Sobre la Ruta Nacional 9, entre los pueblos de Tilcara y Uquía, se ubica un pequeño caserío de gran importancia histórica. Se trata de Huacalera, una localidad que no alcanza a contabilizar 1000 habitantes, pero que aún así tiene particularidades que la hacen merecedora de un alto en el viaje por la Quebrada de Humahuaca.
Sin lugar a dudas (y sin necesidad de entrar el pueblo) lo que más llama la atención es el hotel homónimo, una majestuosa y soberbia construcción a la vera de la Ruta 9, que desde lejos se adivina extraordinariamente cara, pero que aún así se mantiene emplazada en medio de las montañas de forma casi desubicada.
Mucho más simple es la Capilla de la Inmaculada Concepción, que data del año 1657. Si bien está hacia adentro, con lo cual casi ni se la ve desde la ruta, una vez que el visitante la descubre puede apreciar su singular arquitectura colonial. Si uno tiene la suerte de encontrarla abierta podrá visitar el interior, en el que se exhiben importantes obras de la Escuela Cuzqueña, como ser el Casamiento y Bautismo de la Virgen; aunque la obra más valiosa es el retablo, construido por artistas del altiplano.
Pero también desde el punto de vista histórico, esta pequeña iglesia es por demás importante. Quien haya leído Sobre Héroes y Tumbas, la obra maestra del genial Ernesto Sábato, sabrá de lo que hablo ya que el novelista argentino le dedica varios pasajes de su obra a los acontecimientos acaecidos en este lugar. Es en el paraje Cerro Chico, en los alrededores de la capilla, donde fue descarnado el cadáver del general Juan Lavalle, luego de que fuera muerto en Jujuy y sus tropas comenzaran la huida hacia Bolivia con el cuerpo sin vida de su jefe a cuestas. Era preciso que el enemigo no lo capturara y lo utilizara como trofeo de guerra, pero en tan malas condiciones no iban a llegar lejos, por lo que la columna decidió hacer un alto en Huacalera para llevar a cabo la macabra (pero necesaria) tarea, hoy recordada mediante un monolito en homenaje al general argentino.
Otra particularidad del pueblo que lo hace merecedor de una parada es el reloj solar que marca el paso del Trópico de Capricornio por el territorio jujeño, con el cual está perfectamente alineado. Así es que, cada 21 de diciembre al mediodía, el reloj solar proyecta una sombra perpendicular sobre la pared del monolito que marca la trayectoria del trópico.
Este es un sitio importante para las comunidades aborígenes también, que cada 21 de junio festejan aquí el Inti Raymi, o Fiesta del Sol. La gente llega durante la madrugada para esperar los primeros rayos de luz y despedir así la noche más larga del año. Así se da comienzo al año nuevo solar según las tradiciones incas.
Huacalera es entonces un alto obligado, donde se conjugan historia, geografía, arte y cultura. Todo, en un mismo lugar, y en no más de un par de horas.