A unos 190 kilómetros al suroeste de la ciudad capital de Salta, en la intersección de la Ruta Nacional 68 con la mítica RN 40 se levanta la localidad de Cafayate, uno de los puntos más destacados de la Ruta de los Valles Calchaquíes, y más recientemente, de la Ruta del Vino salteña.
El pueblo tiene su origen en una donación de terrenos realizada por doña Josefa Frias de Aramburu, viuda de quién fuera el alcalde de Salta, que decidió ceder esas tierras para que se instalara un santuario a la Virgen del Rosario. Más tarde sería su hijo, Manuel Fernando de Aramburu, quién llevara adelante el emplazamiento del poblado en 1840, cumpliendo así los deseos de su madre.
Mucho tiempo ha pasado desde aquellos años y esa capilla con un puñado de pobladores hoy en día se convirtió en una respetable ciudad cabecera de departamento, con unos 13000 habitantes dedicados a varias actividades entre las que se cuentan la vitivinícola y el turismo. Cuando uno llega hasta allí son muchas las actividades que hay para hacer, así que será un punto que amerita dedicar un par de noches para conocerlo en profundidad. En este link tenés el post del Hotel Boutique Portal del Santo, sumamente recomendable.
Ya llegar desde Salta por la RN68 es una excursión en sí, atravesando el paraje conocido como Quebrada de las Conchas cuyo post podés leer haciendo click aquí. Hacia el otro lado, se puede recorrer la Ruta 40 hasta llegar a Cachi, pasando por unos paisajes increibles y pueblos detenidos en el tiempo que ya iremos compartiendo en el blog. Y si encaramos hacia el sur, con dirección hacia Tafí del Valle, Tucumán, se pueden visitar las Ruinas de Quilmes y conocer la interesante y triste historia de este pueblo indígena que le da nombre a la marca de cerveza más popular de nuestro país.
Pero también uno puede optar por quedarse en el pueblo y recorrerlo. De mucho de esto hablaremos en post exclusivos más adelante, pero por supuesto una de las actividades «obligadas» del lugar tiene que ver con el vino. Como parte de la Ruta del Vino, Cafayate tiene cantidad de bodegas que se pueden visitar, algunas ofrecen degustaciones gratis y en otras hay que pagar; algunas están ubicadas en el centro de la ciudad y para llegar a otras habrá que subirse al auto y tomar la ruta; pero en todos los casos se podrá entrar en contacto con los excelentes vinos que produce la provincia de Salta.
Cuando uno se haya cansado de probar vinos se puede cerrar la fase del turismo etnológico con una visita al Museo de la Vid y el Vino, ubicado a escasas cuadras de la plaza principal. Otras opciones culturales son el Museo de Arqueología e Historia Calchaquí y el Museo de Arte Sacro, entre otros. Y para los más aventureros o deportistas es recomendable realizar el trekking a las cascadas del Río Colorado que parte desde el paraje El Divisadero.
Saliendo de la ciudad hacia el otro lado se encuentra la comunidad de La Banda de Arriba, y un poco más allá está el viejo molino de piedra que se utilizaba para la molienda de granos. Esta es también una zona de viñedos de altura en la que se puede visitar bodegas, y que ofrece una excelente vista panorámica de la ciudad de Cafayate.
Finalmente podemos hablar de la oferta gastronómica de Cafayate, abundante y variada que se concentra en la zona céntrica, pero que también se puede disfrutar saliéndose un poco de la zona urbana. Todos los años se celebra aquí uno de los más famosos festivales folcklóricos del país; la Serenata de Cafayate convoca a artistas de renombre y gran cantidad de público cada mes de febrero.
De a poco iremos descubriendo Cafayate en el blog, post a post. Un lugar que hay que marcar en el mapa y agendar para visitar en tus próximas vacaciones por el NOA.