Durante nuestra estadía en Merlo, San Luis, no nos alojamos en la ciudad sino que nos quedamos en el conplejo de cabañas Brisas de los Molles, a unos 12 kilómetros de la ciudad (son unos 10 minutos en auto) y a aproximadamente 2000 metros del ingreso al pueblo que les da nombre.
Se trata de unas muy lindas construcciones con ladrillo a la vista que en el exterior cuentan con un espacio para dejar el auto bajo techo, a la vez que hace de patio con parrilla. De dos ambientes, el interior de las cabañas es ideal para una pareja, donde contarán con la habitación respectiva y una cocina-comedor que hace las veces de sala de estar. En caso de que haya chicos se pueden arreglar en las dos camas marineras de la cocina-comedor, pero ya habrá que relegar el punto de la comodidad.
Mientras que la habitación es bantante justa y en lugar de armario tiene unos estantes empotrados y una barra donde colgar la ropa, la cocina es amplia y cómoda, y está bien equipada con vajilla para cuatro personas, aunque como crítica fundamental encontramos que no había repasadores, así que se nos complicó cuando quisimos sacar las fuentes calientes del horno. Además de la obvia heladera, la cabaña cuenta también con microondas y tostadora.
El baño está muy bien en cuanto al tamaño y uno puede moverse cómodamente. Está provisto únicamente de jabón de tocador para el lavabo, mientras que para la ducha habrá que salir a comprar jabón y shampoo. El detalle: para lavarte las manos no te vuelvas loco si el agua caliente no sale más; las canillas del lavabo están invertidas.
El desayuno está muy bien. Es de 8:30 a 10:30 de la mañana y para que te lo traigan hasta la cabaña la señal es abrir las cortinas de la cocina, así los dueños saben que te levantaste. La bandeja que te acercan está bastante completa e incluye facturas, café, mate cocido y té; todo en saquitos, además de azucar, edulcorante y leche en polvo.
La limpieza del lugar es muy buena, y se ve no sólo en la cabaña sino también en el resto del complejo, que está muy prolijo. Lógicamente en marzo ya no la usamos, pero hay pileta resguardada con un cerco que la encierra, y en cuanto a las comodidades internas del alojamiento hay TV satelital, equipo de audio, wifi (que no funciona del todo bien) y aire acondicionado.
Para los chicos (y los no tan chicos también) hasta hay una cancha de fútbol en muy buen estado, por supuesto todo con una vista espectacular de las sierras donde, si vas en temporada, hasta se puede llegar a divisar una pequeña cascada, quizá incluso desde la ventana de tu habitación.
En definitiva, un correcto alojamiento donde principalmente se respira tranquilidad, y donde podés hacer tu vida sin estar atado a los clásicos horarios y requisitos de un hotel. Buena opción en Los Molles.