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Una breve pasada por la ciudad de la laguna: Lobos

Ubicada a unos 100 kilómetros de distancia desde la capital federal la ciudad de Lobos se alza a la vera de la laguna que le da nombre y cuenta con una población de aproximadamente 44600 habitantes según el censo de 2010.

Hasta allí llegamos una tarde provenientes de Navarro, siguiendo las huellas del gaucho Juan Moreira, que oriundo de área navarrense había llegado hasta este lugar escapando de las autoridades. Fue en la pulpería La Estrella (ubicada en lo que hoy es el Sanatorio Lobos) donde Moreira fue rodeado por los efectivos de la Policía de Buenos Aires que lo perseguían, y en la batalla que se libró finalmente murió luego de luchar incansablemente.

Sin programa definido más que atar el último cabo de la historia de Moreira llegamos a Lobos y aprovechamos para dar una vuelta por la ciudad, cuya fecha de fundación es el 2 de junio de 1802, aunque su historia comienza mucho antes. Fue en 1779 que en las inmediaciones de la laguna se instaló el Fortín de San Pedro de Lobos, tomando supuestamente su nombre por el hecho de que en el espejo de agua vivían gran cantidad de nutrias, conocidas como «lobos de agua». El objeto del fortín era defender la línea de fronteras frente a las avanzadas de los malones indígenas que asediaban y robaban principalemente el ganado. Con la construcción de la iglesia por parte de Juan Salgado y su esposa se da comienzo al pueblo que luego se convertiría en la ciudad que hoy conocermos.

Un lugar de descanso obligado es por supuesto la plaza principal, originalmente llamada Buenos Aires, que en conmemoración del primer centenario de la Revolución de Mayo fue rebautizada como 1810. Frente a ella encontramos un edificio que es testigo de la historia completa de Lobos: la iglesia Nuestra Señora del Carmen cuyo primer documento oficial es un acta de defunción. Si bien fue construída a principios del siglo XIX, la fisonomía actual corresponde a una restauración de 1906. En su interior, el altar mayor está completamente construido en mármol de carrara.

Si bien la visita particular que hicimos en Lobos fue la Casa Museo Natal de Perón, cuyo post podés leer haciendo click aquí, por supuesto que no podíamos irnos de la ciudad sin pasar por su estación de tren a hacer la correspondiente sesión fotográfica.

Inaugurada en 1871 la Estación Lobos pertenece a la Línea Sarmiento que, al establecer el servicio desde la estación terminal de Once, facilitó la conexión del pueblo con la gran ciudad permitiendo así no sólo el flujo ágil de pasajeros, sino también el transporte de las mercaderías producidas en Lobos. Dentro de sus instalaciones funciona la Biblioteca Popular Héroes de Malvinas.

El poco tiempo disponible y lo improvisado de nuestra escapada a Lobos no dejó espacio para seguir explorando la ciudad. Son muchas las cosas que quedaron por hacer, como caminar más tranquilamente su casco histórico, visitar la famosa laguna, y por supuesto, para los #avgeeks como yo, habrá que pasar por el aeroclub donde se realizan vuelos de bautismo. Por qué no, lo más intrépidos pueden vivir la experiencia de tirarse en paracaídas, ya que Lobos es considerada la capital nacional de esta actividad.

Lobos amerita una visita más exclusiva, incluyendo por supuesto asado con amigos. En cuanto vuelva el tiempo lindo, prometemos una segunda escapada, y muchos más posts!

Pasamos por lo de Perón: El Museo Casa Natal de Lobos.

Casi sin querer, y siguiendo los pasos de otro personaje histórico que muriera en Lobos (el gaucho Juan Moreira cuyo post podés leer haciendo click aquí), en una escapada casi relámpago llegamos hasta esta ciudad del suroeste de Buenos Aires, que resulta por demás interesante porque no sólo fue tumba del gaucho de película, sino que además fue cuna de la más emblemática figura política de nuestro país. O al menos, eso dicen algunos…

Y sí, no importa a qué partido apoyes, te guste o no Juan Domingo Perón fue el político más influyente de nuestra historia, al punto que aún hoy en día sigue figurando en cartelería proselitista y hasta en las boletas electorales. Y según dice la historia oficial, nació en esta casa de la calle Presidente Perón (obvio, cómo querías que se llamara?) al 400, en la ciudad de Lobos.

Hago el comentario sobre la historia oficial porque existe una polémica al respecto del lugar de nacimiento del General, una disputa que se da con la vecina localidad de Roque Pérez y en la que no vamos a entrar en este post. Lo cierto es que esta casa de Lobos donde Perón vivió algunos años de su niñez hoy en día está convertida en un museo y biblioteca que puede visitarse.

Se exhiben allí objetos que pertenecieron a Perón, documentos entre los que se destaca el libro de bautismo de Lobos donde se deja constancia del sacramento llevado a cabo en aquella ciudad, y hasta en el patio puede observarse la higuera bajo la cual jugaba cuando niño.

Me llamó mucho la atención el afiche promocionando Perón – Perón, «la fórmula de la patria», encuadrado para protegerlo del paso del tiempo. En la habitación donde se encuentra será quizá el lugar donde más tiempo pases, ya que allí se proyecta un video bastante largo con la biografía del protagonista de la muestra.

Un cuadro muy particular es el que festejaba la vuelta de Perón a Lobos para el 150° aniversario de la localidad. Allí estuvo el General en esa fecha tan importante, e incluso hay fotos de él visitando la casa, ya convertida en museo.

La última de las salas cuenta otra etapa del personaje: su exilio en Madrid, a través del mobiliario del hall y del dormitorio de la Quinta 17 de Octubre en la capital española. Allí también la cartelería trata otra faceta de Perón: sus 3 matrimonios.

La visita a la Casa Museo y Biblioteca de Perón es totalmente gratuita. E incluye un detalle interesante: al salir podés llevarte un sobre con fotocopias de distintos documentos relativos a Perón y Evita, como ser actas de nacimiento, defunción, casamientos y documentos sobre el museo y su declaración como Monumento Histórico Nacional, entre otros.

Y tranquilo, no hace falta que seas peronista para visitarla. Únicamente te tiene que gustar la historia.