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Visit to the Niagara Falls (Canadian Side).

Located in the South East of Canada, the Niagara River drains Lake Erie into Lake Ontario. At a certain point of the watercourse, which also is the border between United States and Canada, are located the most famous waterfalls in the world.

With a vertical drop of around 62 meters and a flow rate of approximately 2800 m3 per second, Niagara Falls have the highest flow rate in North America. On the American side there are 2 waterfalls: the so-called American Falls and next to them, a smaller one, the Bridal Veil Falls.

In my opinion, the best side to visit Niagara Falls is the Canadian coast. That’s so because there you can enjoy a panoramical view of the American falls, and you will also be almost inside the most impressive fall: The Horseshoes Falls, named so due to their semicircular shape. Just be careful, you don’t want to fall into the water!

An interesting thing about Niagara Falls is the fact that they are right in the middle of the city. You can walk down the avenue and enjoy the view of this natural wonder. You can almost touch them! This is amazing to me because in Argentina, to visit the Iguazú Falls, you need to drive about half an hour from the city into the jungle. Anyway, they are 2 totally different things, I invite you to visit both of them!

The city next to the Niagara Falls is commonly known as «The Canadian Las Vegas». I really didn’t like it too much, because it looks very artificially touristy. So many illuminated signs really clash with the natural beaty of the river and the falls. But of course, again, this is my own opinion.

You can enjoy the falls for free, just from the street. But of course, there are many paid options to live different experiences with them as a center. You can, for example, visit the back fo the falls and see the city through them. Or the option I chose: A boat ride, which is highly recommended because offers you the possibility of being really close to the flow of water.

The ticket price includes the nylon raincoat, which works properly on those bodyparts it covers. But you should know that your pants, and especially your sneakers will end up totally wet. Be very careful with your electronics too! Even when the boat seems to be far from the fall, the force of the falling water and the wind can suddenly wet your camera and damage it.

An interesting detail about the falls and the erosion generated by millions of liters of water every year: They seem to be «traveling» along the river. The average erosion rate during the last decade was about 0.91 meters per year, but due to technical improvements today this rate is at the 30 cm level. Around 10900 years ago, Niagara Falls were actually located near the current town of Queenston, around 10 km from the current position.

Niagara Falls are not only a tourist attraction and a natural beauty, but also an important power source for both countries, United States and Canada. That’s why they join forces to preserve the watercourse, and specially the bottom of the river was the subject of several studies. The most important of them took place in year 1969, when the flow was diverted during several months to avoid the American Falls, and scientists could work there.

A good idea, of course, would be to visit both sides of the Falls. You will need then your passport in order to cross the Rainbow Bridge that links Canada with the United States. You can even walk across it. But no matter how you do it, you will have to go through customs and immigration controls. Just be careful about time as there may be delays at the border. That’s why we chose to have a burger on the Canadian side after the boat ride…

Al least for Americans, Niagara Falls is a very traditional honeymoon destination. But of course, you don’t need to be about to get married to visit and enjoy them!

Fort George, la fortificación militar de Niágara on the Lake, Canadá.

Hoy en día cuando uno llega a Niagara on the Lake se encuentra con un muy tranquilo y pintoresco pueblo canadiense que es casi una villa veraniega a orillas del lago Ontario, pero esto no siempre fue así. En una época en la que no existían aviones y el comercio se desarrollaba principalmente por barco, el sistema de los Grandes Lagos era una vía de comunicación fundamental para llegar desde el Océano hasta el interior de Norteamérica, y por tanto este poblado, en la boca del río Niágara que conecta el lago Erie con el Ontario, gozaba de una ubicación estratégica.

Los cañones apuntaban hacia el Fuerte Niágara, ubicado del otro lado del río y controlado por los estadounidenses.

Siendo el río además la frontera entre Canadá y Estados Unidos, Niagara on the Lake tenía gran relevancia militar. Mucho más si se considera que en la ribera opuesta se levanta el Fuerte Niágara, construido por los franceses en 1679, ocupado por los británicos en 1759 y finalmente tomado por los estadounidenses (ya independientes) en 1796. Fue en ese momento, ante la amenaza que significaba semejante estructura militar al otro lado del río, que los británicos del lado canadiense levantaron el Fort George que, hoy en día, es un sitio histórico y principal atracción para visitar en Niagara on the Lake.

