Caminando por la hermosa ciudad de Ushuaia uno se deleita con el paisaje único que ofrece la Coordillera de los Andes por un lado y el Canal de Beagle por el otro. Sin embargo, más allá de la belleza natural que se presenta ante uno en aquellas latitudes, a escasos metros de la costa, canal adentro, hay algo que llama la atención. Se trata de una embarcación estática, que nada tiene que ver con las que están amarradas en el puerto cercano. Es el Saint Christopher.
Nacido en 1943 en la ciudad de Boston, Estados Unidos, el Saint Christopher yace hoy (y desde hace casi 60 años) varado en las aguas del Beagle, en el rincón más austral del mundo. Su figura aparece solitaria en las frías aguas, sin embargo en contraste con su actualidad, es un buque que tiene mucha historia encima.
Habiendo sido cedido a Gran Bretaña en 1944, parece ser que sirvió a la Royal Navy en la Segunda Guerra Mundial bajo en nombre de HMS Justice; nada más y nada menos que participando del Día D en el desembarco en Normandía que cambiaría el curso de la guerra, y de la historia mundial. En 1946 fue reintegrado a la Armada de Estados Unidos, para ser dado de baja un año después por el alto costo de mantenimiento y en combustible que requería.
Ya en venta, fue adquirido en 1947 por Leopoldo Simoncini, dueño de la empresa Salvamar, rebautizado con su nombre actual y traído hasta aguas nacionales donde en el año 1953 se le encomendó reflotar al Monte Cervantes, un buque alemán que se había hundido en el Canal de Beagle unas décadas antes. Sin embargo, la operación a cargo de cuatro buques fracasó, el Monte Cervantes se hundió definitivamente y Salvamar terminó quebrada. Con problemas en su planta propulsora y en el timón, el Saint Christopher no tuvo quién se ocupara de su propio rescate y quedó tristemente varado en 1957 donde se lo ve actualmente.
Si bien las reseñas indican que, luego de que se detectara una fuga de fuel oil se le removió todo el combustible y se comenzó una puesta en valor como patrimonio histórico, incluyendo la construcción de un camino que lo unía con la costa, como se puede apreciar en las fotos que ilustran el post ese camino hoy en día no existe, y el buque aparece aislado. Sólo un cartel en la costa que cuenta detalles de la embarcación y su historia muestran que estamos ante un monumento flotante; un pedazo de historia.
Ojalá la Prefectura pueda seguir desarrollando los trabajos de mantenimiento para que el Saint Christopher siga siendo el símbolo que merece ser.