Hace unos meses atrás hubo una eventualidad por la que el Boeing 747 de Conviasa tuvo una demora importante y quedó reprogramado para despegar desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza en horario diurno. Como se trataba de una oportunidad única para fotearlo (ya que normalmente opera durante la noche), hubo varios spotters que se acercaron al principal aeródromo del país cámara en mano, yo incluido entre ellos.
La acción estaba transcurriendo en la cabecera 35, desde la que pudimos verlo despegar sobre nuestras cabezas, hasta que momentos después el viento cambió y la torre de control invirtió la pista en uso, habilitando la cabecera opuesta. Por lo tanto, ahora con la 35 activa, desde donde estábamos sólo podíamos ver la maniobra de rodaje y ocupación de cabecera, mientras que los aviones en vuelo nos quedaban en la otra punta del aeropuerto.
En el instante en que comenzaba a pensar en volverme a casa, divisé esta silueta a lo lejos, distorsionada por el calor de enero.
No había lugar a dudas: se trataba del B777-300 de KLM, matriculado PH-BVA y con el hermoso livery bicolor conocido como «Orange Pride». Una figurita que tenía pendiente hasta entonces, y a la que le tenía muchas ganas, así que terminó siendo la más importante de esa tarde, incluso más que el 747 que había ido a buscar originalmente.
El «Orange Pride» ya rodaba por la pista principal hacia la cabecera 35 en la que yo me encontraba, gatillando la Canon a discreción.
Al acercarse, se podía ver claramente el aire caliente que sale por el escape de los motores y distorsiona las imágenes del fondo.
Así se lo veía de cuerpo entero.
Y posando con las luces de final de pista.
Comenzó su giro de 180º para ocupar cabecera, dejándonos apreciar su particular esquema.
De lateral se lo admira mejor, y uno se da cuenta de lo largo que es el 777-300.
La parte trasera celeste corresponde al livery tradicional de KLM, y la parte naranja surge de una campaña en redes sociales donde el público sugirió este color. ¡Y qué lindo les quedó!
El 777 pareció hacerlo a propósito para que los spotters apostados sobre la autopista pudiéramos retratarlo de todos los flancos, porque se pasó de largo en su giro 180 y quedó un momento esperando, como posando para nosotros.
Y finalmente se alineó con la pista.
Y con motores a pleno comenzó su carrera de despegue.
V1. Rotate.
Ganó altura rápidamente, y se despidió de nosotros.
Ahora sí me podía volver tranquilo a casa con la satisfacción de haber invertido muy bien mi domingo. Como los holandeses que regresaban a bordo del PH-BVA.
Sorpresas que te da el aeropuerto. Una gran satisfacción haber podido capturar este registro. Ahora sólo me falta volarlo!