Que el régimen de equipaje acompañado, reglamentado en la Resolución General de AFIP 3751/94, había quedado obsoleto ante el avance de la tecnología no es ninguna sorpresa. A diferencia de aquellos años, hoy en día una computadora es fácilmente transportable en un avión, y accesible para el bolsillo de gran cantidad de gente, por lo que el monto de USD 3OO de franquicia era casi algo irrisorio: con comprar apenas una laptop ya lo habías superado. La actualización del régimen era sin lugar a dudas algo necesario. Hace como unos diez años que es algo necesario…
El pasado viernes 28 de septiembre de 2018 finalmente la AFIP se decidió y publicó la Resolución General 4315/18 por la que lo modifica, y sin tocar el monto de la franquicia aduanera, amplía el concepto de efectos de uso personal a una (1) notebook o tablet (una de dos), y un (1) celular, lo que implica que estos artículos ya no deben ser declarados ante aduana cuando los traemos nuevos del exterior, y quedan exentos del pago de aranceles.
En la práctica, concretamente el cambio significa que cuando viajemos podremos comprar en el exterior hasta dos artículos (un celular y una laptop o una tablet) e ingresarlos al país en nuestra mochila sin decirle nada a la aduana, sin pagar nada extra y sin incorporar sus valores al cálculo de la franquicia (cuyo funcionamiento podés leer en este post haciendo click aquí).
Si al salir del país uno se lleva alguno de estos artículos tendrá que declararlos ante aduana para que al regreso quede claro que esos productos ya estaban nacionalizados y no se mezclen con los nuevos que hemos comprado.
Por otro lado, si nos pasamos del límite y traemos más de una unidad, la excedente tendremos que declararla y calcularla dentro de la franquicia. Para hacerlo más claro, me voy de Argentina con mi celular y una laptop y antes de abordar las declaro en la aduana. Al volver, traigo esos artículos de vuelta pero además compré 2 celulares. Por lo que me llevé de aca no pago nada, y lo justifico con el formulario de efectos personales firmado por aduana a la salida; uno de los celulares nuevos ni lo declaro ni pago nada, en cambio el segundo celular nuevo lo declaro y lo calculo dentro de la franquicia: como es lo único que compré y me salió USD 700, le resto la franqucia de USD 300 para vía aérea y sobre el excendente de USD 400 pago el 50%, es decir USD 200. Antes de este cambio tendría que haber pagado un arancel total de USD 550.
Eso sí, esto aplica siempre y cuando no se considere que se está importando mercadería con fines comerciales. Por eso es lógico el límite de un producto por persona, considerándolo para consumo personal.
Lo que no es para nada lógico es el momento en que se dicta esta resolución. Como dijimos al principio, el régimen está desactualizado desde hace años. Si bien este cambio le devuelve un poco el sentido con el que se pensó en su momento y lo adapta a la realidad de nuestro tiempos, llevarlo adelante en medio de un contexto de crisis financiera y recesión económica, donde se pide un esfuerzo extra al pueblo para sanear las cuentas fiscales con aumentos de impuestos y tarifas, realmente es una decisión poco feliz.
No es que la industria nacional (perdón, me corrijo, el ensamble nacional) de este tipo de productos vaya a verse muy afectado por esta medida, ya que de por sí el porcentaje de gente que viaja al exterior no es alto, con un dolar rondando los USD 40 es incluso menor, y al que puede viajar también le quita el incentivo para salir de compras furiosas por los shoppings de Miami; pero aún así el timming de las autoridades es asombrosa y alarmantemente pésimo. Una medida que, aunque necesaria y con sentido, favorece a unos pocos privilegiados cuando la gran mayoría se ajusta los cinturones para llegar a fin de mes, es cuanto menos desafortunada. No me explico cuál fue el criterio de urgencia para lanzarla justo ahora, cuando después de haber esperado largos años bien se podría haber estirado varios meses más hasta que la situación comenzara a dar signos de recuperación.
En fin, así las cosas, quienes tengan la posibilidad de aprovecharla, ahora hacerse de una computadora o celular de última generación es un poco más barato.