tengas.

Ahora bien, antes de mencionar algunos de los puntos interesantes del pueblo, debo decir que se trata mayormente de calle de adoquines, en subidas y bajadas, que se van adentrando en un entorno natural maravilloso, pero que pueden resultar complicadas para quienes, como en nuestro caso, estén con un bebé de brazos a cuestas. La mejor opción, en este caso, será el porteo, porque las calles de La Cumbrecita no están pensadas para transitarlas con un cochecito de bebé.

Qué visitar en el pueblo

Caminar por el centro de La Cumbrecita es como transportarse a una aldea alemana o suiza, pero hay ciertos rincones que destacan por sí solos.

La capilla es uno de ellos. En medio del bosque, en uno de los puntos más altos del pueblo, la solitaria capilla de madera se levanta desde el año 1967 y en ella se puede apreciar claramente la arquitectura alpina que caracteriza al pueblo entero. Cerca de la capilla se encuentra la fuente, construida como regalo para el fundador del pueblo en su cumpleaños número 50 y cuenta con una campana que se utilizaba para avisar de incendios u otras emergencias.

Otro punto de interés es la Plaza de los Pioneros, ubicada en la calle principal y donde puede apreciarse una escultura tallada en la madera de árboles caídos, que representa a los criollos y los inmigrantes europeos trabajando juntos para sacar el pueblo adelante. Muy cerca de esta plaza hay un espacio donde se ve claramente un gran tablero de ajedrez construido en el suelo. Las piezas de este juego fueron fabricadas en hierro y hojalata.

Además de las construcciones levantadas por el hombre, La Cumbrecita tiene numerosos atractivos naturales de los que disfrutar al desviarte del camino principal. El Río del Medio, que atraviesa el pueblo, ofrece múltiples variantes en sus costas. Los tupidos bosques que la rodean también son otro atractivo del lugar. Pero el punto natural más destacado es sin duda la cascada de 14 metros de altura que forma el arroyo Almbach, punto al que, con el cochecito del bebé a cuestas, no nos animamos a llegar.

A la hora de comer, La Cumbrecita cuenta con una nutrida oferta gastronómica donde abundan los platos típicos de los Alpes europeos, incluyendo las salchichas altas…

Pero donde también se puede conseguir un buen asado criollo. Destacan, por supuesto, las meriendas con exquisiteces centroeuropeas.

Siendo un pueblo particular, visitar La Cumbrecita requiere de tener ciertas cuestiones en cuenta. En primer lugar, saber que se va a caminar mucho, por lo tanto es importante llevar calzado cómodo, además de gorro, lentes de sol y protector. Si se piensan quedar hasta que caiga la tarde, no olvidar algún abrigo porque la temperatura baja. Y un detalle más que importante: en el pueblo no hoy banco ni cajero automático, así que hay que llevar la billetera cargada (aunque para comer no tuvimos inconveniente en pagar con tarjeta de crédito). Tampoco hay estación de servicio, así que sean previsores y carguen suficiente combustible con anticipación.

Para llegar a La Cumbrecita en auto habrá que recorrer unos 40 km desde Villa General Belgrano por la Ruta 109. Si se viene desde Córdoba capital habrá que conectar con la Ruta 5. Desde allí son algo más de 120 kilómetros.

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