Uno de los momentos más emocionantes de un vuelo es el despegue. Las molestias de la rutina de la tripulación para acondicionar la cabina (léase asientos en posición vertical y mesitas guardadas) se termina cuando el comandante anuncia «próximos al despegue» y posiciona el aparato volador en cabecera, con el morro apuntando hacia la pista libre que lo reclama ver correr por su asfalto.
La aceleración de los motores a pleno es una señal inequívoca, y cuando sentís el impulso del cuerpo hacia atrás contra el asiento sabés que ya no hay vuelta atrás, estás jugado y tu tan ansiado viaje comenzó.
En este caso en el Boeing 737 matrícula LV-CVX de Aerolíneas Argentinas, que habiendo sido construido en el 2002, diez años después, el 4 de junio de 2012 pasó a integrar la flota de la línea de bandera. Los datos completos en la ficha de www.airfleets.net.
Hoy corre por la cinta asfáltica a todo motor y… ROTATE!
Ya el aire debajo de las alas empieza a hacer su trabajo…
Y las ruedas se despegan del suelo…
La potencia de las dos turbinas CFM a simple vista en esta foto.
Suspendido en el aire, guarda el tren de aterrizaje…
Parece ser lo único que existe en el cielo de Buenos Aires…
Y pasa sobre nuestras cabezas, con la bahía del tren de aterrizaje aún abierta, hacia su aeropuerto de destino.
Así estamos en Ahicito Nomás a esta altura del año, despegando como el LV-CVX, en nuestro caso hacia un 2015 lleno de posts!