El Hotel Madero, en el centro histórico de Querétaro, México

Durante nuestra estadía en la ciudad de Querétaro, México (de la cual tenemos mucho para hablar proximamente) pasamos varias noches en el Hotel Madero, ubicado en pleno centro histórico, justo frente a la iglesia (o mejor dicho, frente a una de tantas iglesias).

Encontrarlo, si uno viene distraído por la peatonal Francisco I, puede volverse un tanto difícil porque tal como se ve en la foto de portada del post, la puerta no tiene una identificación clara y es muy factible pasársela de largo. Sin embargo, cuando uno lo ubica y entra, se encuentra con este espléndido panorama.

El Hotel Madero funciona en una antigua casona que alguna vez fue una farmacia y hasta una de las Casas del Diezmo, a través de las cuales la Iglesia cobraba sus propios impuestos. Quizá de aquella época haya quedado la cruz que teníamos justo a la entrada de la habitación que nos asignaron.

El cuarto es bastante pequeño, pero cómodo. Dentro de él uno encuentra lo justo y necesario para la estadía. La cama más bien chica y pocos muebles, para optimizar al máximo los metros cuadrados disponibles. El armario no cuenta con estantes así que habrá que aprovechar incluso los cajones del escritorio.

Sobre el mismo, dos aguas de cortesía acompañan un paquetito con caramelos de tamarindo, bien recubiertos por un polvo rojo. Lo que pica ese polvo rojo, no se los puedo explicar por aca. En todo caso cuando vayan, prueben y después me cuentan…

La habitación cuenta con TV por cable y wifi que funcionan aceptablemente bien. Además está equipada con aire acondicionado. Para el invierno no cuenta con calefacción, pero tampoco hizo falta ya que de por sí es bastante calentita. El punto en contra: si bien cuenta con una ventana, la misma da a un pasillo. Eso no solo hace que para tener privacidad  haya que mantener las cortinas permanentemente cerradas, sino que además le quitan luminosidad.

El baño resulta cómodo, bien distribuido y muy limpio, tal como el hotel en general. Dentro de las atenciones del hotel se cuenta el jabón en pan, y (atención), crema para lustrar los zapatos.

La arquitectura del hotel y su distribución son muy particulares y pintorescas. Ambientado mayormente con piedra, el pasillo que lleva a las habitaciones de la planta baja está flanqueado por una especie de patio descubierto que se extiende a su lado y permite una vista como esta.

El Hotel Madero no cuenta con servicio de desayuno, aunque según pude ver en su web oficial, próximamente abrirán un restaurante, así que puede ser que este aspecto cambie. Lo que si funciona de maravilla es la lavandería, servicio que tercerizan pero que cumple como un relojito.

El personal del hotel es muy atento, están siempre dispuestos a ayudarte en lo que necesites y además tienen buenas opciones para realizar excursiones que podés contratar allí mismo. Es cuestión de que revises con ellos las opciones, y se encargan de realizar todas las gestiones necesarias.

Y aunque tienen esta imponente caja registradora, tranquilo, no hace falta que te llenes de efectivo; también aceptan tarjetas!

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