El pueblo es pequeño y super caminable, pero para quienes no quieran estar dando vueltas, la mejor forma de llegar hasta el fuerte será tomar la Byron Street (que es la primer calle paralela a la principal, en dirección al río) y bajar hacia el sureste hasta desembocar en el sitio. Allí se deberá pagar el ingreso, cuyo valor actualizado podés chequear en la página web oficial, y a modo de entrada te darán una moneda de época que deberás entregar al traspasar la empalizada que rodea el fuerte.

Ubicación del Fort George, al sureste del pueblo. Se accede por la primer paralela a Picton St en dirección al río.

El fuerte George (y el pueblo de Niagara en sí) fueron un escenario principal de la Guerra de 1812 que enfrentó a Estados Unidos y Gran Bretaña, pero que fue peleada en territorio canadiense (por aquella época, colonia británica). De hecho el fuerte tiene su propia batalla, en la que los americanos lo bombardearon hasta destruirlo casi por completo, abriendo la puerta para la posterior invasión y ocupación que duró desde mayo hasta diciembre de 1813. Por eso visitar Niagara on the Lake es respirar historia canadiense (y norteamericana), y una visita al sitio histórico es imprescindible.

En el fuerte hay mucho por recorrer y buena cantidad de actividades para realizar, con lo cual una excursión completa tomará al menos un par de horas. Igualmente, por supuesto se puede adaptar los intereses de cada uno, ya que la recorrida en sí es libre. Pero lo que recomiendo es averiguar cuándo se realizará la demostración de mosquetes, para no perderselá. El ver cómo se dispara un arma de aquella época es todo un espectáculo, y la graciosa explicación que te dan «los soldados» no tiene desperdicio.

Estruendosa demostración de disparo de mosquete.

Son varios los edificios que se pueden visitar y lo interesante es que en cada uno de ellos encontraremos un empleado (o varios) vestidos como soldados, quién te da una breve explicación de lo que estás viendo y responde todas las preguntas que tengas. Por eso, si bien la visita no es guiada, en sí lo es.

El comedor de los oficiales, siempre pulcro y listo para recibir los altos mandos del fuerte.

Con esto el fuerte parece tener vida y estar en actividad. Tanto que en la cocina hasta te encontrás a los soldados horneando unas galletitas típicas de la época, que te hacen probar.

Y hasta hay cuestiones interactivas. En las barracas, por ejemplo, además de entender cómo vivían los soldados y cómo era un día habitual (que arrancaba a las 5:30 de la mañana y se extendía hasta las 21 horas), nos pudimos calzar sobre la espalda las mochilas que utilizaban en servicio, y que pesaban unos 30 kilos. Si querés, también podés probarte un uniforme. Hay de todas las tallas!

En las barracas dormían los soldados con sus respectivas familias, todos juntos y sin intimidad.

Además de la cocina, las barracas y el edificio de los oficiales, también se pueden visitar el arsenal (totalmente construido a nuevo) y la cárcel (con su «agujero negro» a donde iban a parar los desertores y traidores). Además una de las barracas está adaptada y convertida en museo, donde uno puede explorar más sobre la Guerra de 1812.

Barriles de pólvora cuidadosamente guardados en el arsenal.

Pero quizá una de las vistas más interesantes (aunque nosotros no llegamos a comprender del todo su finalidad) es la que se obtiene desde afuera del fuerte, pero sin salir de él…

Detrás del arsenal se encuentra el túnel que lleva por debajo del suelo hasta más allá de la empalizada y desemboca en un punto por fuera de la fortificación, en el que se levantó una torreta de vigilancia que puede visitarse. Si vas con chicos, a no perderse la aventura de caminar por el pasaje subterráneo!

El fuerte dejó de prestar servicios como tal en 1824, cuando fue reemplazado por el Fuerte Mississauga, al otro extremo del pueblo y a donde los cañonazos norteamericanos no podían llegar. Al mismo tiempo la mayor parte de la actividad militar se mudó a las Barracas de Butler, que si bien están muy cercanas también evitaban el alcance de los bombardeos enemigos.

Hoy Fort George está reconstruido y convertido en un museo de historia viviente. Para todos aquellos que visiten Niagara on the Lake es casi una visita obligada. Si además, como yo, te gusta la historia y querés comprender un poco más de la actualidad canandiense y sus relaciones con los vecinos más poderosos del mundo, es un paseo que vas a disfrutar a pleno. Lo único malo (para los argentinos) es que todo está en inglés o en francés. Español no es una opción.

Toda la información necesaria para planificar tu visita la encontrás haciendo click aquí.

Te invito a conocerlo, y que dejes tu comentario contando tu experiencia!