Ubicado en la orilla del Embalse Potrero de los Funes, el Parque Nativo cuenta con unas 7 hectáreas de terreno al aire libre ideales para que el visitante pueda disfrutar de un día de sol en familia o con amigos, rodeado del marco de belleza natural que esta ciudad puntana tiene para ofrecer.
El verde de la vegetación queda cortado únicamente por las sierras detrás y el agua del embalse delante. Dentro de los límites del parque se encuentra el mirador de Potrero de los Funes, desde donde se puede obtener una vista panorámica del lugar, incluido el hotel internacional ubicado justo cruzando el lago artificial.
Son varias las actividades que se pueden hacer en parque. Para ir con chicos es ideal: espacio amplio para que corran sin peligro y hasta un área de juegos donde van a poder pasar el tiempo. Los más grandes pueden alquilar botes para salir a pasear por el lago. Y por supuesto, donde hay agua, hay pescadores, que también podrán encontrar algún hueco para llegarse hasta la orilla y tirar la caña.
Y obviamente, si hay argentinos hay asado, y por lo tanto el Parque Nativo no podía no tener parrillas donde prepararlo. Los quinchos, individuales y distribuidos por varios lugares, se ven muy lindos y cómodos para alojar una familia tipo de 4 personas.
Y la particularidad (en mi estricta opinión personal, un detalle que está absolutamente demás porque desentona con el hermoso entorno natural): a metros del lago, un marco rosa gigante con el logo de la oficina de turismo de la provincia, que pretende darle un toque distintivo a la foto del recuerdo, tal vez para que con los años no te quepa duda de en dónde la tomaste.
Más allá de eso, el parque está muy cuidado y limpio. Para acceder a él habrá que cruzar la Av. del Circuito, lo cual puede hacerse por el acceso al hotel internacional (y luego retomar por el camino que avanza entre el embalse y el circuito), o cruzar por debajo de la pista de carreras por un angosto túnel ubicado unas cuadras más adelante.