La semana pasada IATA publicó su habitual informe sobre carga aérea, en este caso analizando lo ocurrido en el mercado durante el mes de abril, período en el que se vieron tendencias positivas que se esperan perduren por lo que resta del año. Positivas, por supuesto, para la industria aérea y no tanto quizá para los expedidores y consignatarios que necesitan transportar sus mercaderías a través del globo.
En líneas generales, durante el 2021 se ve una fuerte recuperación en los volúmenes de carga aérea, mucho mejor que lo que se hubiera pensado en un principio. Comparado interanualmente, en abril de 2021 se movió un 12% más de carga que en el mismo mes del año pasado, mientras que de marzo a abril, el crecimiento este año fue del 4%, el pico más alto desde septiembre 2020.

La realidad es que, en la actualidad, la salida de la crisis del Covid-19 en los países desarrollados está provocando una fuerte recuperación económica. Con la producción global industrial y el comercio de bienes en alza, los medios de transporte sienten esa presión y hoy en día se están viendo severos inconvenientes en la cadena logística, con fuertes cuellos de botella y demoras para embarcar.
El transporte marítimo, en particular, no cuenta con contenedores suficientes para satisfacer tal demanda, y entonces se dan retrasos y aumentos de tarifas que provocan la migración de carga hacia la vía aérea. A esto se agrega el hecho de que el precio de la tarifa aérea en términos relativos está mucho más barato, lo cual convierte al avión en una opción más que atractiva. Si bien antes de la pandemia el transporte aéreo era 12 veces más caro que el marítimo (con un pico de 20 durante lo peor de las cuarentenas, cuando la mayoría de los aviones quedaron en tierra), en la actualidad esa brecha se ha acortado notablemente.

Claro que los aviones no son ajenos a esta tendencia. Si bien a medida que la situación epidemiológica se estabiliza en algunos puntos del planeta la oferta de vuelos de pasajeros va creciendo (y por lo tanto también la bodega disponible para la carga), los factores de ocupación de carga está en niveles históricos. Para el transporte internacional ese índice está en el 66.5%, fuertemente presionado al alza por Asia (con un increíble 77.5%) y Europa (70.4%). Esto, por supuesto, mantiene a la tarifa aérea muy por encima de los niveles pre crisis, convirtiéndose las divisiones de carga de las aerolíneas en los motores de la recuperación de una industria que ha sido fuertemente afectada por el Covid-19.
Una particularidad de esta tendencia positiva es que está siendo aprovechada por todas las aerolíneas, con excepción de las latinoamericanas, única región cuyas compañías aéreas han visto una baja en sus volúmenes de carga. En parte, esto se explica por el hecho de que América Latina aún está siendo fuertemente afectada por el Covid-19 y mantiene fuertes restricciones a los viajes, y por otro lado los mayores operadores de la región han presentado procesos de quiebra y reestructuración que los han obligado a ceder participación en el mercado, principalmente a aerolíneas norteamericanas y europeas que hoy son las que potencian la oferta de bodega de carga en esta parte del continente. Si bien la demanda de bodega en la región va en crecimiento, no son los transportistas latinoamericanos los que más se están beneficiando.

En resumen, el rápido crecimiento de la economía mundial y la imposibilidad del transporte marítimo para hacer frente a este boom introduciendo más contenedores en el mercado, implican una buena perspectiva para la carga aérea que se espera mantenga esta alta performance (en términos de ocupación) durante los próximos meses. Algo de aire para un sector por demás golpeado durante 2020.
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