Si bien el nombre puede inducirnos a error y trasladarnos a cientos de kilómetros al sur hasta la Patagonia Argentina, Rawson está acá, a apenas unas dos horas en auto desde la capital federal. Hablamos de la localidad del partido de Chacabuco, en la provincia de Buenos Aires: el otro Rawson.
Se trata de una pequeña y muy tranquila ciudad a la que se accede por el Acceso Oeste primero, desviándose luego por la Ruta 51 después. Con un nombre que hace honor al Dr. Guillermo Rawson, la localidad fue fundada el 1 de marzo de 1885 con la llegada del ferrocarril, aunque ya existía con anterioridad, incluso con otros nombres según he leído.
La principal actividad económica es, por supuesto, la agropecuaria, a la que se agregan los servicios afines a la misma como ser los molinos y las plantas de acopio, según puede verse en su perfil de facebook.
Como fuimos en pleno invierno no encontramos ni el menor rastro, pero el evento más destacado de la ciudad es la Fiesta Provincial de la Primavera, que incluye desfile de carrozas, shows y hasta la correspondiente elección de la reina. Ya tenemos una buena excusa, pues, para reincidir por estos lugares.
Rawson cuenta con una estación del ferrocarril General San Martín, y por supuesto allí estuvimos para gatillar nuestra Canon.
Un graffitti en la pared recuerda el año de la fundación, y la llegada del primer tren.
El puente peatonal que cruza de un lado al otro de la vía es algo que enseguida llama la atención en sí mismo.
Y por supuesto que nos subimos hasta allí arriba para tomar una buena vista aérea de la ciudad. Sin embargo, y aunque vimos cruzar gente, los tablones degastados y medio rotos del piso no invitan a aventurarse demasiado por la estructura.
Lo que sí constituye una invitación a la aventura es la formación abandonada a un costado de la estación, ideal para una buena sesión fotográfica.
Los vagones están abiertos, así que con cuidado uno puede subirse e investigar un poco el interior del tren, del cual, como puede verse, no queda mucho.
Un lindo destino para escaparse de la gran ciudad y respirar algo de tranquilidad en el aire, con ritmos diferentes a los que vivimos durante la semana laboral.
Estos días anduvimos por esta zona de la provincia de Buenos Aires, así que próximamente habrá más posts. ¡Hasta entonces!
hermoso pueblo ,paz y tranquilidad …
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Mí abuelo, Bernardino BECCAGLIA, tenía un hotel allí e introdujo el primer automóvil en el pueblo.
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Hola Alejandro,
Gracias por pasar y comentar!
Quedarán vestigios de ese hotel? Las de anécdotas que habrá tenido tu abuelo!
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Yo conoci el Hotel TENAGLIA despues de 1950. Debe ser el mismo (el unico)
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