En la esquina de la Av. Lastra y Muñiz, en la localidad de Chascomús, se levanta un edificio de paredes blancas y galería techada con tejas, rodeado de un amplio sector verde. Se trata del Museo Pampeano, creado en 1939 en el marco de los festejos por el centenario de la Batalla de Chascomús, en la que un grupo de hacendados de la zona conocidos como «Los Libres del Sur» se levantaron contra el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas.

Detrás de la estatua del «Cantor» se ubica una carrera de alrededor del 1900, resguardada bajo techo.
En sus orígenes el museo hizo especial honor a su nombre, ya que estaba principalmente dedicado la gaucho y sus costumbres, además de a recordar los hechos acontecidos en aquellos parajes, 100 años antes de su fundación. Con el tiempo y la contribución de los vecinos, luego comenzó a expandirse para abarcar más ampliamente la historia de la zona.

La cortadora de pasto para dos caballos que fuera utilizada en los comienzos del Museo Pampeano.
Actualmente cuenta con 8 salas, estando la primera de ellas dedicada a la arqueología y la paleontología, adentrándose en los detalles sobre los primeros hombres que poblaron la pampa bonaerense y los restos de animales prehistóricos que se han hallado en la zona.
La vida pampeana sigue siendo un eje central de la muestra y cuenta con 2 salas dedicadas a ellas. La primera dedicada a la Guardia de San Juan Bautista de Chascomús como primer asentamiento cristiano, y la segunda ya enfocada en la vida de estancia. Un detalle al respecto, es la exposición del primer alambrado que hubo en el país, que llegó importado desde el exterior.

«La Domadora» es una escultura realizada en marmol de Carrara.
Pero la sala más interesante, por su importancia histórica, en mi opinión es la dedicada al recuerdo de Los Libres del Sur, donde se recuerda la rebelión y la batalla que le dio fin, además de exponer elementos tanto unitarios como federales.

Fragmentos de rieles utilizados en diferentes épocas, mezclando los de trocha ancha con los de trocha angosta.
Por desgracia en el interior no se permiten las fotografías, razón por la cual las ilustraciones son únicamente del jardín, donde también hay expuestas algunas piezas interesantes, como cañones de 1825 y tramos de vía de tren de diferentes trochas, que estuvieron en funcionamiento entre 1865 y 1965.

Apenas ingresando al parque, uno se encuentra con los amenazantes cañones de hierro, de 1825.
Si bien desde el comienzo de la pandemia por COVID-19 el museo permaneció mayormente cerrado, afortunadamente a partir de diciembre reabrió con un protocolo que permite que los turistas lo visiten en grupos de hasta 7 personas, en una recorrida autoguiada de no más de 45 minutos. La entrada es gratuita, y así también lo es la audioguía que se descarga en el celular, y que orienta el recorrido por la muestra.
Para los vecinos de Chascomús, o los visitantes que ocasionalmente estén en la ciudad, el museo organiza regularmente distintas actividades culturales al aire libre. Para estar al tanto de la agenda, se puede ingresar al perfil del Museo Pampeano en Facebook y seguir sus publicaciones.
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