La primer parada del viaje por Europa fue en Madrid. Allí me alojé tres noches en el OK Hostel Madrid; y luego agregué una noche más a la vuelta, justo antes del regreso. La elección del lugar tuvo que ver principalmente con la ubicación, ya que como no conocía la ciudad quería quedarme cerca del centro.

La recepción es amplia y cuenta con computadoras que se usan muy poco gracias a la excelente conexión wifi.
OK Hostel está en el barrio La Latina, conocido por sus restaurantes y por ser la sede de la feria El Rastro, un clásico de la ciudad sobre el que ya les hablaré en otro post. A sólo unas cuadras de la Plaza Mayor, caminando un poco más se llega fácilmente a la Puerta del Sol y La Gran Vía, dos puntos neurálgicos del centro. Además, la ubicación es muy accesible gracias al Metro, con el que uno puede llegar desde el aeropuerto en unos treinta minutos.

La sala de estar une la recepción con el comedor y cuenta tanto con sillones más tradicionales como con puffs.
Cuando llegás te das cuenta en seguida que OK Hostel no es sólo buena ubicación. Las instalaciones son impecables, y están muy bien pensadas para su función. En la planta baja están la recepción, una especie de sala de estar, la cocina y el comedor, que incluye una barra donde siempre podés pedirte algo para tomar. Las habitaciones están en los pisos de arriba a los que se accede por escalera o ascensor, con lo cual la zona de descanso está bien delimitada y resguardada. Por más que abajo estén festejando con la música a todo volumen, si vos querés podés irte a dormir con la tranquilidad de que eso no te va a molestar.

A las habitaciones se accede por los ascensores, en una zona donde se pide silencio.
Las habitaciones en sí están bien preparadas. Yo estuve las dos veces en cuartos de cuatro camas, y puedo decir que son amplios y, cuestión más que importante en todo alojamiento, muy limpios. Como se puede ver en la foto debajo de las camas están los lockers asignados a cada uno, los cuales son lo suficientemente grandes como para guardar una valija. Además, en la cabecera de la cama hay también un pequeño compartimiento donde se pueden guardar cosas pequeñas que requieran quedar bajo llave. Allí también cada cama tiene un toma corriente y una luz individual, lo cual viene muy bien porque la iluminación general de la habitación es muy tenue.

Las habitaciones, con un locker para cada cama claramente identificado.
El baño me deparó una grata sorpresa, ya que cuando reservé por internet se indicaba que era compartido, pero cuando llegué descubrí que cada habitación tiene su baño individual. O sea que en definitiva lo compartís, pero sólo con tus tres compañeros de cuarto. Y una extrañeza: como el baño en sí es pequeño, la pileta está afuera, en la habitación. Siendo detallista esto es un punto en contra, porque si uno llega tarde o se va temprano, cuando el resto está durmiendo, el simple hecho de lavarse los dientes puede llegar a molestar al resto.

OK or KO? La sala de estar cuenta hasta con una cama donde uno puede tirarse a descansar.
Algo muy novedoso con respecto a lo que se ve en los hostels de nuestro país es el sistema de llave e identificación. Al hacer el check in te dan una pulsera que lleva el número de habitación y de cama asignados, así no te los olvidás. A cambio de la pulsera hay que dejar un depósito de EUR 5 o 10 (no recuerdo bien), que te van a reintegrar cuando la devuelvas al chequear la salida. Pero la pulsera no es sólo un ayuda memoria y una identificación que debés llevar puesta durante tu estadía, sino que además es una llave electrónica que al acercarla a la cerradura de tu habitación, la abre. Gran diferencia con los hostels a los que estamos acostumbrados en Argentina, donde los cuartos normalmente quedan abiertos.

El comedor donde se sirven el desayuno y las cenas que organiza el staff del hostel.
El desayuno no está incluido en la estadía, pero lo podés agregar por EUR 2 cada vez que lo tomes. Es abundante y surtido, con diferentes tipos de panes que podés tostar vos mismo, y fiambre si te querés armar un sandwichito. Además hay diferentes mermeladas, manteca y dulces; y hasta tenés disponible una panquequera con todos los insumos necesarios. También hay cereales, café y jugos para elegir.

La barra de un lado, los muebles donde se guarda la vajilla del otro.
El último punto a comentar se refiere a la parte social. El personal del hostel es muy agradable y están siempre muy bien predispuestos para ayudar, incluidos los consejos sobre qué hacer, dónde ir a comer o comprar algo. Además de eso ellos mismos organizan tanto un walking tour por la ciudad (modalidad que próximamente tendrá su post exclusivo) como cenas y bar crawls todas las noches. Si uno viaja solo, esta es una excelente opción para conocer gente y quizá armar un grupo para seguir con otras actividades durante la estadía.
En resumen, OK Hostel Madrid resultó ser un excelente hospedaje, especialmente recomendable si viajás solo a la capital española.