No, durante mi última visita a Miami no me enfermé, ni tampoco tuve ningún accidente. Sin embargo, luego de conocer el Vizcaya Museum & Gardens, me hice un tiempito para recorrer el hermoso barrio de Coconut Grove y llegar de pura casualidad al Mercy Hospital. «Este pibe está loco» te estarás diciendo ahora mismo, «se va a Miami para conocer un hospital»; pero a ese pensamiento te respondo con una sola imagen:
Rodeado de palmeras, el Mercy Hospital está ubicado en un lugar privilegiado, con una hermosa vista de la Bizcayne Bay. Es un lugar bastante extraño para construir un hospital, con un paisaje más acorde a un complejo turístico que a un centro médico, pero en ese sentido sería raro en cualquier punto del barrio.
Coconut Grove es un barrio residencial ubicado en el sur de Miami, con abundante vegetación que incluyen enormes árboles con cientos de años encima, y una excelente vista de la Bahía Bizcaina. Si bien no son tan exhuberantes como el Vizcaya Museum, las enormes casas del barrio son impresionantes.
Si bien hoy en día se pueden ver yates diseminados aquí y allá, Coconut Grove guarda un detalle histórigo #avgeek. Hacia la época en que Estados Unidos entró en la Primera Guerra Mundial, la marina construyó aquí la primer base naval aérea. Esto fue resistido por los vecinos del barrio, debido al ruido y la contaminación que ésta provocaba, los cuales lograron que en 1919 el gobierno la cerrara.
Pero la historia no finaliza allí, ya que diez años después las instalaciones de la vieja base militar servirían a la Pan American Airways para instalar una base de aviones acuáticos, cuya terminal hasta sería utilizada por el presidente Roosevelt durante la Segunda Guerra. Hoy en día, las instalaciones de PanAm se convirtieron en el City Hall.
Volviendo a lo que es el hospital, el Mercy fue inaugurado en diciembre de 1950, en terrenos que habían pertenecido a la Villa Vizcaya, de James Deering, hoy convertida en museo.
Así es Coconut Grove, un lugar ideal para pasear con la cámara de fotos a cuestas, para poder registrar el atardecer sobre las aguas de la bahía.
De seguro, si tengo oportunidad de volver, buscaré un lugar para estacionar el auto y caminar un poco más por este hermoso barrio de Miami. Si vos llegás a andar por allá, es una buena opción a considerar.