Londres, se sabe, es una ciudad cara, y mucho más para los argentinos que viajen post devaluación (de esas que lamentablemente tenemos cada tanto). Así que encontrar un alojamiento a un precio aceptable fue todo un desafío, aún habiendo buscado con varios meses de anticipación los precios en general estaban bastante por encima de la media que se conseguía en hoteles del resto de Europa. Sin embargo, finalmente ubicamos el Days London Hotel Waterloo que, sin resignar ubicación en la ciudad, se presentaba como un 3 estrellas con valores acordes.
Y la verdad que el Waterloo no nos defraudó, especialmente en cuanto a lo que servicio se refiere. Luego de haber aterrizado en Gatwick con Norwegian al centro de Londres llegamos alrededor de las 7 de la mañana, cuando el checkin era a las 14hs. Muy amablemente la recepcionista revisó a esa hora de la mañana si tenía disponibilidad, y como nuestro cuarto estaba libre nos dio ingreso sin más demora, y sin pedirnos pagar ningún extra.
Claro que el cuarto es extremadamente pequeño, al punto de volverse incómodo por no tener espacio dónde guardar el equipaje, así que durante toda la estadía hubo que estar esquivando las dos valijas. Pero eso ya lo habíamos imaginado de ver las fotos por la web cuando lo contratamos, así que estábamos avisados, y fue el precio que tuvimos que «pagar» por no gastar una suma realmente alta en el alojamiento de nuestra primer cuidad del periplo europeo.
El baño es también pequeño pero tiene un punto fuerte: la ducha es un 10, con una canilla simple que regula la salida de agua por un lado y la temperatura de la misma por otro. No hay panes de jabón, ni shampoo; sino que todo se resuelve con un tubo de gel que está adosado en la pared al lado del lavabo y en la ducha, que al presionarlo provee el jabón. No es lo que más me gusta pero en Europa es bastante usual el uso de jabones líquidos. La limpieza, un punto siempre más que importante en todo alojamiento, en el Waterloo es excelente.
Si bien en el cuarto no hay caja fuerte, al costado de la recepción hay una serie de cajas de seguridad que uno puede utilizar para dejar sus pertenencias de valor. Una solución un tanto deficiente si se piensa en la incomodidad de tener que bajar las cosas hasta la planta baja, y en las pocas cajas que hay con respecto a la cantidad de cuartos que tiene el hotel. En nuestro caso preferimos dejar las cosas en la habitación, aseguradas en una valija cerrada con candado, y no hubo inconvenientes.
El desayuno no estaba incluido en el valor que pagamos pero al llegar nos dieron vouchers con GBP 2 de descuento por persona y por día, así que terminamos aprovechándolo ya que era más económico que desayunar afuera. Hay dos opciones disponibles: el continental que con un costo de GBP 7 incluye panificados, yogurt, cereales y frutas; y el desayuno inglés que cuesta unas libras más y podés pedir comida caliente, principalmente huevos revueltos, omellete y salchichas. Eso sí, el agua para el té y el café en sus diferentes versiones, son de máquina.
El gran punto a favor del Days Waterloo es su ubicación. Está emplazado a 200 metros de la estación de subte Lambert North, y muy cerca de la abadía y el palacio de Westminster y el London Eye, así que se puede llegar a todos los puntos de interés del centro londinense a pie sin ningún inconveniente. Igualmente, para quien quiera alquilar un auto (y arriesgarse a la loca aventura de conducir por la mano izquierda y con volante a la derecha) el hotel cuenta con estacionamiento propio.
Otros detalles del servicio del Days Waterloo son el wifi, que funciona muy bien, la TV, la pava eléctrica que podés usar con el agua y las infusiones de cortesía que te reponen diariamente, y el hecho de que si tenés algún problema con el adaptador, te prestan uno dejando un depósito de GBP 5 que luego se te devuelve. Los puntos bajos tienen que ver más que nada con la comodida durante la estadía: el muy poco espacio para guardar ropa y la ausencia de aire acondicionado, que en verano podría llegar a sentirse ya que dudo que el ventilador de abasto.
Pero en resumen, una buena opción a tener en cuenta para una estadía corta en busca de maximizar el rendimiento de nuestro presupuesto.