En Tierra del Fuego una de las cadenas de supermercados más extendida es La Anónima, cuyos locales se ven tanto o más frecuentemente que los de las grandes cadenas multinacionales. A uno de ellos fuimos durante nuestra estadía en Ushuaia para comprar las provisiones, y grande fue nuestra sorpresa (y disgusto) cuando descubrimos que después de estar media hora recorriendo las góndolas, había únicamente una sóla caja habilitada, cuya cola era realmente enorme.
El resto de las cajas, con apenas el cliente que estaba pagando en ese momento, no estaban disponibles para nosotros ya que estaban asignadas al sistema de cobro «Super sin Colas» y sólo se accedía a ellas sacando un turno. Aunque para los desprevenidos puede significar una demora extra importante en el supermercado, una vez que se conoce el sistema y se lo utiliza, la verdad es que es muy práctico y ahorra mucho tiempo.
Si uno presta atención, en el ingreso ya verá los scanners identificados, junto a los cuales hay una canasta llena de aparatos equipados con una cinta para colgarlo del cuello, denominados «llamadores».
El sistema es bastante simple y práctico. Al momento de ingresar al supermercado hay que tomar uno de esos llamadores y scannearlo. Entonces la pantalla del scanner ofrecerá 3 opciones: «comprar hasta 5 productos», «comprar hasta 20 productos» o «más de 20». Dependiendo de lo que uno tenga en mente, opta por alguna de ellas, y el sistema calcula el tiempo que se tardará. En ese momento, en el llamador aparece una estimación del tiempo en que nos deberemos presentar en la caja.
A partir de allí uno hace las compras, aunque claro, el hecho de ya haber sacado un turno para ir a pagar hace que se esté pendiente del tiempo, que al menos para la opcón de 5 ítems, es corto. Cuando finalmente este se cumple y una de las cajas del sistema se libera, el llamador comienza a vibrar y a prender luces rojas alrededor, mientras que en su pantalla aparece el número de la caja que ya está esperándonos. De esta forma se optimiza el tiempo del cliente, ya que se evita el pagofacileo, o al menos, se reduce su duración.
Una vez en la caja, se le entrega el llamador a la cajera, quién lo desactiva y lo devuelve al circuito.
Es un sistema muy interesante que realmente agrega valor agregado al servicio de un supermercado, donde la mayor contra es el tiempo muerto que uno pasa siempre esperando para llegar a la caja. Está disponible únicamente en Ushuaia, ya que en El Calafate los locales de La Anónima no lo tenían, pero ojalá que lo expandan, y que además se popularice más y llegue también a los supermercados de Buenos Aires y el resto del país.
Para aquellos que pensaban que en términos de marketing supermercadista ya estaba todo dicho, con este post les digo «no». Y también les digo «no al pagofacilismo».
¡Hasta la próxima!
PD: Créditos a «Billy» por las fotos ilustrativas, ya que esa vuelta yo no tenía el celular encima.
Es excelente, soy de Rada Tilly, pero vivo en Bs. As. y me es re bodrio ir al supermercado, justamente por la cola, pero cuando voy a mi Rada Tilly, voy a la Anónima y hasta contento sabiendo que no voy a tener que usar cola, no es nada complicado pero este sistema existe hace tiempo, antes de 2016 creo que desde que abrió esa sucursal, en particular, yo lo conozco desde 2012 o 2013. Pero en fin se ve que Don Alfredo (Coto) entre otros no quieren innovar ni invertir, 20 cajas solo 5 habilitadas de las cuales, de esas 5, dos son para hasta 15 productos… en fin…
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Gracias por tu comentario Leo! Sí, está realmente bueno el sistema. Ojala implementaran algo así en Buenos Aires!
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Kkkk… Achamos muito estranho… Alguém precisa orientar os clientes, ou o sistema não funcionará… Está ocorrendo o contrário do pretendido
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