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Excursión a la Mina La Mejicana en imágenes.

Mucho hablamos ya en el blog del Cablecarril de Chilecito, y de la excursión a la Mina La Mejicana que realizamos durante el viaje a La Rioja y Catamarca. Pero aún así, luego de varios posts dedicados, no pude publicar todas las fotos que saqué durante esa travesía. Y la verdad que hay imágenes que valen la pena…

Por eso vamos hoy con esta excursión en imágenes, para que puedan darse una mejor idea de lo que les hablo, y de por qué se los recomiendo.

La 4×4 nos llevará cruzando el río un sinfin de veces, y uno de los primeros paisajes que nos llamará la atención será El Pecebre.

No hace falta estar tan cerca para advertir su vistoso colorido: ya desde lejos resalta del resto del paisaje.

Luego, la siguiente parada será el Cañón del Ocre, con una vista increíble de sus amarillentas paredes. El cañón mereció un post exclusivo al que accedés desde acá.

Igualmente, las vistas son fabulosas durante casi todo el trayecto.

Con unos colores increíbles…

A medida que subís, el río va tomando un color cada vez más intenso.

Y cuando ya todo el paisaje se va tornando más amarillento-anaranjado, sabés que te estás acercando a la mina.

Y que pronto vas a empezar a ver restos de lo que alguna vez fue la Estación 9 del cablecarril.

Y finalmente, llegás al destino.

Hoy día, la Estación 9 está abandonada, y en ruinas.

Pero su estructura sigue en pie.

Incluso ahí están las vagonetas, como esperando que la rueda arranque y les de impulso para bajar hasta la ciudad.

Pero claro, no todo está en su lugar.

Pero el cable, en sí, sigue firme después de tanto tiempo!

Increíble, realmente, que semejante obra se haya hecho en aquella época y en estos lugares desolados.

Y por supuesto, no olvidarse llegar hasta el socavón.

Los embudos por los cuales arrojaban el material para cargar las vagonetas.

Y las vagonetas tiradas por aquí y por allá.

Cuando las nubes se van cerrando sobre la montaña, sabemos que es momento de emprender la vuelta. No queremos que la tormenta nos sorprenda allí arriba.

Estos paisajes increibles, llenos de historia, están en La Rioja, una provincia realmente poco promocionada, pero que bien vale la pena conocer.

Ojalá con estas fotos te den ganas de hacerte un viajecito!

La Carolina, San Luis: El pueblo de la mina de oro

En dirección norte a través de la Ruta Provincial 9, a unos 70 km de la localidad de Potrero de los Funes (donde estábamos alojándonos), y a 80 km de la ciudad capital San Luis, el viajero se encuentra con un pintoresco, muy pequeño y tranquilo pueblo que parece haber sido construido con piedra en su totalidad.

Se trata de La Carolina, nombre que le dió en honor al rey Carlos III de España el virrey Sobremonte en el año 1794, por aquél entonces gobernador intendente de Córdoba del Tucumán. Anteriormente el lugar respondía a la denominación de San Antonio de las Invernadas.

Así de tranquilo como se lo ve hoy, prácticamante sin gente a la vista por sus calles, La Carolina supo ser el epicentro de la llamada «fiebre del oro» en nuestro país, cuando Don Tomás Lucero halló oro en el lugar y la noticia se esparció de tal forma que pronto llegaron compañías europeas para dedicarse a la extracción del preciado metal. El éxito del emplazamiento fue momentáneo, y duró lo que tardaron en consumirse las vetas, que al agotarse provocaron el abandono de la mina, y del pueblo completo.

Hoy es una localidad que el turista puede visitar con el objetivo de relajarse y disfrutar de la paz absoluta del pueblo, o con la intención de adentrarse en su historia y, particularmente, en la mina de oro que puede visitarse en una excursión guiada. Ingresar por tu cuenta no solamente no es recomendable (ya que adentro puede ser peligroso para aquél que no conoce ni tiene los elementos necesarios para manejarse en las entrañas de la Tierra) sino que además resultará imposible ya que el paso está vedado por una reja.

La excursión al interior de la mina dura alrededor de 1 hora y se puede contratar en el bar Huellas, ubicado en la calle 16 de Julio casi en el extremo del pueblo, en dirección al acceso a la mina de oro. Desde allí salen grupos equipados con todo lo necesario (casco, linternas, etc.) en una caminata que, si bien entra en la montaña unos 300 metros, es de baja dificultad y apta para toda la familia.

En el camino desde el bar hasta la mina se pasará por otro de los puntos de interés turístico de La Carolina: el Museo de la Poesía, establecido en la casa que perteneciera al célebre poeta y filósofo del pueblo, Juan Lafinur. Allí se exhibe parte de su obra, como así también de otros reconocidos poetas.

Para quienes tengan tiempo e interés en los sitios arqueológicos, cerca de La Carolina se encuentran las Cuevas de Inti Huasi, una caverna que estuvo ocupada por los primeros grupos nómades de la región, hace unos 8000 años atrás. Y aún más cerca, para los amantes del campo y del trekking se encuentra la Reserva de Llamas Antu Ruca, donde se puede observar la naturaleza de cerca e incluso realizar caminatas como la del Cerro Pelado.

O simplemente uno puede quedarse en el pueblo a disfrutar de su tranquilidad absoluta e intentar imaginar cómo sería todo aquello en medio de las corridas por conseguir una tan ansiada pepita de oro.