Hace unas semanas atrás, cuando les conté que al hacer escala en Schiphol tuve la oportunidad de salir del aeropuerto y conocer la ciudad, se las mostré lo mejor que pude en el post «Postales de Amsterdam». Allí hablamos de sus callecitas, sus canales, su arquitectura y por supuesto, de sus bicicletas, pero nada dijimos sobre sus gentes.
Y su gente es lo que le da vida a toda localidad, ya sea un pueblo pequeño o una gran ciudad, así que no podíamos dejar de mostrarlas, aunque en algún punto nos de un poco de miedito…
En la Plaza Dam se ven caras, pero también se ven caretas. ¡Y disfraces completos!
Ya hablamos anteriormente de los museos, y si uno mira hacia arriba puede llegar a encontrarse con gente recorriendo el de cera, Madame Tussauds.
Pero si no quieren pagar una entrada, también hay artistas callejeros.
Y donde hay un dibujante que hace retratos, tiene que haber modelos que posen.
En bicicleta, obvio, las chicas en bicicleta, sean de la edad que sean.
Las pocas que no estén sobre dos ruedas, pueden pedirle a los chicos que las lleven.
Y sino ya fue, se toman el Solar Taxi!
Pero bueno, no siempre se consiguen clientes…
Eso sí, aún en Amsterdam están los que prefieren el colectivo a la bicicleta. La particularidad: la chofer es mujer.
Y capaz no sea mala idea, porque en bici capaz te mandás una y te para la policía.
Por eso quizá, los personajes que parecen salidos de Hollywood deciden caminar.
Lo mismo que un padre de familia.
Ahora, recorras como recorras la ciudad, es importante hacerlo acompañado de música. No hace falta que te vuelvas loco buscando los auriculares, en esta plaza de Amsterdam te lo solucionan fácil.
Y si tenés algo de suerte, cuando se te haga hora de regresar a Schiphol para abordar tu vuelo de conexión, quizá en el hall central de Amsterdaam Central te encuentres con una sorpresa con ritmo.
Ahora sí podemos que conocer a la ciudad de su gentes. Podemos partir tranquilos, para conocer otros lugares del mundo, pero siempre quedará la añoranza por volver.