Regateale al taxista y andá al Causeway de Amador: unión de 4 islas.

Uno de los lugares más pintorescos que hay para conocer en Panamá es la Calzada de Amador. El Causeway no es otra cosa que un camino que comienza en tierra firme y se adentra en la Bahía de Panamá uniendo el continente con el pequeño archipiélago conformado por las islas Naos, Culebra, Perico y Flamingo.

La Calzada de Amador, ideal para paseos en bici o caminatas.

Panamá nos tiene acostumbrados a buenas historias del pasado como la del Pirata Morgan, y el Causeway no es la excepción. Durante los tiempos de la colonia era hasta estas islas a dónde llegaban los barcos españoles cargados con los tesoros que saqueaban al imperio Inca. En esa época esta carretera no existía, sino que data de 1913 cuando las fuerzas armadas norteamericanas utilizaron materiales de las excavaciones del Canal de Panamá para construirla a fin de unir el continente con el Fuerte Grant, el complejo militar del que eran parte las cuatro islas y cuyo objetivo era repeler cualquier ataque que alemanes o japoneses pudieran organizar contra el canal. Incluso en la isla Flamingo existe un túnel secreto que contiene un puesto subterráneo de mando militar.

En la bahía los buques esperan autorización para cruzar el canal.

Varias décadas después el temor a los ataques por mar se disipó y hoy el Causeway se convirtió en un lugar turístico por excelencia. No pude encontrar la entrada al túnel para visitar el viejo comando militar, pero lo que sí podés hacer hoy es caminar tranquilamente por la Calzada disfrutando de las excelentes vistas que te ofrecen de la bahía y la entrada al canal.

En el puerto se suelen ver yates de porte imponente.

Incluso una muy buena opción será la de aprovechar una tarde de sol para bicicletear por la Calzada de amplias veredas. No hace falta que te lleves la bici desde Buenos Aires, allá mismo hay locales de alquiler dónde te podés llevar una por USD 4 la hora. Claro que si el día está lindo una hora se te va a ir volando y te vas a quedar con ganas, así que mi recomendación es que al menos alquiles 2 horitas, así podés recorrer tranquilo y sin apuros. Eso sí, no lleves billetes grandes. El cambio en Panamá es un verdadero problema: billetes mayores a USD 20 resultan de difícil colocación así que tratá siempre de andar con papeles más chicos.

Cerveza Balboa servida en frasco.

Los billetes más grandes podés reservarlos para pagar una buena cena en alguno de los restaurantes de la Calzada, cuya oferta va desde una hamburguesa clásica hasta algún elaborado plato de pescado, siempre disfrutando las vistas de la bahía, el puerto, o incluso los rascacielos de la ciudad de Panamá allá a lo lejos, cuya vista nocturna desde el Causeway es espléndida. Aprovechá a admirarla ahí, porque en la Calzada también hay mucha movida nocturna y quién sabe si vas a notar esta delicia para los ojos cuando salgas del boliche.

Vista nocturna de la ciudad desde el Causeway.

Si en cambio tenés los bolsillos repletos de monedas que te dieron a modo de vuelto porque incluso un billete de USD 20 resultó demasiado para pagar el alquiler de la bicicleta considerá que si te dieron «Balboas» en lugar de «Dólares», esas monedas sólo te sirven en Panamá, con lo cual hay 3 opciones a tu disposición: O las guardas de recuerdo, o las guardas para un próximo viaje si pensás volver pronto, o las gastas sin miramientos. Y entre esos gastos lo que podés hacer es comprar algunos snacks para convidarle a los mapaches. Sí, mapaches. No sabemos bien de dónde salieron, y hasta los lugareños no entendían la razón de que hubiera tantos, pero la noche que fuimos a cenar estaba repleto de estos animalitos que entretenían a la gente (especialmente a los niños) pidiéndoles comida y que incluso se te cruzaban sorpresivamente por la calle cuando ibas manejando el auto. Así que si alquilaste un auto mucho cuidado, no sea cosa que termines dentro de la bahía por esquivar un mapache imprudente.

Niños y adultos alimentando a los mapaches.

Por supuesto que hay otras formas de llegar y una de las más habituales será el taxi. Algo de lo que no hablamos hasta ahora es de la experiencia de tomarse un taxi en Panamá. He conocido historias locas de taxistas muy amistosos y hasta exaltados aunque no viví ninguna de ese estilo en carne propia, nada raro más allá de la música caribeña a todo volúmen que solían escuchar mis conductores, y la constante insistencia en hablar con la central por la radio a fin comunicarle el inicio del viaje para terminarlo sin que la central se hubiera dado por enterada de nada, motivo suficiente para revolear el radio y llamar por celular mientras esquivamos autos para estacionar. Lo que sí viví es la tremenda fluctuación de precios en una especie de «inflación a la inversa». En Panamá no hay taxímetro que te vaya indicando el precio del viaje a medida que avanza como en Buenos Aires, entonces lo mejor es pactar el precio con el chofer de entrada. Y allí es donde se dan las bajas de precio más alocadas, donde un viaje desde el centro financiero de la ciudad hasta el Causeway puede arrancar en la pequeña fortuna de USD 20, para pasar luego de varias instancias de negociación a USD 8 o 6. Lo recomendado entonces es tratar de averiguar con algún lugareño de mediana confianza cuánto debería costar el viaje, antes de salir a la calle y parar un taxi. De lo contrario no tenés precio de referencia y podés llegar a pagar un disparate.

El Puente de las Américas une las dos mitades del continente.

El Causway es tambíen un muy buen lugar para observar la unión del continente americano. Es que el Canal de Panamá lo dividió literalmente en norte y sur, y es el Puente de las Américas la estructura que vincula las tierras a uno y otro lado del mismo. Sin embargo, si vas en la temporada de lluvias lo más probable es que no tengas mucho tiempo para disfrutar de las vistas e imaginar el pasado porque las nubes vaticinan tormenta y entonces será mejor apurar el paso y negociar el precio de vuelta con el taxista (al que lógicamente le ofrecerás el mismo precio que pagaste a la ida) para volver al hotel y planear cómo seguir disfrutando de Panamá.

Nota del Autor: Este post fue publicado originalmente el 21/09/14

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