El mes pasado Delta Airlines anunció que la TSA (Transportation Security Administration), o sea el organismo norteamericano responsable por la seguridad en el transporte, estaba logrando acelerar los tiempos de control de pasajeros en los aeropuertos, y puntualmente mencionaba a su hub en Atlanta.
Según los cálculos realizados por la aerolínea, sus pasajeros han logrado pasar por los puntos de seguridad un 20% más rápido utilizando la nueva tecnología de tomografía computada.
Según surge de la propia TSA, el CT es el más moderno equipo de escaneo por rayos X y logra mejorar las capacidades de control sobre el contenido del equipaje de mano. Es una tecnología similar a la que se utiliza en las tomografías computadas de la medicina, y a diferencia de los scanners actuales que permiten ver imágenes 2D, estos nuevos equipos trabajan con un sofisticado algoritmo que crea imágenes 3D que, además, se pueden girar 360 grados.
Esta imagen clara del equipaje y su contenido le permite a los agentes de la TSA detectar cualquier amenaza que haya dentro de ellos, y que la computadora identifique instantáneamente cualquier explosivo, incluidos los líquidos. Esto es un cambio radical en los procesos de control aeroportuario, ya que en un futuro no muy lejano permitirá que los viajeros no tengan que sacar su laptop del equipaje para escanearlo de forma exclusiva, como se hace hasta ahora, procedimiento que genera gran parte de las demoras. Lo mismo con los líquidos permitidos, que podrán mantenerse dentro de las valijas.

Y cuando digo «futuro no muy lejano» me refiero a que ya es una realidad, y que sólo falta que se implementen estos tomógrafos en todos los aeropuertos del mundo, para gozar de los beneficios que hoy ya tienen los pasajeros que viajan por el Aeropuerto de Atlanta.
En el actual contexto de pandemia esta innovación tiene además una importante ventaja: al tener que manipular menos el equipaje se reducen los puntos de contacto, y además al agilizar el proceso se ayuda a minimizar el aglomeramiento de gente, algo tan mal visto en tiempos de necesario distanciamiento social.
Un importantísimo cambio que nos facilitará la vida a todos los viajeros cuando estemos por abordar el avión, un momento que de por sí ya genera stress. Por supuesto que es una mejora que requiere de fuerte inversión, y que tardará en extenderse por el mundo. Quién sabe cuándo veremos el primero de estos tomógrafos computados funcionando en Ezeiza! Pero lo que es seguro es que, si las pruebas demuestran que funciona bien, es seguro y ágil, se trata de una mejora que habrá llegado para quedarse, y que será el futuro de todo aeropuerto del mundo.
Es sólo cuestión de esperar…
Fotos: Delta Airlines.