Los efectos que está teniendo la pandemia mundial de Coronavirus son variados y tocan prácticamente a todas las áreas de la existencia humana, y la industria de la carga aérea no ha sido ajena a esta tendencia. Así es que, este aspecto de la aviación poco conocido por el público en general ha comenzado a salir a la luz.
Algo que ha llamado especialmente la atención en estos tiempos que corren es el acondicionamiento de aviones de pasajeros para transportar carga en la cabina, una tendencia que se va consolidando en todo el mundo a causa de las restricciones de viajes impuestas por los gobiernos, y que en nuestro país se ha popularizado por la polémica de los vuelos especiales de Aerolíneas Argentinas para traer insumos desde Shanghai, de los cuales podés leer mi análisis en este otro post.
Así, se viralizaron imágenes como esta, del Airbus 330 de la aerolínea de bandera con cajas de mercadería dispuestas sobre los asientos.
Pero esto no es enteramente producto de la típica improvisación que tan bien nos caracteriza a los argentinos. Líneas aéreas de todo el mundo han implementado este tipo de operaciones especiales, incluidos los hiper ordenados alemanes.
Incluso hay líneas que han llegado al punto extremo de sacar los asientos para mejorar la capacidad de sus aviones de pasajeros en cuanto al transporte de cargas. Una de las primeras en anunciar este tipo de medidas fue Air Canada.
Si bien estás imágenes se popularizan enseguida por lo impactantes que son, y por cómo reflejan fielmente la crisis que vive la industria aérea actualmente y la urgencia por trasladar insumos médicos de forma rápida, están bastante alejadas de la realidad cotidiana del mercado de cargas.
Mucho más cercanas a la normalidad cotidiana están las noticias e imágenes de los «ghost flights» como se conocen a los vuelos exclusivos de carga realizados con aviones de pasajeros, pero utilizando únicamente la bodega de las aeronaves. En Argentina Turkish Airlines ha anunciado el comienzo de este tipo de operaciones, sumándose a American Airlines que ya viene llevándolas adelante desde hace unos días para cubrir la temporada de semillas, cuestión que le valió romper el récord de toneladas transportadas en sus B777-300.
Y digo que estas operaciones cargueras en aviones de pasajeros sin carga en los asientos se acercan a la normalidad del mercado porque aún cuando transportan gente, estos aviones llevan también carga en sus bodegas. Es algo que la mayoría de la gente no sabe, o no lo tiene en cuenta, pero cuando uno se sienta en el avión, debajo de sus pies normalmente va carga estibada. Y mientras que las agencias de turismo se dedican a llenar la parte de arriba del avión, somos una buena cantidad de gente los que nos dedicamos a hacer lo propio con la parte de abajo, y a asegurarnos que eso sea de forma segura.

En el bulk las cajas se cargan sueltas, a través de una cinta transportadora.
Para ello, salvo en el bulk que es el compartimiento más pequeño donde el equipaje o las cajas van sueltas, en las bodegas propiamente dichas la mercadería va «palletizada» es decir, acondicionada en «unidades de carga» cuya denominación genérica es ULD (del inglés, Unit Load Device). Existen distintos tipos y tamaños de ULDs, dependiendo del tipo de avión del que se trate, e incluso diferentes ULD pueden combinarse dentro de un mismo avión para acondicionar de mejor forma la mercadería a transportar. Los más comunes son los llamados técnicamente AKE (que son los compartimientos de aluminio normalmente cerrados por una lona en los que se carga el equipaje más voluminoso) y los PMC, que son las planchas de aluminio sobre las que se depositan los bultos, para luego cubrirlos con plástico y asegurarlos con una red.
Quién haya prestado atención a las operaciones en plataforma mientras esperaba abordar algún vuelo, habrá visto seguramente el proceso de carga y descarga de estos ULD de los que les hablo, como estos que cubiertos con mantas térmicas indican que llevan mercadería con control de temperatura, que pueden ser desde arándanos frescos hasta medicamentos.
A la típica pregunta ¿Qué mercadería se transporta por avión? la respuesta es «de todo». Claro que hay algunos productos que son más típicos de volar como otros, como ser frutas y pescado fresco, flores, medicamentos y dispositivos de alta tecnología como celulares y computadoras portátiles; pero la realidad es que prácticamente cualquier cosa que sea urgente puede subirse a un avión, incluidos explosivos o material radiactivo que, por supuesto, requieren de medidas de seguridad adicionales y muy estrictas, como todo lo catalogado como «mercaderia peligrosa».
Ahora bien, no todo puede viajar en un avión de pasajeros. Hay ciertas mercaderías peligrosas que son sólo aptas para transportarse en aviones de carga únicamente, Porque sí, la respuesta a la otra pregunta típica ¿Existen aviones de carga? es «sí, hay aviones cargueros». Estos tienen la particularidad de tener la bodega de siempre «debajo del suelo» (denominada lower deck) y la cabina que normalmente se utilizaría para ubicar los pasajeros, libre de asientos y con un piso de rodillos que permiten que los ULD se puedan deslizar más fácilmente. Esta es la upper deck. Aviones de estos son capaces de transportar hasta 100 toneladas de carga en un solo vuelo, aproximadamente, dependiendo del modelo y la versión.
Estos aviones cargueros pueden operar con rutas medianamente regulares (ya que al no estar atados a la puntualidad que requiere un vuelo de pasajeros y depender básicamente de que la carga esté lista, los horarios y rutas pueden cambiar) como pasa con la mayoría de los pocos que operan en Ezeiza; como así también pueden chartearse que es básicamente alquilar el avión entero para un vuelo en particular.
Sin entrar en el detalle, por supuesto, de los verdaderos «pesos pesados de la carga aérea», que son los gigantescos Antonov, que no hacen vuelos regulares sino que son contratados para mover cargas especiales, tanto por su cantidad como por su tamaño.
Esas son, en definitiva, las diferentes alternativas para transportar carga por avión. Una opción cuya tarifa no es soportada por cualquier producto, pero que para ciertas industrias es vital para su funcionamiento.