En el post anterior te conté sobre el Museo Vizcaya y sus impresionantes jardines, sobre su creador y qué se puede ver cuando lo visitás. Pero qué mejor que mostrártelo en imágenes (al menos el exterior, ya que en el interior están prohibidas las fotografías). Así que aquí te propongo una recorrida virtual por los jardines del Vizcaya.
Arrancamos saliendo al exterior desde el patio central de la casa, hacia la explanada que da a la bahía, desde la cual la construcción se alza de esta manera.
Al darnos vuelta y mirar hacia la bahía nos encontramos con el emblema del museo: la carabela.
En proa (o quizá popa) las estatuas piensan…
Y caminando un poco se tiene otra vista de la carabela.
Caminando por el costado de la casa, encontramos recovecos y escaleras por donde adentrarnos.
Y así llegamos hasta los jardines.
Caminando por el costado del jardín nos encontramos con las esfigies.
Hacia donde uno mire hay esculturas y obras de arte.
Y si al escuchar un sonido familiar uno mira hacia arriba, también se encuentra con una obra de arte, aunque de otro estilo…
Bajamos la cabeza de nuevo, y más esculturas…
Subiendo las escaleras, los jardines siguen.
Hasta el arco que parece marcar el límite de la propiedad.
Comenzamos a volver, y el agua nos guía.
En el regreso hacia la casa atravesamos algunas puertas.
Las fuentes abundan por todo el parque.
Y el agua de los canales finalmente nos trae de nuevo a la entrada de la casa.
Así finaliza nuestra recorrida por este singular museo, donde podés pasarte el día entero disfrutando de vistas como esta, que sería la que tenía el dueño de casa cuando descansando, abría el ventanal del parque en un día soleado de verano.
Te espero en el próximo post, para seguir conociendo lugares increíbles. ¡Hasta entonces!