Al sur de Malargüe podés visiar el Volcán Malacara, que debe su nombre al caballo homónimo que tiene la cara manchada de dos colores, y caminar por las coladas de lava hasta su interior, lo que lo convierte en una experiencia única en el mundo.
En este post tenés todas las fotos de esa caminata.
Mónica nos guiaba, aunque no nos dijo si hay fotomulta para que el dobla en dirección equivocada…
De a poco nos vamos metiendo entre paredes, y finalmente, al volcán directamente.
Si mirás para atrás notás claramente la frontera entre «adentro» y «afuera».
En el recorrido se presentan formas extrañas…
Hay huecos por dónde meterse…
Y hasta un puente de roca, por el que lamentablemente no se puede cruzar.
Por momentos las paredes parecen tener rostros que te miran.
Bien adentro del volcán, las paredes son realmente altas.
Y finalmente cuando mirás hacia arriba ves por dónde entra la luz del sol: el cráter.
Para llegar hasta allí, habrá que hacer algo de esfuerzo físico.
Para salir habrá que hacerse chiquito también….
Y finalmente luego de sortear rocas y más rocas, se llega nuevamente al exterior.
¡Ahora te quiero ver, porque la cosa empieza hacia arriba! Desde la cima se llega a ver la Salinidad de Llancanelo.
Pero por las dudas, mejor no te asomes mucho….
Con tranquilidad, emprendemos el regreso.
Así pasó la galería fotográfica del Volcán Malacara, una excursión que tenés que hacer si pasás por Malargüe, y cuyos detalles ya te conté en este post de acá. Ahora sí, es hora de seguir viaje, y contártelo en el próximo post de Ahicito.
¡Nos vemos la semana que viene!