La tercer y última parada del Cititour de Querétaro guiado por Luis Molina se dio en la Av. Ejército Republicano donde está emplazado el Panteón de los Queretanos Ilustres. En ese punto estratégico de la ciudad se encuentras los restos de los más importantes ciudadanos que Querétaro dio a través de su rica historia. La más importante de las personalidades aquí homenajeadas sea quizá Josefa Ortiz de Dominguez, mejor conocida como La Corregidora de Querétaro.
Considerando esto podemos decir que este lugar no es solamente importante para la ciudad, sino que es de vital relevancia para todos los mexicanos. Es que con la invasión de Napoleón a España en el año 1808 y la consiguiente «fiebre independentista» desatada en las colonias hispanas en América, fueron varios los alzamientos que se organizaron por todo el territorio de México. Sin embargo, sólo el de Querétaro prosperó, encendiendo la mecha que culminaría con la declaración de la independencia mexicana.
Cuenta la historia que el éxito de la conspiración queretana se debe al accionar de Josefa, esposa del Corregidor, quién al enterarse de que el alzamiento se había descubierto y dos de los involucrados habían sido identificados, ella se encargó de dar la voz de alarma al resto para que dieran comienzo a las acciones sin más pérdida de tiempo. De esta forma los realistas no pudieron aplacar la revolución a tiempo.
Pero por supuesto no son sólo las cenizas de la Corregidora las que descansan en este lugar. Además de las de su esposo Miguel Dominguez, están también la de otros ciudadanos ilustres entre los que se encuentran algunos conspiradores por la independencia, profesionales, militares y educadores.
En este lugar se encuentra también la Capilla de la Virgen Dolorosa frente a la cual se alza la figura de Juan Antonio de Urrutia y Arana, otro personaje central de la historia queretana y máximo responsable del principal símbolo de la ciudad: el acueducto cuyos arcos se levantan imponentes sobre los edificios y que hoy cumple sólo fines estéticos, aunque en el pasado fue una construcción fundamental para la supervivencia en este lugar.
Durante el Siglo XVII Querétaro tenia un serio problema de abastecimiento de agua potable, ya que la que llegaba naturalmente lo hacía ya en aquella época mas bien contaminada. Era preciso dotar a la ciudad de una fuente de agua limpia, entonces, pero esta obra no se encararía sino hasta luego de fundado el convento de las monjas capuchinas, y responde a una romántica historia de amor prohibido.
Cuenta la leyenda que al encontrarse en esta situación, las monjas recurrieron a su benefactor, el Marqués Juan Antonio de Urrutia y Arana, quién al conocer a la hermosa Sor Marcela se enamoró instantáneamente. La relación entre ellos dos era prohibida no sólo por la condición de monja de la muchacha, sino por el hecho de que ella era a su vez sobrina de la esposa del marqués. Sin embargo esto no logró evitar que la religiosa prometiera entregarle su amor a cambio de dos cosas: que dotara al convento (y por tanto al resto de la población) de agua potable, y que le construyera la casa más bonita de la ciudad.
Flechado por el amor, el Marqués puso manos a la obra y cumplió con sus promesas. Así, nueve años después, terminaba de construir una de las obras hidráulicas más importantes del mundo. Los característicos arcos del acueducto miden 1280 metros de largo y sobre ellos corre un caño de se encargaba de dotar a la ciudad de agua extraída de un manantial ubicado a suficiente altura como para hacer posible que el líquido fluyera únicamente por efecto de la gravedad, gracias a la pendiente de 2 cm. con la que cuenta la construcción. Finalmente, el agua se distribuía por la ciudad a través de fuentes públicas dispuestas a lo largo y ancho de la misma.
El marqués cumplió también con la exigencia de la casa, pero aún así Sor Marcela se negó a entregarse a él, con lo cual luego de tanto esfuerzo y gasto económico, el desdichado marqués se topó con un amor no correspondido. Eso sí, con su obra había hecho posible el desarrollo de la ciudad. Hoy en día los 74 arcos de cantera que aún se encuentran firmes son testigos mudos de aquellos días, y desde el Panteón de los Queretanos Ilustres se tiene su mejor vista panorámica, convirtiéndose en el mirador por excelencia de la ciudad. Imposible visitar Querétaro y no acercarse hasta este lugar para la correspondiente selfie con el acueducto de fondo.
De esta forma concluyó el interesantísimo cititour por la ciudad de Querétaro, una localidad que derrocha historia y leyendas. Totalmente recomendada para visitar si uno viaja a México, en mi opinión particular, se trató sin lugar a dudas del punto más alto del viaje. Espero que ustedes también puedan disfrutarlo, y de ser así, no olviden pasar por el post y dejar su comentario contando sus experiencias.
La crónica del cititour por Querétaro se dividió en tres posts.
Para leer la primer parte del cititour, hacé click acá.
Para leer la segunda parte del cititour, hacé click acá.